¿Hay que sentirse culpable por comprar ropa barata?

Tras la tragedia en la que cientos de personas perdieron la vida en Bangladesh por el derrumbe de un edificio vuelve a surgir la pregunta moral: ¿seguir comprando o no?

EXPLOTACIÓN EN INDUSTRIA TEXTIL

Los talleres de costura del mundo se encuentran en Asia. Sus empleados trabajan a destajo en condiciones infrahumanas. Tras la tragedia en la que cientos de personas perdieron la vida en Bangladesh por el derrumbe de un edificio vuelve a surgir la pregunta moral: ¿seguir comprando o no?

Hacinados en fila en habitaciones mal iluminadas, miles de trabajadores cosen en Asia cada día las camisetas y vaqueros que acaban en los armarios de medio mundo.

Pero desde que se produjo el tercer accidente en una fábrica textil con cientos de muertos, muchos clientes vacilan a la hora de adquirir ropa con la etiqueta “Made in Bangladesh”.

No obstante, es muy complicado acabar con la ropa procedente de Asia y los expertos advierten de que un boicot apenas ayudaría a las costureras. Algunas preguntas clave:

¿De dónde procede la ropa que acaba en las tiendas de ropa?

“La mayoría de ropa que se vende aquí proviene de Asia”, declara el director ejecutivo de la Asociación de Moda GermanFashion, Thomas Rasch.

De acuerdo a las cifras de la Oficina Federal de Estadística de Wiesbaden, Alemania importó el año pasado más de 1,17 millones de toneladas de ropa procedente de 130 países por valor de casi 25.800 millones de euros. Cerca de un tercio procedía de China, seguido con algo de distancia de Bangladesh, Turquía y la India. “La ropa que se importa de Holanda, Italia y Francia procede también con frecuencia de países con salarios bajos”, indica Rasch.

¿Bajo qué condiciones trabajan las costureras?

Según la campaña a favor de “Ropa limpia” (CCC), muchos de los trabajadores del sector textil no ganan suficiente dinero para poder alimentar a sus familias ni a ellos mismos. “El salario no alcanza para poder vivir con dignidad”, explica la experta de la campaña CCC Kirsten Clodius.

“Junto con estos salarios bajos hay que sumar las largas jornadas de trabajo y las deficitarias medidas de seguridad como ventanas con rejas y salidas de emergencia con rejas. Los propietarios de las fábricas prohíben con frecuencia a los trabajadores poder hablar o controlan sus salidas para acudir al baño”, indica Clodius. Los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente advierten también de los efectos nocivos de los tintes tóxicos y del trabajo infantil.

¿Hay que sentirse culpable por comprar ropa barata?¿O por permitir también que marcas caras confeccionen su ropa en esas fábricas?

Con frecuencia la ropa de lujo es elaborada en Asia. “El precio de venta de una camiseta en Occidente no tiene relación con el lugar donde ha sido elaborada”, afirma Clodius. “En una fábrica se trabaja con frecuencia para atender pedidos de diferentes clientes, entre los que se encuentran también casas de renombre”, agrega por su parte Rasch.

Esas marcas son las que hacen sobre todo un buen negocio. La CCC calcula que el coste salarial de fabricar un vaquero de 100 euros en Asia no supera el euro. Unos 25 euros se destinan a la publicidad y 50 euros acaban en manos del comerciante.

¿Ayudaría a las costureras si se hiciera un boicot contra la ropa procedente de Asia?

“No. Las costureras pidieron a la organización que no comenzara ninguna campaña a favor de un boicot”, informa Clodius. “Tienen miedo de perder sus puestos de trabajo”. Según Rasch, un boicot podría provocar una contracción de la industria textil en Bangladesh de un 70 por ciento.

¿Quién puede velar entonces por que la producción textil cumpla con una serie de medidas de seguridad y con unas condiciones mínimas para los trabajadores?

Existen diferentes posturas al respecto. La asociación de moda alemana cree que los jefes de producción y los políticos de los países donde se fabrica la ropa son los responsables. “Aquí reina con demasiada frecuencia un capitalismo feroz”, asegura Rasch.

También los clientes podrían ayudar bajo la máxima de “no debo comprar vaqueros por 9,90 euros”. “Este precio no es compatible con condiciones de trabajo normales”, agrega Rasch.

Sin embargo, la CCC asegura que también la ropa cara se fabrica en Asia. “Las empresas no deberían escudarse bajo la excusa de que ellos sólo tienen un contrato con ellos pero que no son los patronos”, declara Clodius.

¿Cuánto debería costar la ropa si se pagaran sueldos dignos?

De acuerdo con cálculos del sindicato alemán de trabajadores Verdi, una camiseta o una blusa sólo costaría 12 céntimos más si los comerciantes del sector textil en Alemania pagaran a cada costurera 50 euros al mes. Con ello, muchos trabajadores duplicarían sus sueldos actuales. No obstante, Rasch advierte de los efectos que tendría en el país si de repente las costureras tuvieran más dinero que los agricultores o los conductores de rickshaw.

¿Cómo se puede reconocer una camiseta que haya sido elaborada en fábricas con mejores condiciones?

No existe un sello propio para el sector de la moda que englobe estándares de medio ambiente y de trabajo. Una etiqueta verde con una camisa blanca corresponde a “Global Organic Textile Standard” (GOTS), entre cuyos criterios se encuentran la prohibición de emplear trabajadores forzosos o niños, así como la necesidad de contar con condiciones de seguridad y salubres en los puestos de trabajo.

Una etiqueta roja y blanca con la impresión “IVN certificado textil natural” engloba la ropa elaborada con fibras naturales como algodón, lino y seda. También se refiere al cumplimiento de estándares sociales en los puestos de trabajo y de horarios laborales regulados.

También se puede encontrar la marca ecológica “Textil elaborado según el estándar 100plus de textil ecológico” para la ropa fabricada de acuerdo con criterios sociales. (DPA)


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