Revelan que Herman estuvo cautivo casi un mes luego del secuestro en Bariloche

Su desaparición se juzgó en 2.010 en Buenos Aires, pero el secuestro llegó ahora a juicio y tiene en el banquillo al grupo de tareas -que en parte viajaron desde Neuquén- y a  los responsables de la represión en la zona andina.

Miguel Angel D´Agostino fue el último que vio a Juan Herman con vida en el centro clandestino “El Atlético”, en Buenos Aires. Su testimonio es el único indicador de qué pudo haber pasado con el estudiante tras el secuestro que ocurrió en julio de 1.977 en Bariloche, tramo que se investiga en este juicio y por el cual están acusados 7 de los 8 imputados que llegaron a juicio.

El juicio «La Escuelita» continuará en su última semana testimonial el 29, 30 y 31 de julio.

Al término de las declaraciones en la sala, al menos dos acusados aseguraron que hablarán en indagatoria.

Hoy declaró el estudiante de Buenos Aires que estuvo con Herman el día de su secuestro, Lorenzo Lahitte, Luego lo hizo José María «Pepe» Delloro, que estuvo una semana detenido en la ex U9, en la zona de «buzones», el lugar en el que el Ejército depositaba a los presos políticos durante el tiempo de asalto al poder.

Específicamente «Pepe» Delloro dio cuenta de la lamentable condición en la que quedó Enrique Esteban, el periodista de Clarín desaparecido en 1978, y que fuera «blanqueado» en la cárcel federal de Neuquén cuando fue liberado por el V Cuerpo.

Para el caso Herman, D´Agostino dijo que “El no sabía donde estaba y estaba desconcertado por estar en ese lugar. Sabía que había llegado en avión y que era un aparato chico, civil o militar, que hizo una o dos escalas -no recuerdo bien si me dijo 2- en las que había subido y bajado gente”, dijo.

Aseguró que Herman le confió que era hijo de un médico en Bariloche, que estudiaba abogacía en Buenos Aires, tenía una hermana estudiante de arquitectura y que tras su secuestro en la casa de sus padres, estuvo en una casa o chalet en Bariloche por una o dos noches antes de que lo subieran al avión, encapuchado.

“Yo tenía 18 años y Juan 22; había un grupo de torturadores que se ensañaba mucho por su condición de judío: golpes, cadenazos. Luego una noche sacaron a varios de las celdas, hicieron un traslado en grupo, y luego ya no estaba más”, dijo.

Según estimó D´Agostino, el traslado de Herman se produjo la segunda quincena de agosto de 1.977.


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