Hotel Vuriloche, una historia congelada desde hace 13 años

Fue construido en una zona privilegiada de Bariloche en los años 40. Tiene 100 habitaciones vacías desde 2003. A pesar de los proyectos y de las visitas de inversores, su reactivación parece lejana.

BARILOCHE (AB).- No es el único hotel cerrado que existe en la ciudad, pero seguramente es de los más grandes en esa situación. Y el que más llama la atención. El Gran Hotel Vuriloche tiene una privilegiada ubicación sobre la avenida Bustillo al 1.200, cuenta con amplios salones y con un centenar de habitaciones y departamentos, para los que varios imaginaron otros destinos. Pero hasta ahora ninguno prosperó.

El hotel pertenece a Osplad, la obra social de los docentes nacionales, y cerró sus puertas en mayo de 2003. La idea primera era refaccionarlo, pero demandaría una inversión millonaria, y los trabajos nunca comenzaron.

Osplad estaba en concurso de acreedores y adecuar el enorme hotel a los estándares del turismo actual resultó imposible, de modo que la idea sería venderlo. Pero hasta ahora tampoco encontró comprador.

“Sí, claro que vienen a verlo. Un montón de gente, ya perdí la cuenta”, le dijo a este diario un empleado que ingresó al Vuriloche hace 35 años y todavía cumple funciones de sereno. Osplad mantiene una dotación básica de personal que se ocupa del cuidado del edificio y el mantenimiento básico. El plantel al momento del cierre era de 18 personas y se redujo por renuncias y jubilaciones a la docena que quedan hasta hoy.

El hotel tiene cinco pisos, con habitaciones repartidas en dos alas, grandes salones en la planta baja y un subsuelo. En total, son 6,500 m² cubiertos. Pero el estacionamiento es muy reducido y ése fue uno de los obstáculos, por ejemplo, para reciclarlo como sanatorio.

Un conocedor de la historia del establecimiento contó que años atrás el médico Miguel González Robinson intentó mudar allí su sanatorio Del Sol, pero la municipalidad le rechazó el proyecto por la falta de espacio para aparcar vehículos. A escasa distancia funciona el sanatorio San Carlos, que hoy tiene ya problemas de estacionamiento y provoca grandes embotellamientos sobre Bustillo.

El propio municipio también puso la mira en el hotel. Hace pocas semanas el jefe de Gabinete Pablo Chamatrópulos aprovechó un viaje a Buenos Aires para entrevistarse con directivos de Osplad interesado en concentrar allí varias oficinas públicas que hoy están dispersas en toda la ciudad.

“Hace muchos años mi padre fue concesionario gastronómico del hotel, y me llamó la atención que esté vacío. Aunque pagan los servicios, y la tributación tengo entendido que está al día –señaló Chamatrópulos–. Lo pensé como alternativa para el funcionamiento institucional del municipio, mediante un comodato o cesión gratuita. Pero no es viable. Me dijeron que está en venta y que tienen un posible comprador. En ese caso también sería muy bueno, porque dejaría de estar abandonado y abriría fuentes de trabajo”.

Compradores, con dudas

Casi todas las habitaciones del hotel tienen imponente vista del lago Nahuel Huapi, pero la perderían una vez que gane altura el sofisticado complejo Capitalinas, que está en construcción desde hace años en la margen opuesta de la Bustillo. Ese factor, al parecer, es uno de los que ha desalentado a los potenciales inversores, sumado a la virtual destrucción de las redes de agua y gas de todo el complejo. “Habría que hacer las instalaciones nuevas en todos los pisos y modernizar unas cuantas cosas. Sólo sirven las paredes”, dijo uno de los trabajadores.

Este diario intentó conocer la postura de Osplad sobre el tema, pero su presidente, Daniel Perata, no atendió las consultas. Una de las incógnitas es el precios de venta que maneja la obra social.

En una inmobiliaria local aseguraron que “el terreno sólo en ese lugar vale unos u$s 3,5 millones, a lo que habría que agregar la construcción, si sirve para algo”. Según una versión extraoficial, Osplad pediría 6 millones.

El secretario municipal de Turismo, Marcos Barberis, admitió que “al revisar temas de infraestructura urbana” la situación del Vuriloche fue una de las que se propusieron revertir, pero dijo que se trata de un caso difícil “porque tiene problema de juicios”.

Otros de los proyectos pensados para el hotel fue el de aprovecharlo como alojamiento turístico estudiantil pero que al mismo tiempo albergue a la escuela provincial de Hotelería y Gastronomía, que hoy funciona en el barrio Ñireco.

Cuando fue ministro de Educación, el actual legislador Marcelo Mango hizo sondeos con ese fin. Dijo que su idea era involucrar a Educación de la Nación, que aportaría los fondos, con el interés de que el hotel sirva para viajes de estudiantes de todo el país. “Lo evaluamos, lo visitamos y existió un interés de Nación, pero después no se avanzó –dijo Mango–. Había que invertir bastante”.

El Vuriloche fue construido en los años 40, luego lo compró el gobierno nacional (durante la presidencia de Juan Perón) y finalmente lo transfirió a Osplad.

Aunque el hotel está cerrado desde hace más de una década, todavía figura en algunos sitios web de reserva de alojamiento. La obra social docente lo mantiene como un capital inmovilizado. Las gestiones para encontrar un comprador, si las hubo, han sido sigilosas y hasta ahora no dieron resultado. “Han venido a recorrerlo, pero el tiempo pasa y no se vende. Por algo será”, fue todo el comentario de un empleado.

El Gran Hotel Vuriloche se encuentra en la avenida Bustillo al 1200. Actualmente doce personas se encargan del mantenimiento edilicio.

El municipio pensó en instalar oficinas, pero concluyó que el plan no era viable.

bariloche


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