Chacareros asaltados en Cervantes: «ellos están libres, nosotros tras las rejas»
La chacra de Francisco García y María Avendaño fue robada cuando ellos no estaban. Se llevaron a las ventanas, rejas, chapas, puertas, mesada y hasta el inodoro. En una nota con Río Negro cuatro meses atrás, habían reclamado más presencia policial por los robos en la zona.
Se llevaron hasta las ventanas. El robo fue en la zona de chacras de Cervantes frente al Canal Grande. Aquí Francisco García: "No creo que alguien pueda arreglar esto", dice. Foto: Emiliana Cantera.
La chacra El sueño mío de Francisco García y María Avendaño fue asaltada el lunes pasado en Cervantes, frente al Canal Principal de Riego. El hecho ocurrió en horas de la tarde en esta zona de la ciudad vecina a Roca en el Alto Valle. Los ladrones se llevaron el tanque de agua, chapas, focos, cables, la mesada, ventanas, rejas, el inodoro y la pileta lavamanos del baño y hasta la escoba. Pese a que los asaltantes dejaron una de las ventanas que rompieron en el piso, los efectivos policiales no tomaron huellas cuando fueron a recibir la denuncia, solo sacaron fotos.
«La estábamos preparando para los hijos. se llevaron y rompieron puertas, ventanas, el baño, las luces, las chapas del techo que estaban bien clavadas, todo. Lo peor es el daño, no lo arreglamos más. Cuesta mucho construir todo eso como para que te lo destruyan así en unos minutos«, dijo don Francisco a Río Negro. «No va a quedar otra que seguir peléandola para ahorrar y tratar de hacerla de nuevo. Porque si nosotros aflojamos ganan ellos. Y no puede ser que ellos estén libres y nosotros vivamos tras las rejas. No acepto eso», dice María Avendaño. En una nota publicada cuatro meses atrás por este diario, ambos habían reclamado protección ante la ola de robos en la zona.
Fue Francisco Daniel García, uno de los hijos de la pareja que consiguió con muchos esfuerzo y una vida entera dedicada al trabajo que él y sus tres hermanos pudieran estudiar, algo que sus padres no pudieron hacer, quien alertó sobre lo que ocurrió en un posteo en Facebbok. «Que indignación, tristeza e impotencia me generó cuando mi papa, de 77 años, me llama por teléfono desde la chacra en Cervantes, con su voz angustiada y dolida diciéndome ‘hijo, nos rompieron la casa, se llevaron las chapas, las rejas, las ventanas, y las cosas de su interior…’
La publicación rápidamente tuvo decenas de comentarios que vecinos que mostraban su indignación por lo sucedido y fue cientos de veces compartida.
«Fui a verlo rápido a la chacra y me miró con esos ojitos cansados y me dijo: ‘si fuera más joven me gustaría encontrarlos con las manos en la masa pero ahora soy un viejo y no valgo para nada’. Eso te destruye: no es justo que mis viejos que laburaron toda la vida tengan que pasar por un momento así«.
«Hubo muchos robos en la zona. Tienen que hacer algo urgente para para con esto. Porque es gente laburante que no se mete con nadie y que solo quiere vivir en paz. Y se lo merecen«, dijo ayer Francisco Daniel a Río Negro.
En la entrevista publicada por este diario cuatro meses atrás, justamente don Franciso hacía referencia a esta triste realidad cuando recordó que una vez lograron evitar que les robaran dos terneros. Escucharon los ruidos y salieron: encontraron a los terneros atados, los ladrones huyeron.
“Hay mucho chorrerío. Y no es cuestión de que a uno le maten a un hijo o lo maten a uno en la oscuridad. Necesitamos más seguridad. Hubo seis robos en la zona en los últimos meses. Acá cerca, a dos hermanas, dos señoras mayores, las asaltaron dos veces en pocos días. Las ataron, las golpearon, les robaron la jubilación. A una la agarraron cuando fue a buscar los espárragos, le hicieron comer tierra y la dejaron atada en el gallinero. Ahora está con mucho miedo, no se anima a salir. A una maestra le hicieron lo mismo: le pegaron, la ataron, le robaron el auto. Así no se puede vivir en las chacras, necesitamos protección”, dijo entonces. Ahora, María explica que pese a que el patrullero pasa, como es uno solo y la jurisdicción grande, hasta que vuelve a pasar transcurre mucho tiempo, lo que aprovechan los delincuentes. Por eso propone que sumen efectivos en moto de recorrida. «Y que los metan presos. Es la única manera de para esto», agrega Francisco.
Dos años atras, otro violento asalto los estremeció. La víctima fue Delfo Chanique, un trabajador rural jubilado de 82 que vivía en una casita a 500 metros de la de Francisco y María. Había ido a cobrar la jubilación y los delincuentes se la robaron, lo golpearon y lo dejaron atado a una silla. Fueron ellos los que lo encontraron y desataron. Y le construyeron una pieza de ladrillos al lado de la cocina de su propia casa, donde vive ahora. «Es un buen hombre, no lo podíamos dejar solo«, explicó don Francisco.
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