“Jaime fue a Kirchner lo que María Julia a Menem”

La investigación que durante tres años realizó Lavieri resulta terminante en cuanto al rol de recaudador que cumplió el exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime, para el proyecto político de perpetuación en el poder que acarició Néstor Kirchner.

Redacción

Por Redacción

entrevista: A Omar Lavieri, autor de “El Rekaudador”

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

– Ricardo Jaime es el caso emblemático que expresa la cultura de corrupción que signa mucho al aparato de Estado kirchnerista?

– Bueno, en otros términos yo digo que Jaime es al kirchnerismo lo que María Julia Alsogaray fue al menemismo en ese campo. Yo señalo, hacia el final del libro y en el marco de las conclusiones, que para entender a Jaime, su rol en el poder, hay que relacionar ese protagonismo con la aspiración de Néstor Kirchner de perpetuarse en el poder y para eso hay que construir poder económico propio. Poder destinado a reproducir poder… operar sobre todos los niveles necesarios para ese proyecto: doblegar voluntades, comprar dirigentes, desplegar campañas. Jaime fue funcional a todo ese proyecto como recaudador. Esto es así: como me lo señalaron varias fuentes que cito en el libro, recaudaba para Kirchner… y para sí mismo, claro.

– Hoy, ante el estallido de la crisis del sistema de transporte, en especial ferroviario, parece emerger claramente que todo el sistema de intervención del Estado en el tema facilitó la corrupción en ese área. ¿Es así?

– A medida que avanzaba en mi investigación fui percibiendo que el mismo sistema en que se fundaba el pago de los subsidios a los transportes, en alguna medida facilitaba el trabajo recaudador de Jaime. ¿En qué sentido? En que el Estado pagaba los subsidios contra declaración jurada de los empresarios del transporte sobre número de personas transportadas, combustible consumido… Luego, la flexibilidad con que se manejaban los controles desde la secretaría de Transportes hacia el resto… Es decir, como reflexiono en el libro: todos ganaban, salvo los contribuyentes.

– ¿A cuántas formas se reduce el mecanismo de recaudación que implementó Jaime?

– Fundamentalmente a dos. Por un lado, a través de una consultora que manejaba su asesor y testaferro Manuel Vázquez, que les facturaba mensualidades a todas las empresas de transporte y relacionadas con el transporte, por caso las del grupo Macri, que hace obra pública. Por otro lado marcha otra forma de recaudar: la bolsa de residuos que llenaban las empresas en concepto de porcentaje por los subsidios al transporte que recibían del Estado.

– ¿No había escapatoria a esa bolsa?

– Ninguna. Todas las empresas de transporte ferroviario y terrestre daban forma a esa bolsa. En el caso del transporte ferroviario, el grupo Roggio; el grupo Cirigliano; Emepa, de Benjamín Romero, todos… Mire, mientras Jaime fue secretario de Transportes pasaron por sus manos, en todo caso se liberaron, subsidios a ese sector por unos 20.000 millones de pesos. Sólo en lo concerniente a subsidios y aportes del Estado nacional al sistema de transportes del área metropolitana tenían un promedio de aproximadamente 760 millones de pesos anuales. Pero a todas esas magnitudes, hay que sumarle que -en el marco del relajamiento de controles que ejercía Transportes en lo concerniente a los subsidios al combustible y las tarifas que les otorgaba- Jaime les liberó a las empresas ferroviarias lo que yo defino como “otra cuenta millonaria”: el manejo de las obras para la infraestructura. Fue en el 2006 y en los hechos significó que las empresas tenían bajo su control los recursos públicos que el Estado disponía para esas obras. Esto fue cuestionado por la Auditoría General de la Nación, ya que la resolución lastimaba el principio de transparencia que hace a las contrataciones públicas, pues permitía a la empresas ferroviarias subcontratar libremente obras, es decir firmas asociadas a los mismos grupos, contrataciones por amiguismo, etc, etc.

– Su investigación está organizada vía lo que Ben Bradley, el editor de “The Wasington Post” en tiempos de “Los papeles del Pentágono” y luego “Watergate”, llamaba “trámite seco”. O sea relato fundado en plantar rápido el eje de cada punto que se dilucida. Así avanza usted desmalezando la importancia de Caesa, la consultora que recaudaba para el kirchnerismo. ¿Fue la organización más perfecta de todas la usadas para recaudar?

– No me parece, en tanto que -llegado el momento- descubrieron que manejaba como lo manejaba. Caesa es una truchada más del mundo Jaime, con Vázquez que le da sentido organizativo a los negocios. Es el hombre que hace la arquitectura de las facturas para empresas por servicios de consultoría, el que arma las cuentas en el exterior… Vázquez incluso fue condenado por estafas, cheques sin fondos. Yo lo defino como un condenado estafador…

– ¿Caesa sí o sí para hacer negocios con el Estado?

– Fundamental pasar por ahí. En mi libro dejo bien en claro cómo era el mecanismo, qué empresas pasaban por ahí, firma fundamental del sistema de transporte… montos.

– ¿Cómo cree que fue posible que Vázquez, Jaime y aliados, ya investigados por la Justicia, hayan dejado tantas huellas en los miles de mails que se descubren?

– Y… los habían mandado a borrar pero algo falló. Se sostiene que incluso les habían aconsejado tirar todo el sistema al Río de la Plata…

– Vuelvo a Caesa. Se funda en el 2002 y su presidente es Juan Alemann, hoy procesado por interrogar a un detenido en la ESMA. ¿Conocía entonces a Vázquez?

– Sí, de otros tiempos, en otras consultorías. Incluso dos hijos de Vázquez colaboraron con Alemann en el inicio de Caesa. Luego, Alemann se aleja.

– La historia de Jaime en relación al mejoramiento de su posición económica tiene perfiles copernicanos ¿no? De un saco raído y zapatos con suela que ya no es suela, a avión propio o casi propio…

– Y… además le gustaba mostrar todo lo que había conseguido desde su llegada al poder. Le gusta mucho el oro… “Somos turcos: nos gusta mucho el oro”, me dijo uno de sus hermanos”. Hoy la Justicia está trabajando en una causa en la que se cree que empresas vinculadas a un hermano de Jaime recibieron negocios de empresas relacionadas con el sector ferroviario por un valor de 54 millones de pesos.

– ¿Pudo probar lo que dice Ricardo Cirelli, ex subsecretario de Transporte Aerocomercial, en cuanto a que Jaime todas las noches le llevaba una valija con dinero a Néstor Kirchner?

– Dicen que dijo algo así… No tuve suerte de hablar del tema con gente del kirchnerismo.

– ¿Qué distingue, en relación al estilo recaudador, a Jaime del ministerio que lidera De Vido?

– La gran caja es todo el área de De Vido, pero con Jaime sucede que, por su estrecha relación con Kirchner, se movía con mucha autonomía.


entrevista: A Omar Lavieri, autor de “El Rekaudador”

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