José Tomás Velasco, médico español asentado en el Valle


Se afincó, como todos los galenos de aquellos años del siglo XX que desafiaron las tierras de la Norpatagonia: había que arremangarse.


El Dr. José Velasco es autor de numerosas iniciativas para el bien de la comunidad allense, siempre poniéndose al servicio de los demás. Nació en 1883 en Galicia, España: provenía de una familia dedicada a la medicina y con una posición económica muy desahogada. Allí, junto a sus padres médicos y sus hermanos pasó su niñez y adolescencia para luego entrar a la Facultad de Medicina en Santiago de Compostela.

Recibió su título de médico en 1912, y luego de hacer su residencia se embarcó como médico de a bordo para hacer así un gran recorrido por el mundo. Arribó a la Argentina en 1913: se hospedó en un hotel y hasta allí llegaron el Ministro de Salud de la Nación junto a otros funcionarios. Le ofrecían la posibilidad de viajar hasta la Patagonia, debido a que el ferrocarril del Sud estaba dando sus primeros pasos y había una gran necesidad de contar con profesionales de la salud en la región.

El ofrecimiento le agradó y aceptó la propuesta. Su primer destino fue Médanos: con esto se terminaba el sueño de viajar por el mundo. Pasado un tiempo, llegó una comisión de vecinos de Allen ofreciéndole una subvención para tentarlo a radicarse allí. No había médicos en muchos kilómetros a la redonda.

Se trasladó con un sulky como medio de locomoción para llegar al lugar. Ahí se enfrentó con un panorama en el que la carencia de todo tipo de elementos para ejercer su profesión era la norma. Allí se afincó, como todos los galenos de aquellos años del siglo XX que desafiaron las tierras de la Norpatagonia: había que arremangarse y ponerse a organizar la tarea, y así lo hicieron. De acuerdo con el relato de sus descendientes fue un médico muy humanitario con sus pacientes, les realizaba las recetas y las dejaba sobre la mesa el dinero para sus gastos, ya que la vida en esos momentos ya era muy difícil como para afrontar gastos inesperados.

Antes de establecerse en Allen estuvo en Ingeniero Huergo: allí desarrolló su profesión, otras actividades, y obras tendientes al desarrollo y progreso del lugar, siempre apuntalando la educación y la cultura. Fundó escuelas, bibliotecas, donó tierras para edificar comisarías, organizó y presidió la Cooperativa Vitivinícola de Allen; trabajó como médico oficial del Ferrocarril y del personal en la construcción del Dique Ballester, el Dique Cordero. En Allen, preocupado al ver que los hijos de los empleados rurales no iban a la escuela por cuestiones de distancia, pidió a las autoridades nacionales la construcción de una escuela rural, y viendo que ese objetivo no prosperaba, tomó la decisión de hacerse cargo personalmente con sus recursos, lo que dio inicio a la construcción de una escuela en su propia chacra.

El Consejo de Educación, al saber de la existencia del edificio ya terminado, nombró a los docentes. Así se creó la Escuela Primaria Rural N° 54 que lleva por nombre Dr. Velasco. En Ingeniero Huergo formó su familia con Dolores Ibáñez, también española, de Barcelona, que había llegado al Valle con sus familiares y se asentó en esa ciudad. Del matrimonio nacieron 5 hijos. Rosita, la mayor, casada con el Ingeniero Cucciolli, que tuvo 6 hijos: Elisa, Margarita, Laureano, Luis, María Rosa y Susana. Elena, maestra de Allen. José Tinacho, primer diputado electo por la UCR del Pueblo en 1958, casado con Alicia Dugrós, profesora de francés, 3 hijas: Marta, Silvia y Graciela. Julio, fruticultor, casado con Olga Sánchez, con la que tuvo a Julio y Cecilia. Laura Gurisa, obstetra, madre de Aixa. El Dr. José Velasco falleció joven en 1952: su intensa vida, múltiple y activada, le provocó un fuerte cansancio físico que, junto con su hábito de fumador, provocaron su rápido deceso. En la foto lo vemos con parte de su familia. El pueblo de Allen, en gratitud a su desempeño bautizó con su nombre una de sus calles, el Pabellón de maternidad del Hospital regional, además de la Escuela Rural N° 54 y una biblioteca y calle en Ingeniero Huergo. Estaban dándole el nombre de un abnegado trabajador que dejó todo en su país natal y vino a estas tierras a sembrar salud y oportunidades, y fue el iniciador de una familia que, aún hoy, sigue dejando su nombre muy alto.


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