Julieta Haag, marca registrada en los pies de los huinculenses

La joven es diseñadora industrial y sueña con tener su propio local de ventas. Mientas tanto, abrió su taller para conocer sus originales zapatos.

Cuando descubrí que el zapato tenía un montón de elementos que me gustaba como coser, elegir los tacos, las plantillas, las hormas, cordones, hebillas, es decir la unión de muchas cosas, me fascinó”, dice Julieta Haag, la joven diseñadora huinculense, que instalada aquí desarrolla su pasión que es también su medio de vida.

Julieta abre las puertas del espacio que se armó para diseñar y trabajar en la creación del calzado de línea femenina, en Plaza Huincul. Después de recibirse como diseñadora industrial en 2017, descubrió su pasión por los zapatos. Enseguida, comenzó a investigar dónde perfeccionarse y en las charlas que había en la Cámara de Calzados, se encontró en 2018 que en la Universidad de Palermo se presentaba la primera carrera universitaria en Diseño de Calzado.

Se anotó para cursarla, aunque desde el año pasado lo hizo de manera virtual por la pandemia. “Me faltaba la especialización y el diseño. Les cuento a mi mamá y a mi papá y me entusiasmaron para que empezara. Viajaba desde La Plata (donde vivía por entonces) tres veces a la semana a CABA”, dice.

Aprendí cómo crear valor en el producto, la historia, la trazabilidad, la sustentabilidad de todo el proceso. Sabía hacer zapatos, pero no como agregarle valor a eso para que sea diferente. Por ahí surge nueva forma o materiales nuevos”, cuenta.

Entre muestras de los materiales, donde elige colores y texturas, relata que opta por el calzado femenino por el estilismo y que no necesariamente tiene que ser usado por mujeres. Lo cierto es que su deseo es poder ampliar la línea de producción hasta el talle 44. Los proveedores de insumos y materiales están incrementando la curva de talles de acuerdo al actual contexto, aunque se requiere más capital para adquirirlo.

“Cuando decimos calzado femenino, una de las cosas que se tiene en cuenta es que antropométricamente hablando tiene otras dimensiones, pero no quiere decir que los hombres no lo pueden usar si les queda”, especifica.

Ahora, está abocada a trabajar en su colección de invierno a la que llamará “Loma Chata” que es la acepción española de los vocablos Plaza Huincul. Julieta explica que lo suyo es diseño de autor, y en ese camino buscó que la idea rectora para esta colección se relacione a su origen huinculense. Pidió a sus contactos en redes sociales que le envíen fotografías que identifiquen a la ciudad.

Me parece muy fácil y disfruto el proceso y me parece fascinante empezar en un pedazo de papel con el diseño y terminarlo en un día. Es increíble”.

Julita es de Plaza Huincul, ciudad que la inspira en sus creaciones.

En esas fotografías estallaron los colores de cielos neuquinos, la actividad petrolera, la tierra, abundante y resquebrajada. “A partir de ahí creé una colección que en tres de sus pares tienen diseñados el mapa satelital de Plaza Huincul, donde se ve la ruta 17, la Ruta 22 y cómo se divide la ciudad en tres partes”, aclaró.

Habrá una línea que será de los colores cálidos que rescata los atardeceres, los naranjas, los violáceos, y un poco de tierra. La otra línea con los colores del petróleo: el verde petróleo que son de los más fríos y cielos celestes. Todos en colores plenos. Piensa trabajar con la misma línea para la colección del verano.

Al momento de proyectar, a pesar de que atravesada como todos por la pandemia se hace difícil pensar a muy largo plazo, si está convencida de seguir con su marca Julieta Haag y tener un espacio propio de venta y exhibición. Por ahora, sigue con la tienda virtual y las ventas a través de las redes sociales de Facebook e Instagram.

El primer par de zapatos rojo

«Me compré una horma 36 y cuando estaba aprendiendo, los primeros zapatos fueron para mí. Eran acordonados, rojos, un poco más altos. Tenía una emoción que me los quería llevar puestos, pero había que esperar a que se secaran», recuerda hoy risueña.

En todo este tiempo, el tipo de calzado que diseña es urbano, fino, no para fiestas u ocasiones especiales. Como se trata de un zapato de uso cotidiano, tiene una altura que no supera los 5 centímetros para que se puedan tener durante varias horas al día. Julieta prefiere la estación invernal para diseñar porque «es un momento en que el pie está más vestido, te da la posibilidad de crear más».

El proceso creativo de la diseñadora empieza por el dibujo y a partir de ahí, después va seleccionando los materiales, la altura hasta que quede terminado.


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