Confirman el pedido de juicio contra el joven de Roca vinculado a grupos extremistas
Los fiscales federales que investigan el caso consideraron que David Nazareno Ávila "estaba preparándose para cometer un atentado". Los datos recientemente develados complican su defensa.
La Fiscalía Federal solicitó la elevación a juicio de David Nazareno Ávila, un joven de 22 años oriundo de General Roca, Río Negro, detenido en enero de este año bajo graves acusaciones vinculadas al terrorismo internacional. Se lo investiga por integrar y difundir mensajes del grupo extremista yihadista autodenominado Estado Islámico, utilizando redes sociales y mensajería instantánea para propagar contenido extremista, incitar al odio y planear posibles actos violentos en territorio argentino.
El pedido fue formulado por la fiscal María Claudia Frezzini, a cargo del Área de Transición de la Unidad Fiscal de General Roca y Santiago Marquevich, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (UFECO), quienes sostienen que Ávila no actuaba de manera aislada, sino como parte de una estructura ideológica alineada con los principios del Estado Islámico.
El pedido de elevación a juicio fue confirmado a Diario RÍO NEGRO por fuentes judiciales que investigan en caso. Las mismas detallaron que la solicitud hecha desde la Fiscalía Federal de Roca, se concretó este miércoles al mediodía y que en las siguientes horas se correrá traslado a la defensa de Ávila.
La investigación había sido iniciada en Roca luego de que el juzgado de Campana, donde había sido iniciada, se declarara incompetente.
Activismo digital con fines extremistas
Según la acusación, Ávila utilizó múltiples plataformas digitales como Instagram, TikTok, Facebook, WhatsApp y Telegram para publicar imágenes, videos y mensajes que glorificaban atentados terroristas, promovían la ideología del Estado Islámico y alentaban a la violencia contra quienes no compartieran sus ideas. En uno de los grupos, llegó incluso a pedir instrucciones para fabricar explosivos con el objetivo de ejecutar un ataque en suelo argentino.
El contenido encontrado en su teléfono celular, secuestrado durante un allanamiento en General Roca, fue clave. Allí, los fiscales detectaron conversaciones donde el joven manifestaba deseos de convertirse en “mártir”, expresaba su odio hacia el “gobierno sionista argentino” y pedía ayuda para adquirir armas y financiación.

“Estoy ahorrando para la masacre”, escribió el 24 de diciembre pasado, en una conversación que también incluía la intención de comprar un rifle valuado en 950.000 pesos. En otras interacciones, pedía explícitamente apoyo para aprender a fabricar explosivos y ejecutar un atentado.
“En definitiva, los elementos de prueba hasta aquí desarrollados evidencian actividades compatibles con una persona que estaba preparándose para cometer un atentado y que, además, anunciaba deliberadamente sus intenciones de hacerlo”, comunicaron desde la Fiscalía.
El entramado de la investigación
La pesquisa comenzó en marzo de 2024, cuando la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal advirtió sobre un usuario que difundía propaganda yihadista. La denuncia formal fue presentada un mes después por la UFECO junto a la Fiscalía Federal de Campana, dado que inicialmente se detectaron vínculos del imputado con personas en la zona de Escobar, Buenos Aires.
Con el correr de las semanas, se confirmó que Ávila residía en General Roca y que las actividades investigadas se desarrollaban principalmente en esa ciudad. Por ello, el expediente fue derivado al Juzgado Federal con jurisdicción en Río Negro, que dictó su procesamiento con prisión preventiva tras tomarle declaración indagatoria el 14 de enero.
Durante su declaración, Ávila negó los hechos, alegando que se trataba de una “broma” y que nunca tuvo intenciones reales de cometer un atentado. Afirmó: “No soy un peligro para nadie. Amo este país”. Sin embargo, los fiscales rechazaron de plano esa versión, calificándola como “inverosímil” y como un “intento desesperado” por mejorar su situación judicial.
Perfil y antecedentes del acusado
Los investigadores confirmaron que Ávila tuvo un paso fugaz por el Ejército Argentino como voluntario, en el Regimiento de Caballería de Montaña en San Martín de los Andes. Fue expulsado tras poco tiempo por bajo rendimiento, problemas disciplinarios y haber sido sorprendido robando en un supermercado.
También se estableció que formaba parte de múltiples grupos virtuales con discursos de odio y contactos directos con simpatizantes del Estado Islámico. “No era una persona que operaba sola por convicción individual, sino un miembro activo de una red descentralizada, alineada con una ideología violenta y peligrosa”, sostuvieron los fiscales. Incluso aseguran que recibió manuales y directrices para operar como “lobo solitario” con el objetivo de representar al grupo yihadista desde Argentina.
Calificación legal y cargos
El delito que se le imputa está tipificado como haber integrado agrupaciones que buscan imponer sus ideas por la fuerza o el temor, agravado por la intención de aterrorizar a la población, en concurso con el fomento del odio por razones de religión o ideología. La acusación se fundamenta en artículos del Código Penal y la Ley Antidiscriminatoria.
De ser hallado culpable, Ávila enfrentaría una severa condena. El caso, de alta sensibilidad para la seguridad nacional, será ahora evaluado por el Juzgado Federal de General Roca, que deberá definir la fecha del juicio oral. Mientras tanto, el joven permanece detenido, en prisión preventiva, a la espera de enfrentar el proceso judicial.
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