Crimen de Natalia Melmann: prisión perpetua para el cuarto policía por secuestro, abuso y asesinato
Ricardo Panadero fue declarado culpable por el Tribunal Criminal N° 4 de Mar del Plata por los delitos de secuestro, abuso y asesinato de Natalia Melmann. El exsargento de la policía bonaerense se sumó a los otros tres policías condenados por el brutal crimen ocurrido en 2001.
El exsargento Ricardo Panadero fue sentenciado a la pena de prisión perpetua por el asesinato de Natalia Melmann, crimen ocurrido en 2001. Foto Télam.
En un juicio que se llevó a cabo 22 años después del asesinato de Natalia Melmann, una adolescente de 15 años, el Tribunal Criminal N° 4 de Mar del Plata halló culpable a Ricardo Panadero, exsargento de la policía bonaerense, por los delitos de secuestro, abuso sexual y asesinato.
Los jueces Néstor Conti, Mariana Iriani y Juan Galarreta emitieron por unanimidad el veredicto de culpabilidad contra Panadero. Según el tribunal, el exsargento es responsable de los delitos de «privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de dos o más personas, y homicidio agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa».
Tras la lectura de la sentencia, se ordenó el traslado inmediato del condenado a la Unidad 15 de Batán, ubicada en Mar del Plata.
Cabe destacar que en una instancia anterior, tres policías, Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60), habían sido condenados a prisión perpetua por su participación en el crimen.
Sin embargo, Panadero fue absuelto en dos ocasiones anteriores debido a la falta de pruebas. No obstante, el Tribunal de Casación Penal provincial decidió anular el fallo en 2019 y ordenó que el cuarto policía de la Bonaerense fuera juzgado por su implicación en el caso.
La madre de Natalia, Laura, estuvo presente durante la lectura de la sentencia y expresó su dolor ante los medios de comunicación, afirmando: «No tienen la menor idea de lo que fue para nosotros perder a un hijo. A mi hija nadie la resucita».
«Solo cuando pongo mi cabeza en la almohada veo a Natalia siendo atacada por cuatro policías», agregó con rabia. Además, recordó la alegría y la felicidad de Natalia, quien estudiaba, jugaba y bailaba, y lamentó que su futuro le haya sido arrebatado debido a este terrible crimen.
También, hizo hincapié en que Natalia está presente con ellos en este difícil momento, acompañada por otras víctimas. «No tienen la menor idea de lo que fue para nosotros perder a un hijo. A mi hija nadie la resucita», concluyó.
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