La insólita decisión del juez a casi un año del crimen del soldado de Zapala
Elaboró un escrito de 80 páginas en el que detalla buena parte de las pruebas reunidas, confirma su hipótesis principal, y decidió darle publicidad en un sitio de acceso público. La querella se opondrá.
Cuando está por cumplirse un año del asesinato del soldado Pablo Jesús Gabriel Córdoba (21) en el Grupo de Artillería 16 de Zapala, el juez federal Hugo Horacio Greca confirmó que su hipótesis principal es que se trató de un suicidio. Para eso forzó la interpretación de las pruebas científicas, las reemplazó por «opiniones de expertos» que no está claro quiénes son, o directamente las ignoró.
Hay algo igual de grave, o más. Greca escribió un documento de 80 páginas que es un resumen del expediente en el cual detalla las pruebas reunidas con nombres de sospechosos, fotos, croquis y pormenores de las pericias. Aunque reconoce que la investigación no está cerrada, y que el homicidio todavía es una de las hipótesis a trabajar, el juez decidió «hacer publicar» su trabajo «en el Centro de Información Judicial (CIJ)». Se trata de un sitio público, de modo que los eventuales autores del homicidio podrán tener acceso a información valiosísima para armar una coartada y asegurarse su impunidad.
La novedad causó un profundo desagrado en la familia de Pablo, que está organizando una marcha para el 1 de junio, cuando se cumplirá un año del homicidio. El abogado que los representa, Maximiliano Orpianessi, presentará un recurso para oponerse a la publicación y no descarta hacer una presentación contra Greca en el Consejo de la Magistratura.
El escrito de Greca se conoce en un contexto muy particular. Por un lado se cumple el primer aniversario del homicidio con la investigación estancada. En paralelo, se están moviendo los concursos en el Consejo de la Magistratura de Nación, y el juez está en campaña para ascender a camarista.
Las 80 páginas son una suerte de rendición de cuentas de su trabajo al frente del expediente, a pedido de nadie y a riesgo de poner en peligro el futuro de la investigación si se lo da a publicidad. Un cambio de actitud en el magistrado, que en el pasado decretó el secreto de sumario.
La hipótesis del suicidio
Greca sustenta su hipótesis del suicidio, por ejemplo, en que Pablo habría estado mal de ánimo porque habría sido víctima de extorsión por parte de un grupo de personas de Mendoza. En su escrito suministra los nombres, teléfonos, direcciones y hasta fotos de estas personas. Después de eso se declara incompetente y le pasa el paquete a la justicia de aquella provincia para que los investigue. Los mendocinos deben estar felices con tanta publicidad.
La hipótesis del suicidio choca contra una prueba científica muy sólida: la autopsia. Para tenerlo presente, el trabajo de los forenses de Neuquén y de la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó que:
• Pablo recibió dos disparos, uno ingresó por el mentón, otro por la sien derecha, y no se puede determinar ni el orden ni el calibre.
• Cualquiera de los dos haya sido el primero, «lo inhabilitó para movimientos conscientes».
• Cualquiera de los dos posee idoneidad para provocar la muerte, juntos o por separado.
«Según expertos»
Pese a estas conclusiones de los forenses, Greca escribió: «si bien esa morgue indicó que la persona al realizarse un disparo de ese calibre (se recuerda, la autopsia no habla de calibre pero para el juez fue un FAL) ya se encuentra imposibilitado de realizar movimientos conscientes y activos, nada impide que un segundo disparo se pueda producir como consecuencia de contracciones involuntarias del cuerpo o respuestas reflejas originadas en la médula espinal, no a nivel encefálico; movimientos que pueden ser espontáneos, o tras la flexo-extensión del cuello o la flexión de la musculatura de la cadera».
¿Cuál es la fuente a la que recurre el juez para refutar a los forenses? No lo revela en sus 80 páginas.
Más adelante, el magistrado agregó: «Respecto de la imposibilidad de realizar actos voluntarios luego del primer impacto de bala, los expertos (sic) señalan que el segundo tiro pudo haber sido por espasmos musculares. De alguna forma no determinada (sic) luego del primer tiro sobre el mentón (sic) el arma se desplaza hacia la derecha del cuerpo del soldado, y producto de movimientos involuntarios se dispara nuevamente».
En ese tramo cita a la fuente: Leonardo Iglesias, jefe del cuerpo de peritos de Gendarmería Nacional. Fue el que dirigió la reconstrucción del 26 de diciembre del año pasado, esa de la cual Greca echó a los gritos a la hermana y al padre de Pablo, por lo cual fue denunciado.
Suicidio asistido u homicidio culposo
Para el caso de que la hipótesis de los espasmos sea difícil de digerir, el juez tiene un plan B: el suicidio asistido.
Señaló: «Pablo Córdoba decidió quitarse la vida, ello ante la presencia de un conocido (…) y el cual por cuestión de amistad o camaradería, al ver que Pablo, al momento de efectuarse el primer disparo y quedar agonizando producto de un tiro inefectivo, toma su arma y efectúa el segundo disparo».
Y hasta un plan C: Córdoba intentó suicidarse, «alguien que se acercó para asistirlo y se le escapó el segundo tiro».
En alguna de esas descabelladas hipótesis, el autor habría cometido un delito. Si se publicara el escrito de Greca tendría muchos elementos para armar su coartada.
Las fallas de la hipótesis del suicidio
Greca reconoce que tiene más problemas para justificar que Pablo se suicidó, no solamente la autopsia. El otro factor es que el cargador no estaba colocado en el fusil.
«Se debe dejar en claro que aún resta obtener información que permita dilucidar: 1. ¿ En qué lugar y posición se hallaba el fusil FAL al momento en que comienzan a arribar los testigos, 2. ¿Por qué el cargador se encontraba desprendido del fusil?, 3. ¿Por qué se encontraba sin munición en la recamara el fusil FAL?, 4 ¿Existe alguien que haya llegado al lugar del hecho antes que todos los declarantes y procediera a sacar el cargador, retirar la munición de la recámara y haya cambiado el modo de disparo del FUSIL FAL?, esas son preguntas que quedan por abordar y se está trabajando en ello», escribió.
«Un hecho, que resulta el más difícil de explicar, que hace presumir la intervención de un tercero, es que el fusil no tenía el cargador puesto, ni bala en recamara», indicó en otro párrafo. Sin embargo, se aferra a la teoría del suicidio, en este caso, asistido.
«No hay móvil»
¿Por qué el juez le asigna menos posibilidades a la hipótesis del homicidio?
«En modo alguno ha sido excluida», enfatizó, pero «durante toda la pesquisa no se pudo constatar un motivo de esta hipótesis delictual».
El móvil nunca es imprescindible para una investigación penal. Al margen, acaso si se hubiera puesto tanto empeño en investigar a otros militares como se puso en rastrear las redes sociales y movimientos bancarios de Pablo los resultados podrían haber sido distintos.
Y por último, si todavía cree que Pablo pudo ser víctima de un homicidio, ¿tiene sentido publicar la prueba reunida de manera tan imprudente?
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