«Legítima defensa» para un policía de Neuquén que disparó un escopetazo en la nuca a un hombre

La fiscalía lo había acusado inicialmente de tentativa de homicidio doblemente agravado pero después de analizar el caso pidió el sobreseimiento. Qué dijo la víctima.

En otro fallo polémico, el Poder Judicial de Neuquén sobreseyó a un policía que le disparó a quemarropa en la nuca a un hombre porque eludió un control, mientras escapaba de otro patrullero que lo perseguía.

Cuando ocurrió el hecho, en octubre del año pasado, el efectivo policía de la comisaría Tercera fue acusado de tentativa de homicidio doblemente agravada, y no se solicitó su prisión preventiva. Ahora la fiscalía instó su sobreseimiento y la jueza Estefanía Saulí le hizo lugar.

El caso vuelve a poner en debate la capacitación que reciben los policías de Neuquén para resolver conflictos en la vía pública sin que el remedio sea peor que la enfermedad.

La secuencia del caso


Este caso comenzó el 13 de octubre del 2022 cuando Federico Emanuel Pérez, al volante de un BMW de unos 20 años de antigüedad, desobedeció la prohibición de acercamiento a su expareja. Ella accionó el botón antipánico, la policía se presentó en su domicilio y Pérez escapó.

De acuerdo con lo expresado en la audiencia por el fiscal del caso, Andrés Azar, el móvil policial lo persiguió por unos 6 kilómetros, desde el barrio Z1 hasta la esquina de Abraham y Arabarco. Todo el trayecto, el fugitivo condujo a alta velocidad, de manera imprudente y cruzando semáforos en rojo.

En la esquina mencionada le cruzaron una camioneta Amarok de la comisaría Tercera con tres policías, uno de ellos Ricardo Mauricio Campos quien portaba una escopeta con balas de goma, y otro con una 9 milímetros.

Qué dijeron los testigos


El fiscal Azar relató que según los testigos, en su mayoría policías pero también algunos civiles, Pérez conducía de manera temeraria y no hacía caso de las señas para que se detuviera. En el lugar hay una plaza que en ese momento -eran casi las 5 de la tarde- estaba repleta de niños jugando.

El policía Campos y algunos testigos interpretaron que Pérez le tiró el BMW encima al uniformado. También imaginaron que si seguía conduciendo de esa manera, podía subirse a la plaza y provocar una tragedia.

Azar se aferró a esos testimonios para argumentar que Campos le disparó un escopetazo a Pérez en defensa propia y de terceros.

A quemarropa, en la nuca


Fue a quemarropa, a tal punto que el cartucho quedó dentro del vehículo. Le causó una lesión de más de 5 centímetros de diámetro, fractura en hueso occipital, hemorragia subdural leve, entre otras graves heridas.

Que el impacto haya sido en la nuca significa que Pérez ya había pasado y había dejado de ser una amenaza para el policía. Más bien parece que Campos gatilló, como dijo otro testigo al cual la fiscalía pasó por alto, «por el susto, no es que apuntó y disparó, fue una reacción del momento».

Puestos a especular como hicieron los testigos, el escopetazo sin apuntar de Campos pudo causar daños a terceros. Lo mismo que el disparo de su compañero con una 9 milímetros, quien dirigió la mira hacia el piso y quién sabe adónde fue a parar el rebote.

Después de recibir la perdigonada en la nuca, que le provocó gravísimas lesiones, Pérez perdió el control del vehículo, que siguió su rumbo ahora sí como un arma peligrosa, se subió a la vereda y se estrelló contra una vivienda. No lastimó a nadie de casualidad.

El caso es complejo y permite ser abordado desde varios ángulos. Consultado por diario RÍO NEGRO, el fiscal Azar defendió su criterio. «Hubo una agresión ilegítima de parte de Pérez, al querer atropellar a Campos, y el medio empleado para defenderse fue racional», dijo.

Qué dijo la víctima del escopetazo


En la audiencia, que se realizó el viernes pasado, la víctima estuvo presente. Afirmó que «no estoy de acuerdo (con el pedido de sobreseimiento) pero considerando mis opciones, no tengo muchas otras. No tengo abogado para hacer un juicio, después del accidente perdí empleo, cambió totalmente mi vida».

«Prefiero que siga así, que Campos siga trabajando para mantener a su familia», agregó.

Y como última frase, soltó: «La vida se encargará de facturarle a él, que sabe que no fue legítima defensa».

El policía pidió disculpas


El policía también habló: «Nunca tuve la intención de querer matar a Pérez, yo obré en base a lo que se me enseñó en policía, y le pido disculpas por la lesión que le ocasioné». Una vez más: es hora de revisar el entrenamiento que reciben los policías de Neuquén respecto de cómo se resuelve un conflicto en la vía pública sin uso desmedido de la violencia.

La jueza Saulí hizo lugar al pedido de sobreseimiento de la fiscalía. Dijo que «más allá de la oposición de la víctima, él tenía la posibilidad de constituirse en querellante y decidió no tomar esa actitud».

Al parecer no escuchó cuando Gómez dijo que no tenía medios para contratar un abogado.


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