Pidieron declarar culpable a un desarrollador inmobiliario de Bariloche por administración fraudulenta, la defensa solicitó la absolución

El juicio se desarrolló esta semana. La fiscalía no intervino. Los acusadores alegaron que probaron la acusación. La defensa planteó que el acusado los actos los hizo con las facultades otorgadas por un poder firmado por el denunciante.

Los abogados por la querella particular Magdalena Sanguinetti y Martín Govetto pidieron al tribunal de juicio que declare responsable penalmente al desarrollador inmobiliario de Bariloche Gabriel Di Tullio Honrado por administración fraudulenta.

Así lo plantearon en el alegato ante el tribunal, integrado por los jueces Marcelo Álvarez Melinger, Gregor Joos y Bernardo Campana. Afirmaron que durante las audiencias probaron la acusación que impulsaron contra Di Tullio. La defensa particular sostuvo lo contrario.

El caso llegó a juicio después de numerosas idas y vueltas, y sin la intervención de la fiscalía que desestimó que en los hechos denunciados por Fernando Boudourian existiera delito. Para los fiscales que intervinieron, Tomás Soto, Inti Isla y Martín Lozada, el conflicto debía resolverse en el fuero civil.

Por eso, Boudourian se convirtió en querellante. Insistió y sus abogados hicieron su propia y amplia investigación. De esa forma, logró presentar pruebas y que la causa llegara a juicio.

Así, Di Tullio, que en su momento había pedido acceder al beneficio de la probation, que fue rechazado (aunque hubo jueces de Bariloche que habían aceptado su pedido) tuvo que sentarse esta semana en el banquillo de los acusados.

Di Tullio se presentó ante el tribunal como un desarrollador inmobiliario que en 25 años hizo 11 urbanizaciones en Bariloche. Dijo que fue presidente de la Cámara de Chocolateros de la ciudad y hasta candidato a gobernador. Lo fue en 2023 por el PPR.

Los abogados Magdalena Sanguinetti y Martín Govetto, representan al querellante Fernando Boudourian (a la derecha) y pidieron que el acusado sea declarado culpable. (foto Alfredo Leiva)

Una historia de amistad y negocios


El caso tiene una trama complicada que los querellantes explicaron durante las cinco audiencias que duró el juicio, que comenzó el lunes.

Para entender un poco la historia hay que remontarse a finales de 2007, cuando Boudourian conoce a Di Tullio. Se lo presentó el papá de una compañera de colegio de una de sus hijas, según relató el denunciante en el juicio.

“Al poco tiempo empezamos a tener una relación. Ellos buscaban que invirtiera en los desarrollos que ellos tenían”, recordó Boudourian, que aceptó la propuesta.

En forma simultánea a la relación comercial surgió una amistad. Boudourian, que se presentó ante el tribunal como consulto financiero (trabajo que desempeña desde hace 38 años) dijo que conseguía inversores para los desarrollos de Di Tullio y el porcentaje que “me retribuía era traducido en lotes de esos mismos desarrollos”.

Como “no llegaban a las escrituras, Gabriel me cambiaba esos lotes por otros nuevos. Aceptaba los cambios con promesas de mejores lotes”, recordó.


Un reconocimiento de deuda


Todo eso “fue tomando un volumen que había que cuantificar y, por eso, nos fuimos a la escribanía de Carla Menza y redactamos un documento de reconocimiento de deuda donde Gabriel (Di Tullio) se compromete a entregarme en 4 años 24 unidades en el desarrollo Solares de Bariloche”, explicó Boudorian. Se hizo el 13 de diciembre de 2018.

El reconocimiento de deuda fue por 4.771.573 dólares estadounidenses. La escribana declaró en el juicio y confirmó haber hecho el documentoy certificado las firmas.

Boudorian afirmó que cuando llegó el vencimiento de ese compromiso, Di Tullio no podía entregar las unidades comprometidas y ofreció lotes para achicar la deuda.

Las audiencias del juicio oral y público se desarrollaron desde el lunes hasta el viernes. (foto Alfredo Leiva)

Los boletos y el poder


“Siempre en el marco de la confianza, de la amistad, me dice que tiene estos boletos para ir de alguna manera achicando esta deuda y firmamos el 18 de febrero de 2021 un boleto por 10 lotes y un boleto por un lote” en Solares, indicó el denunciante.

Di Tullio fue acompañado a esa reunión en el Hotel Llao Llao por el escribano de Bariloche Fabricio Fato, que hizo los boletos y redactó un poder especial a favor de Di Tullio.

Boudourian le firmó el poder con facultades para que administrara esos lotes. Según Boudourian, le indicó a su amigo que gestionara las escrituras porque los quería vender para recuperar su dinero.

Según los acusadores, Di Tullio le dijo que esos lotes en la urbanización Solares de Bariloche costaban “dos palos”. Para los querellantes esos dos palos son un monto cercano a los 2 millones de dólares de acuerdo a los valores del mercado inmobiliario.


El retiro de los boletos sin avisar, según la acusación


Los boletos y el poder quedaron resguardados en la escribanía de Fato, en Tiscornia al 100 de Bariloche. Govetto y Sanguinetti dijeron a los jueces que probaron que el 22 de julio del 2021, Di Tullio retiró los boletos de la escribanía Fato. Dijeron que ni Fato ni el imputado le avisaron a Boudourian.

Mostraron evidencia que el 24 de julio 2024, Di Tullio le confirmó a su amigo, que estaba en Buenos Aires, que sus once lotes eran “lo mejor de Solares y valen 2 palos”. Pero no le informó que había retirado los boletos de la escribanía.

Fato declaró en el juicio y confirmó haber hecho los boletos y el poder. También que Di Tullio retiró los boletos en la fecha que indica la acusación. Desconoció haber intercambiado mensajes de WhatsApp con el denunciante, quien declaró que le había pedido varias veces explicaciones al escribano y a su secretaria por el destino de sus boletos.

Los querellantes presentaron en el juicio mensajes que Boudourian envió tanto a Fato como a Di Tullio durante esos meses pidiendo saber sobre sus boletos. Las respuestas eran evasivas.

El tribunal de juicio está integrado por los jueces Bernardo Campana (a la izquierda), Marcelo Álvarez Melinger (centro) y Gregor Joos (a la derecha). (foto Alfredo Leiva)

La primera denuncia penal


Por eso, Boudourian presentó una denuncia por retención indebida de esos documentos. Luego, esa causa derivó en una imputación por administracion fraudulenta contra su examigo.

Fato reconoció ante el tribunal que hace años que hace gestiones para Di Tullio con varias de sus sociedades. Aunque indicó que ahora era acreedor del imputado.

Los querellantes aseveraron que Di Tullio entre el 30 de septiembre del 2021 y el 7 de octubre del 2021 cedió los derechos de esos boletos de compraventa a Guillermo Burgos en gestión de negocios, sin especificar para quién. Demostraron que Burgos es socio de DI Tullio.

Y después, vendieron los lotes por 9,6 millones de pesos a una sociedad (Chocofactory SAS) representada por Juan Manuel Centena. El domicilio de esa sociedad es el mismo que tienen los emprendimientos inmobiliarios de Di Tullio, recalcaron los acusadores.

Los dos actos los hicieron en la escribanía de Daniela Chávez que certificó todo. La escribana declaró en el juicio y lo confirmó. Y destacaron que Boudourian nunca se enteró de que habían vendido sus lotes. Afirmaron que Boudorian ya había enviado carta documento para revocarle el poder a Di Tullio.


Para la querella se concretó la defraudación


Govetto dijo que el imputado es un “hábil desarrollador inmobiliario, que conoce a la perfección los valores de mercado. Claramente sabia cuanto valían los lotes y aquí está el dolo y la intención deliberada de defraudar”.

“Nunca discutimos el poder y las facultades de ese poder. Era válido. No lo discutimos nunca,. Sus instrucciones eran claras y precisas con esos lotes”, señaló Govetto. Pero advirtió que Di Tullio no dijo nada a Boudoorian “que se los iba a dar a su socio Chocofactory”.

Para los acusadores, en esas maniobras está la defraudación. Govetto indicó que Di Tullio compró esa tierra pelada, que era campo, “sin calles, sin servicios entre 7,23 y 7,47 el metro cuadrado y seis o siete años después los vende a 2,29 dólares el metro cuadrado; es absolutamente irrazonable y no se sostiene de ninguna manera”.

Recordaron que la martillera López Lavayén, que ofrecieron como testigo, indicó que los 10 lotes de Boudourian en Solares costaban entonces alrededor de 1,6 millón de dólares. Y que otro lote, de 2.000 metros cuadrados, que Di Tullio cedió a espaldas del denunciante y que se vendió después a un tercero a 16 mil dólares, costaba alrededor de 300 mil dólares.

Segun Govetto, todas esas maniobras, Di Tullio las hizo para “perjudicarlo” a Boudorian. “Nadie vende un lote a un valor fiscal”, observó.

Gabriel Di Tullio es defendido por el abogado Sebastián Arrondo. (foto Alfredo Leiva)

Para la defensa no hay delito


El defensor particular Sebastián Arrondo afirmó en su alegato frente al tribunal que los hechos atribuidos a su asistido Di Tullio no constituyen delito. En consecuencia, afirmó que corresponde su absolución.

“Es una cuestión que debe dirimirse en otro fuero que no es el penal”, sostuvo. Dijo que demostró en el juicio que los actos jurídicos hechos por Di Tullio fueron en uso de las facultades que le otorgaba el poder que Fernando Boudourian le firmó el 18 de febrero del 2021.

Recordó que el acusado le ofreció la rendición de cuentas al denunciante para informarle lo que había hecho con los lotes, pero no quiso presentarse en su oficina en Bariloche. Como respuesta, le envió una carta documento.

Arrondo recordó a los jueces del tribunal que la fiscalía, que tiene el deber de objetividad, no participó en el juicio porque consideró que no había delito. Pidió que lo tengan en cuenta.

Destacó los chats que Di Tullio mostró en el juicio que, para Arrondo, prueban que le avisó al denunciante que tenía los boletos de compraventa de los 11 lotes. Esa prueba la querella la objetó, pero el tribunal la aceptó.

El defensor enfatizó que el fuero penal siempre es “la última ratio” y más aún en conflictos patrimoniales.

El imputado Gabriel Di Tullio negó los hechos que los acusadores privados le atribuyeron. (foto Alfredo Leiva)

Di Tullio dijo que solo buscan "el escarnio social"

Di Tullio ante el tribunal afirmó (no tiene la obligación de decir la verdad como los testigos) que “el 3 de agosto del 2021 le mandó (a Boudourian) la foto de los boletos que estaban en mi poder”.

Mostró un chat ante el tribunal. La querella cuestionó esa prueba porque no está identificado el número de celular del destinatario, pero el tribunal la aceptó. Y negó toda la acusación. “En ninguna de nuestras comunicaciones está la palabra dólares”, observó.

“Sé que el resultado de este juicio para mí tiene mucho más valor que una sentencia, porque representa cómo va ser la continuación de mi vida empresarial, que ya bastante daño sufrió durante los últimos años”, sostuvo el imputado.

Dijo que el denunciante “está buscando solo el escarnio social”. Negó la deuda de 4,7 milllones de dólares. “Boudourian miente para dejarme en una posición más vulnerable”, aseveró.

No tengo ninguna denuncia, ningún juicio, ni nadie reclamándome un lote por no habérselo entregado. Por supuesto hemos demorado, hemos tenido conflictos, complicaciones como tuvo cualquier empresa. De más de 2 mil escrituras en nuestra historia, solo un juicio de escrituración tuvimos, que fue rápidamente acordado”.

Gabriel Di Tullio

-¿Defraudaste al señor Boudourian?-le preguntó su defensor. “De ninguna manera”, respondió Di Tullio.

-¿Por qué lo decís tan categóricamente? -insistió el defensor. “Porque no lo defraudé como no defraudé nunca a nadie”, remató el imputado.

El tribunal dará a conocer el miércoles a las 13 el veredicto.


Los abogados por la querella particular Magdalena Sanguinetti y Martín Govetto pidieron al tribunal de juicio que declare responsable penalmente al desarrollador inmobiliario de Bariloche Gabriel Di Tullio Honrado por administración fraudulenta.

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