Una cadena de comida rápida deberá indemnizarla por violencia laboral en Bariloche

Al regreso de una licencia por maternidad, una mujer sufrió maltrato y hostigamiento por parte de una nueva gerenta. Le acotaron sus funciones y pretendían pasarla al horario de la noche.

Una cadena de comida rápida en Bariloche deberá indemnizar a una trabajadora, como víctima de mobbing laboral. Luego de ser madre y con la designación de una nueva gerenta, la empleada pasó de ser entrenadora de ingresantes a cumplir solo con tareas de limpieza. Además, querían asignarle el turno noche.

Desde el Poder Judicial informaron que la trabajadora se desempeñaba en el local de McDonalds de la calle Mitre, donde cumplía labores rotativas en la cocina, caja y cafetería. También cumplió tareas como entrenadora de los empleados ingresantes.

Cuando la trabajadora volvió a trabajar tras su licencia por maternidad, le cambiaron su horario laboral.
«Todo se desarrolló de manera adecuada hasta la designación de una gerenta. Según la exposición de la trabajadora, comenzaron los hostigamientos, la persecución y el maltrato. Entre ellos, tuvo la pretensión de asignarle horario nocturno, situación que no podía afrontar por su reciente maternidad», informaron a través de un comunicado.

Sólo se le asignaron tareas de limpieza, «aduciendo que no tenían trabajo para ella, además de hostigarla de manera constante. Esta situación repercutió en el estado anímico de la trabajadora que debió pedir licencia psicológica durante varias semanas. Cuando retornó a su trabajo, continuó el maltrato».

La Cámara Laboral Segunda de Bariloche analizó las declaraciones testimoniales y los certificados médicos «cuya autenticidad fue ratificada por la psicóloga que trató a la empleada» que diagnosticó estrés laboral, angustia, somatización y prescribió licencia laboral.

Respecto a las funciones que cumplía, fueron ratificadas por los testimonios de otros compañeros. Uno de los testigos señaló que la demandante «fue entrenadora durante años». Otro de los testigos expresó: “Todos tenemos puestos rotativos y a la demandante la hacía limpiar los pisos, baños, mesas. Ahí empezaron los problemas. Fue un puesto castigo«. Dijo haber escuchado que la muchacha «no servía para otra cosa”.

La Cámara Laboral consideró que «la trabajadora claramente ha padecido violencia laboral en su puesto de trabajo como consecuencia del accionar de su superiora”. Manifestó que «quedó probado que la gerenta, a sabiendas de la capacidad de la trabajadora para desempeñarse en distintos puestos de trabajo, además de ser entrenadora de los ingresantes, se ensañó con ella haciéndola cumplir sólo con tareas de limpieza».


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