Una jueza de Cipolletti omitió que había sido fiscal en el caso Otoño, intervino y pidió su propia recusación

Rita Lucía intervino en la feria judicial de enero pasado y tomó una serie de medidas en la causa. Ante la jubilación de la jueza natural, la pusieron al frente del proceso, pero se excusó por su intervención en la investigación hace 17 años.

En menos de una semana, tres juezas de Cipolletti pasaron por el legajo del femicidio de Otoño Uriarte y el yerro de una de ellas avizora un escándalo jurídico e institucional. Es que después de la jubilación de Laura González Vitale se abrió la carrera por la sucesión. En medio de las pujas, la jueza Rita Lucía reconoció que carecía de imparcialidad después de haber echado mano a medidas de la querella.


Si el lamentable femicidio de la joven de Fernández Oro se plasmara en un formulario, gran parte de los casilleros estarían tachados. Algunos con rojo, como solían hacer las maestras del siglo pasado. El último viernes, el juez de juicio Guillermo Merlo, que preside el Foro de Jueces y Juezas de Cipolletti y este año concentra la suma del poder público, aceptó un recurso de la jueza de garantías Rita Lucía que intervino en la causa en enero, pero que después se acordó que había sido la fiscala que halló el cuerpo.


La maniobra abre una puerta jurídica para los defensores, que están ávidos por las nulidades. La investigación también tiene otros actores secundarios que pretenden entrar: el abogado Guillermo Oviedo patrocina a los nuevos sospechosos de la querella, el excomisario Ives Vallejos y su chofer, el expolicía Daniel Molina.

El letrado puso a sus clientes a disposición de la Justicia y hace semanas que está haciendo pedidos. En una situación similar se encuentra el abogado Rubén Antiguala quien ya le inició un juicio por calumnias e injurias a la querellante Gabriela Prokopiew, que representa a Roberto Uriarte el padre de Otoño, y que está acusada de causarle un grave perjuicio a una mujer apodada la Turca, también dentro del grupo de las nuevas sospechosas.

Desde que la causa fue hasta la Corte Suprema y el Superior Tribunal de Justicia ordenó no cerrar la investigación en 2017 el caso no ha parado de dar novedades, algunas lamentables para la familia de Otoño.


El apartamiento del fiscal jefe Santiago Márquez Gauna, la denuncia del anterior querellante de una intromisión por parte de un funcionario de la fiscalía de Cipolletti y las revelaciones en el juicio laboral de la destituida y primera jueza del caso María del Carmen García ocuparon los titulares de los periódicos.
La nueva querellante, que no sin polémica se quedó con la causa después de la salida de Marcelo Herztiken Velasco, le imprimió énfasis a la investigación. Estudió todos los empolvados viejos expedientes papel, contrató un perito y salió a la carga con una batería de medidas.


La jueza de garantías Laura Gonzalez Vitale, que heredó la causa de su colega Sonia Martín, encontró la manera de darle fluidez al trámite, pero todo se truncó el día de su jubilación, días atrás. Como durante la feria la tercera jueza del foro Rita Lucia tomó algunas medidas, la Oficina Judicial la puso rápidamente al frente del caso. Hubo un bache en que la causa no tenía magistrada y la querellante continuaba con los pedidos.


Luego de haber intervenido en enero, Rita Lucia reconoció que había sido la fiscal que participó del operativo el día en que apareció el cuerpo, hace 17 años. También escribió que alguna vez subrogó al fiscal Oscar Cid, sometido a juicio político por la deficiente investigación, y al fallecido José Rodríguez Chazarreta.


Una vez que hizo memoria, presentó su excusación pero se ligó el reto del presidente del foro Guillermo Merlo, quien la confirmó en la causa advirtiendo que él creía que ella no “había tomado las medidas de enero en modo automático”. Rápida de reflejos, Rita Lucía, quien tiene muchísimos años en el Poder Judicial, presentó un recurso y logró torcerle la lapicera al presidente del foro.


Él le contestó, palabras más, palabras menos, que ante la nueva explicación entendía que ella veía comprometida su imparcialidad. La jueza fue muy sagaz en su recurso, no sólo escribió de puño y letra sino que adjuntó imágenes de hace casi dos décadas. Allí se la observa a ella como fiscal, apoyada en la baranda de las esclusas del paraje El Treinta, lugar en el que apareció el cuerpo en 2007.


Luego de tantas idas y vueltas, la Oficina Judicial terminó por designar a la cuarta y última jueza del foro, que en realidad vendría a ser la quinta de la causa: Agustina Bagniole. La magistrada viene de conducir dos casos resonantes de femicidios recientes: el de Patricia Rendon en Catriel y el de Agustina Fernández en Cipolletti. ¿Tendrá que resolver alguna nulidad planteada por los defensores? Las partes están expectantes de su primera audiencia en Otoño.


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