Kirchner acentuó el dilema en el PJ disidente

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Néstor Kirchner no descansa ni durmiendo cuando se trata de construir poder. Su obsesión ahora está situada en la organización de las internas abiertas del PJ que, además, preside. Mira con preocupación el atrevimiento que tienen los referentes del llamado Peronismo Federal, con figuras como Carlos Reutemann, Eduardo Duhalde y De Narváez.

“Arréglalo con Juanjo”, repite cada vez que un aliado le pregunta sobre temas de enlace con los rivales en la interna. “Juanjo” es Juan José Álvarez, diputado nacional y ex ministro de seguridad de Duhalde, que hasta hace algunos meses era un opositor vehemente. Sin embargo, tras un tiempo de reflexión su acercamiento con el pingüino pasó a ser clave y cotidiano.

Álvarez, que recibió un fuerte golpe cuando dos años atrás fue señalado por el diario “Página 12” como un ex agente de la SIDE durante la última etapa del gobierno militar (cuestión que consideró una jugada del oficialismo para bloquearlo como adversario), puede aportarle a Kirchner, un contacto directo con los peronistas de la vereda de enfrente, quienes por ahora no quieren en su gran mayoría participar de la interna abierta.

El gobierno anunció días atrás la reglamentación de la reforma política, que comprende cambios importantes sobre la organización electoral del país, y que obliga a realizar estas internas abiertas y simultáneas de los partidos políticos. La fecha que puso el Poder Ejecutivo es el 14 de agosto del 2011. La dinámica de los acontecimientos puso al descubierto que el ex Presidente teme el efecto de fragmentación del peronismo, ahora que se observa cierta recuperación de la UCR. Sin un gobierno peronista en 2011, Kirchner podría verse acosado por la justicia.

La otra mirada

Del otro lado del peronismo, todavía no se terminaron de acomodar en las sillas. La discusión programática y el por qué están juntos, más allá de la crispación con el kirchnerismo, está muy verde. Con respecto a la interna, los temores son dos: evitar caer en un mecanismo poco transparente en manos del oficialismo y cuidar el mensaje a la sociedad, sobre todo al votante de clase media. ¿ Sería creíble compartir una mesa de conducción partidaria con los Carlos Kunkel o Aníbal Fernández, que tanto atacan a la oposición?

En el primer aniversario del 28 de junio, Francisco De Narváez (el gran ganador frente a Néstor Kirchner en Buenos Aires) decidió plantear los límites. Consciente de algún repunte de imagen del gobierno, argumentó a los suyos que deben de vuelta caminar la provincia de punta a punta para pelear la batalla de todas las batallas. La vuelta sobre la provincia de Buenos Aires, no descarta plenamente sus ambiciones presidenciables, aunque las pone en un nivel de sensatez. La actual normativa constitucional inhabilita, con su interpretación más general, la posibilidad de que un argentino naturalizado acceda a esa chance. Por eso, el dibujo ideal que piensan en el Peronismo Federal es el siguiente: Reutemann candidato a presidente acompañado por Felipe Solá. El “colorado” en territorio bonaerense como candidato a gobernador, y Eduardo Duhalde como primer senador. El borrador está sujeto a la inestabilidad emocional clásica de personalidades muy ambiciosas y a veces poco inteligentes.

La idea es que el candidato del Peronismo Federal surja de un consenso y que con la interna se queden los Kirchner. El riesgo es de regalar el escenario al radicalismo. Lo saben y hasta lo ven con cierta simpatía, actores como Eduardo Duhalde. “Déjennos la provincia que los vamos ayudar a gobernar “, habría soltado con audacia ante un comitiva radical.

La idea del Peronismo Federal es que el candidato surja del consenso y que con la interna se queden los Kirchner.

HORACIO CARIDE

(Agencia Buenos Aires)

Tras la reglamentación de las internas abiertas para el 14 de agosto de 2011