Kirchner y Duhalde se reparten los tantos

El presidente conducirá el PJ a nivel nacional.

La vigencia del acuerdo entre el kirchnerismo y el duhaldismo se verá plasmada con la asunción de Néstor Kirchner como titular del Consejo Nacional Justicialista y de Eduardo Duhalde en el PJ bonaerense y la posible postulación de Cristina Fernández en la ciudad de Buenos Aires en los comicios legislativos del 2005.

Luego de un intento fallido de encumbrar en la conducción a la Comisión de Acción Política (CAP), el PJ desanda el rumbo de la normalización, que quedará cristalizado antes de fin de año cuando Kirchner acepte ocupar el sillón de Matheu 130, y su socio Duhalde reasuma como máxima autoridad del PJ bonaerense.

De este modo, el pedido de gran parte de los gobernadores y la dirigencia del justicialismo, hasta del propio Duhalde, para que Kirchner sea quien encabece y dirija el partido comenzó a tomar forma luego de varios gestos desde el Gobierno hacia las filas justicialistas, entre ellos el enfriamiento de la tan mentada transversalidad.

En los últimos meses, con gestos y discurso, Kirchner cerró filas con la dirigencia del justicialismo, que se había mostrado crítica con sus intentos de sumar a su proyecto político a extrapartidarios, como el intendente cordobés Luis Juez, el jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra y el ex intendente rosarino Hermes Binner.

Entre el muestrario de gestos se cuenta la mejoría en la relación que Kirchner mantiene con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, con quien el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, firmó un acuerdo por el que la Nación reconoció una deuda con esa provincia.

En la misma línea, el Ejecutivo perdonó una deuda por 108

millones de pesos con Buenos Aires, Formosa, Jujuy y Tucumán.

A esta nueva relación, Kirchner le dará una puesta en escena más relevante el jueves, cuando se reúna con los mandatarios De la Sota; Jorge Obeid, de Santa Fe; y Jorge Busti, de Entre Ríos. Los tres vienen de lanzar la Región Centro, desde la que aspiran a convertirse en un polo político-económico con peso propio.

En el encuentro, además de los temas de gestión, podrían comenzar a dialogar sobre los pasos a seguir en la cuestión partidaria, ya que los tres gobernadores fueron los principales impulsores de que Kirchner se transforme en el titular del PJ antes del ríspido Congreso partidario que se desarrolló en Parque Norte.

Esta idea además cuenta con el respaldo de todos los gobernadores justicialistas y de los principales caciques regionales de aquellas provincias no gobernadas por el PJ.

Allegados a uno de los mandatarios justicialistas, que formó parte de la comitiva que acompañó al presidente en su visita a China, contaron que esta posibilidad fue charlada «informalmente» durantes las agotadoras jornadas en Oriente, donde Kirchner estuvo acompañado por nueve mandatarios.

Allí se habría deslizado la posibilidad de que a Kirchner lo secunden, en la vicepresidencia primera y segunda del Consejo, el jujeño Eduardo Fellner y el sanjuanino José Luis Gioja.

En el entorno del gobernador jujeño consideraron que «esa sería una estrategia lógica» y consideraron que para Fellner «sería un honor ocupar ese lugar», aunque se preocuparon por advertir que «aún no hubo un contacto formal» con la Casa Rosada.

Sin embargo, un allegado a Gioja contó que «existieron conversaciones» con funcionarios de confianza del Presidente, que tienen como misión fortalecer el diálogo dentro de las filas justicialistas para desandar el camino hacia Matheu 130.

Si bien la idea hoy transita esos carriles, no hay que descuidar la posibilidad de que para una de las vicepresidencias se impulse la candidatura de uno de los gobernadores de la Región Centro.

En la estrategia de normalización del PJ a nivel nacional juega un rol preponderante la tregua alcanzada desde el gobierno con el PJ bonaerense, en especial con Duhalde.

Para las internas de ese sector, convocadas para noviembre, se formaría una lista encabezada por el ex mandatario, al que escoltarían el titular del bloque de diputados del PJ, Díaz Bancalari, y un dirigente cercano al gobernador Felipe Solá.

De este modo se logrará encolumnar a la tropa tras la figura de Duhalde, quien una vez consagrada la lista solicitaría licencia para dejar la conducción en manos de Díaz Bancalari, uno de los legisladores con mejor llegada al despacho presidencial.

La otra pata de la estrategia, que cuenta con el visto bueno de Kirchner y Duhalde, es avanzar en la ciudad de Buenos Aires.

La figura del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aparece como el indicado para encabezar el maltrecho PJ porteño y para ello ya habría sumado el respaldo del vicepresidente Daniel Scioli, a quien le devolverán el protagonismo perdido en la escena nacional. Con la importancia que tiene el distrito y tras la tregua con Duhalde, la candidatura de Cristina Fernández sería la carta fuerte del Gobierno para pelear con Elisa Carrió en las legislativas del 2005. (Télam)

Ibarra, contento con Cristina

El jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández sostuvo que el ibarrismo vería con buenos ojos el nombre de Cristina Fernández de Kirchner al frente de la lista de diputados porteños para las elecciones del 2005, aunque adelantó que Ibarra continuará abocado a la construcción de un espacio de centroizquierda con proyección nacional.

Fernández dio por hecho que para las legislativas del 2005, el ibarrismo reeditará la alianza que colocó por segunda vez a Ibarra en la jefatura de gobierno porteño y no descartó la posibilidad de que ese espacio se encolumne detrás de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Consideró que si la senadora es quien la alianza en la ciudad, «demás está decir que es una figura que en Capital tiene un peso importante».


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