La carne muestra precios disímiles en la región

Los mismos cortes presentan variaciones superiores al 100%.

Variación de precios en la región

El precio que paga el consumidor por un kilo de carne continúa dando que hablar en la región.

A los constantes aumentos que se vienen registrando en la góndola hay que agregarle ahora las fuertes variaciones de las cotizaciones existentes para un mismo corte entre una y otra localidad, diferencias éstas que también se pueden encontrar en los distintos negocios minoristas de una misma ciudad.

«En muchos casos los supermercados no trasladaron el aumento real de los precios a las góndolas y es por ello que vemos que un mismo producto presenta un precio distinto. Otro de los argumentos es que los cortes tienen disímiles calidades y, por lo tanto, su cotización puede ser que varíe», justificó un operador del mercado dando así respuesta a la amplitud de valores que presenta un mismo corte cárnico en esta zona del país.

Datos suministrados por la Cámara Argentina de la Industria señalan que desde principios de año el precio de la carne tomado a través de un promedio de cortes en la Ciudad y Gran Buenos Aires, aumentó cerca del 55%.

Las principales diferencias se observan en los productos caros, como es el caso del lomo, con variaciones de hasta el 90%, mientras que en los cortes económicos como el falda, roast beef y tortuguita, el aumento superó levemente el 50%. En los últimos treinta días esta variación de precios, en promedio, se ubicó en torno al 30%.

En la región norpatagonia se profundizó, en general, esta tendencia creciente de precios con distorsiones significativas sobre cotizaciones para un mismo corte entre una y otra localidad. Es así que, mientras el kilo de lomo en las góndolas de Viedma cotiza a 6,20 pesos, en Bariloche este mismo corte se llega a comercializar en algunos supermercados a 12,90 pesos, lo que muestra una variación del orden del 110%. En consumos tradicionales y de bajo valor relativo, como puede ser el caso de la carne picada, las cotizaciones no presentan desvíos tan importantes como los referenciados párrafos arriba (ver cuadros adjuntos con los detalles de los cortes). «No hay forma de darle previsibilidad al negocio en este contexto económico del país y por ello muchos resguardan sus operaciones con mayores aumentos para asegurar la reposición de la mercadería. Hay una anarquía de precios generalizada», confesó otra fuente industrial de la región ante una consulta telefónica de este diario.

Las estadísticas muestran en este sentido que en la medida en que el mercado de consumo se aleja de las tierras ubicadas al norte del río Colorado, que es donde se concentra la mayor cantidad de hacienda destinada para faena en la región, los precios del producto en las góndolas se incrementan en forma proporcional. Es por ello que los valores de los distintos cortes de carne en Viedma, en general, son menores que los observados en la plaza de Bariloche. Pero está claro que no siempre esta relación es lineal ya que son múltiples los factores que determinan el precio final del producto al consumidor final .

Se esperan más aumentos

Distintos operadores cárnicos coinciden en señalar que hasta que no se estabilice la cotización de la hacienda, las distorsiones de precios se mantendrán en la región.

Por otro lado aseguran que los precios continuarán su escala ascendente hasta que se restablezcan las pasturas en los campos lo cual permitiría «terminar» la hacienda con poco aporte de suplemento.

«La estrepitosa suba que se registró en el mercado de granos, cercana en algunos casos al 350%, determinó que pocos fueran los ganaderos que usaron suplementos para terminar su hacienda. De esta manera hoy nos encontramos con un escenario de baja oferta para faenar ya que la misma no pudo ser terminada en tiempo y forma», señaló un ganadero de la cordillera en conversación con «Río Negro».

La mayor parte de los operadores, productores e industriales, coinciden en señalar que a partir de setiembre se espera una baja en el precio de la hacienda ya que, para esa época del año, la presencia de buen forraje en los campos permitirá terminar el ganado para faena que hoy está a la espera de alimento.

Redacción Central


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