La casa-bóveda

Una mujer viaja cada dos meses al cementerio de la localidad misionera de Dos de Mayo para visitar la bóveda donde están los restos de su esposo y pernocta allí, ya que tiene computadora con internet, televisor, cocina a gas, cama y medidor de luz.

Adriana Villarreal, de 43 años vive en la provincia de Buenos Aires y hace dos años que viaja a Dos de Mayo, donde murió su expareja, Sergio Reneé “Checho” Yede (28), en confusas circunstancias.

Familiares de difuntos se quejaron porque de la bóveda “salía música bailantera a un alto volumen”. La mujer va a la bóveda en Navidad y Año Nuevo para celebrar las fiestas junto al cadáver de su difunto esposo, cuyo cuerpo está embalsamado y se puede ver a través de un vidrio. El día que falleció el hombre fue una ceremonia particular: cuando se puso el féretro en el bóveda también hubo música y un lunch para los allegados. (DyN)


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