La expresión del mimo y el teatro callejero
Ariel Barreto continúa con su propuesta y la multiplica en talleres con adolescentes.
CENTENARIO- El mimo Ariel Barreto logró este año canalizar la «polenta» de niños y adolescentes hacia la expresión corporal y artística desde el taller municipal de mimo. Pero en esta actividad específica tiene apenas unos meses, y su historia de artista local tiene más de una década en Centenario a través de diferentes puestas: recorriendo la provincia con su arte cual juglar medieval, a través de sus presentaciones unipersonales en las temporadas de verano, o en su último trabajo: «Charolais», una puesta en escena junto a un titiritero de San Martín de los Andes Daniel «Pelelo» Aguirre.
Ariel Barreto participó del Festival Nacional de Mimo que se llevó a cabo en Mendoza, donde unos 60 grupos de esta disciplina de todo el país se sumaron al festival y congreso, en el que se dieron talleres de dirección, dramaturgia y actuación.
A su regreso, capitalizó gran parte de esta experiencia para insuflar otras energías en el taller municipal de mimo -inexistente años anteriores- donde una veintena de niños y adolescentes «prueban» con sus primeros pasos en la línea del teatro callejero.
«Trabajan con la línea del arte del mimo y a partir del crecimiento grupal se llegó a hacer una murga, que no es precisamente una comparsa, sino una murga de teatro callejero» detalló. Se valió entonces de la expresión del maestro de mimo Angel Elisondo quien postula que «el arte antes de ser complejo, tiene que ser» y comenzó a explorar con el grupo el campo de la acción concreta.
Muchos de los adolescentes que integran el grupo escriben, o «son poetas», por lo que en el trabajo se mezclan los malabares, la poesía, el juego actoral y el fuego.
«Las producciones son propias, les buscamos una forma y surge un espectáculo con poesía. Los chicos tienen mucha polenta de creación» dijo Barreto. El mimo dijo desconocer cuánto tiempo durará el taller municipal que dirige, pero con certeza aseguró que a partir de la iniciativa de los adolescentes habrá una continuidad con un grupo de teatro callejero.
Como todo artista, la crítica no escapa a su realidad y en esto concuerda en la falta de una política municipal de cultura en Centenario. «Son muy pocos los recursos que se dedican a formar y fomentar un espacio de arte, como siempre todo se realiza a los arañazos, y no con el objetivo de fomentar el arte y hacer de la cultura un espacio con un objetivo más alto que el de una presentación de aniversario», dijo.
Como artista, Barreto evalúa que esta etapa lo encuentra «más armado y con más experiencia», en cada una de sus presentaciones. Ya no importa si es para un público de salón o callejero, si es una puesta para chicos o para grandes, sino que en la expresión generada se respire el arte.
«Si lo ves a Pelelo, decile que me llame», reiteró cuanto pudo el mimo en una frase que resume la necesidad de volver al espectáculo de «Charolais», una tragicomedia que se presenta como la transformación de un mimo en un titiritero. Una mutación en escena desarrolla una historia del teatro callejero que se encuentra con los males sociales, con los golpes duros como el estallido de Cutral Co en una ruta nacional, el rol de la justicia, la muerte y su paso por el cielo.
«Allí también existen historias parecidas a las de la tierra», dijo Barreto quien describió que por esos «avatares del cielo», el personaje decide regresar, pero convertido en titiritero.
El mimo participó durante de los festejos de aniversario de Centenario con animaciones culturales y artísticas en las plazas de la ciudad como Villa Obrera, en Nueva España, en la plaza Chos Malal, en el bulevar Conrado Villegas y en el barrio Once de Octubre.
CENTENARIO- El mimo Ariel Barreto logró este año canalizar la "polenta" de niños y adolescentes hacia la expresión corporal y artística desde el taller municipal de mimo. Pero en esta actividad específica tiene apenas unos meses, y su historia de artista local tiene más de una década en Centenario a través de diferentes puestas: recorriendo la provincia con su arte cual juglar medieval, a través de sus presentaciones unipersonales en las temporadas de verano, o en su último trabajo: "Charolais", una puesta en escena junto a un titiritero de San Martín de los Andes Daniel "Pelelo" Aguirre.
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