La historia de Ciro, el nene que batalló 8 meses contra el SUH y le ganó

Ciro cumplió 6 años en el Hospital. hoy ya está en su casa, en Río Colorado

A los 5 años, Ciro contrajo el Síndrome Urémico Hemolítico. Fue en la víspera del año nuevo del 2018. Le afectó los riñones e intestinos, pero le dio batalla durante largos 8 meses y lo venció. Hoy, con algunos cuidados especiales y una dieta estricta para siempre, retomó su vida normal.


El pequeño pasó meses enteros en la sala de terapia sin contacto con su familia, rodeado de máquinas, agujas y tubos, con médicos y enfermeras que con el correr de los días se transformaba en amigos. Mientras que los padres y hermanos, pasaban ese mismo tiempo en los pasillos de los hospitales esperando repuestas o que les permitieran verlo, para tomarle la mano y rezar con él.


Ciro comenzó con un cuadro de vómitos y dolor de panza. Lo llevaron al hospital de Río Colorado, buscando aliviar su dolor. Una fuerte gastroenteritis viral fue la primer respuesta. Pero el suplicio siguió. El martes 2 de enero se le practicó el primer análisis que confirmó la sospecha: SUH. Fue derivado con urgencia al Hospital Italiano de Bahía Blanca.


Ciro estaba crítico: deshidratación, dolor abdominal, diarrea, hipertensión, fiebre. Luego de los estudios, le diagnosticaron insuficiencia renal y comenzó con la hemodiálisis, por más de una semana.
Tras una leve recuperación en febrero, volvieron los dolores y los vómitos. A pesar de los tratamientos, los profesionales veían que la bacteria continuaba activa y avanzando.


En junio fue derivado al hospital Italiano, en Buenos Aires. Y volvió el “calvario”: más estudios, más intervenciones, más tratamientos. “Tuvieron que alimentarlo por distintas vías, porque estaba tan flaquito que no resistía más operaciones”, comentó Verónica que no puede contener el llanto al recordar cuando los médicos salieron del quirófano y le dijeron todo está en manos de Dios y la fuerza y la energía que puede ponerle el nene”.


“Vaciaron el cuerpito de Ciro, y lavaron uno por no los órganos, como uno lava cualquier cosa de la casa. Era lo último que se podía hacer, todos lo anterior se había hecho y nada funcionaba”, relató Verónica, ahora feliz de que su hijo regresó a su casa. .


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