La historia de una banda contestataria
Esteban Cavanna publicó “Uno dos Ultraviolento. La historia de Los Violadores”.
LOS VIOLADORES
Esteban Cavanna, ex manager de artistas como Los Fabulosos Cadillacs, Pilsen y Lumumba, acaba de publicar “Uno dos Ultraviolento. La Historia de los Violadores” y considera que la emblemática banda punk argentina “resistió a la dictadura de una manera directa y en sus letras no caen en esa tibieza de hablar de manera solapada de lo que pasaba en el país”.
Esta noche, en el estadio Luna Park se producirá la reunión, al cumplirse 30 años de su disco más popular “Y ahora qué pasa, eh?” de la formación original de los Violadores con Pil Trafa en voz; Stuka en guitarras, El Polaco en bajo y Sergio Gramátika en batería.
Sobre la vida con Violadores y el peso que tiene la banda en la historia del rock argentino, Cavanna charló con Télam:
– ¿Cómo te decidiste a armar el libro de Violadores? ¿Por qué razón?
– En primer lugar, porque en 2001 hice un libro que se llamó “La historia del punk en Argentina” de forma independiente, pero me quedó corta la historia de la banda. Como no había ninguna mirada seria o periodística sobre esa etapa gris que hay en la historia del rock nacional donde los héroes son Charly García y sus hijos, entonces me pareció que estaba bueno echar un poco de luz sobre un grupo de artistas resistiendo al gobierno militar y no siendo colaboracionista. Soy muy estricto con eso en mi mirada aunque no culpo a nadie.
Pero toda esta camada de nuevos artistas como Control, Los Laxantes, Los Pillos, Diana Nylon, Trixy y Los Violadores por supuesto salieron a putear a los milicos directamente. Y claro, para los milicos si eras un loco vestido de negro con cresta, eras un pobre pibe que venía de Saturno, no eras un subversivo, no eras peligroso. Entonces sí, te metían en cana para averiguación de antecedentes pero salías a las 24 horas. Y los tipos lo que puteaban era sobre la represión que ocurría en cualquier lado, los arreglos y todas las cosas que ya sabemos.
Mientras tanto, del lado de los artistas que tenían muchísima visibilidad para la época hablaban de manera solapada: Los dinosaurios, las hormigas… Todos buscando solapadamente explicar algo que quedó bien explícito con “no bombardeen barrio norte”; y estos pibes la estaban remando desde una vereda donde nadie quería caminar, todos vestidos de negro e influenciados por el quiebre musical que había ocurrido en Inglaterra pero buscando una nueva expresión.
– También se reeditó “Punk la muerte joven” de Juan Carlos Kreimer, que en ese momento se conseguía fotocopiado. ¿Fue clave ese libro?
– El libro de Kreimer fue el puntapié inicial. Incluso, tengo ejemplar firmado por él, para mí es tocar el cielo con las manos. En ese libro él habla sobre los punks argentinos haciendo resistencia y cuando hablé con ellos me decían que era como la Biblia en castellano cuando todo era en inglés. Sí, un puntapié inicial, una manera de saber que estabas en sintonía con lo que estaba pasando. Sí, es un libro emblemático y Kreimer era un personaje.
– ¿En esa primera camada punk quiénes fueron los cráneos, los ideólogos?
– Los ideólogos claramente fueron Hari B y Sergio Gramátika. Hay una anécdota que en los días que corren es muy extraña, pero ocurrió. Hoy en día si querés conocer a alguien vas a Facebook y encontrás a cualquiera… En ese momento Hari B viajó de casualidad a Inglaterra, trajo discos, vio punks en la calle y volvió loco con esa información que no podía compartir con nadie más. Entonces, ¿qué hizo? Escribió una carta a carta de lectores de la revista “Pelo”, la gente se conocía de esa manera, era como arrojar una botella al mar que no sabías quién la iba a abrir. Al cabo de unos meses esa revista le llega a uno que estaba haciendo la colimba en Río Santiago y que lee la carta de Hari y se vuelve loco, entonces escribe otra carta a puño y letra. Ahí se conocen, sin darse las direcciones por cuestiones de seguridad porque estaban en plena dictadura. Pero Hari le dice en la tercera carta que le escribe que vive en la calle Juramento y que su madre era dentista, entonces Sergio que vivía en Bernal viajó para Belgrano y caminó toda esa calle mirando cartelitos a ver si encontraba una odontóloga que se llamara Braun.
Una locura hoy, ¿cuánto tiempo empleás en hacer eso para conocer a una persona? Acordémonos que solo en algunas casas había teléfonos de línea, no había en todas, así que la única manera era a través de cartas con estampillas. Y estoy hablando hace menos de 40 años, no de 200… Bueno, nada, eso es un botón de muestra del deseo que tenían estos pibes de encontrarse y avanzar. Lo que me parece fundamental de la historia de la banda es que había un montón de otros grupos que venían en sintonía con una nueva cabeza que no tenía que ver con el conformismo, pero de todas esas la que mejores canciones tenía era Los Violadores y por eso tuvieron esa visibilidad. Pero no solo por eso tuvieron esa visibilidad, tuvieron gran éxito porque fueron los únicos que se permitieron asociarse con un manager, darle la potestad de hacer su trabajo y así fueron ya con el segundo disco tres veces a Chile y dos a Perú.
– La banda atravesó diferentes etapas musicales. “Fuera de sektor” es un disco postpunk, con cosas de The Cure y guitarras de U2. ¿Cómo se llegó a eso? ¿Quién metía esas cosas?
– Stuka. El músico de la banda era Stuka, toca todos los instrumentos. Era él músico y un tipo muy inquieto, así que tenía mucha información y muchos amigos que eran de otros estilos que en otro momento no se veía bien.
– Y Pil Trafa tuvo una etapa muy The Cult y también era muy fan de los Waterboys.
– Sí, también muy mirador hacia afuera y muy lector, un tipo muy culto. De hecho nos conocimos leyendo “El Péndulo de Foucalt”, de Umberto Eco: cuando yo entré tímidamente como asistente de producción a la agencia de Vignolo en el primer día nos pusimos a hablar y estábamos leyendo lo mismo. Un tipo muy lector que aparte te puede decir cómo formaba Boca Juniors en el año 58’, sabe todo. Así que me llevé bien inmediatamente con esos chicos, porque de alguna manera todos somos contestatarios y anti sistema. Es una onda que continúa hasta hoy, sigo siendo muy amigo de todos.
Fuente: Télam.
La mirada de afuera
– Recorriste Latinoamérica con muchas bandas y el rock argentino es valorado por su calidad. ¿Sentiste eso con respecto a Los Violadores, que había un respeto?
– Con todas las bandas con las que he ido cuando nombraba Violadores era emblemática, en México todo el mundo sabe. Fueron reconocidos por Jello Biafra de los Dead Kennedys. También hubo situaciones privadas, como Mariano Asch llevándole a Joer Strummer, cantante de The Clash, un disco de Los Violadores y el tipo volviéndose loco, pero eso no está publicado. Yo creo que en algún momento es como con todo, la acumulación de los años hace que las bandas se conviertan en legendarias. Capaz no es para tanto, pero la acumulación de los años te transforman en leyenda y cuando uno pasa esa categoría termina formando parte de la memoria colectiva.

Figura clave
Esteban Cavanna fue manager de Los Fabulosos Cadillacs, Lumumba Los Violadores, trabajó en Pilsen y con Gramatika en sus proyectos paralelos, y fue clave en la reunión de la banda que además estará acompañada por la reedición remasterizada de sus tres primeros discos “Los Violadores”, “Y ahora que pasa, eh?”, “Fuera de Sektor”, el maxi “Uno, Dos, Ultravioladores”, el DVD “En vivo en Paladium 86” y un libro de 48 páginas con fotos inéditas, testimonios y material nunca antes visto.
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