La industria nacional en una dura encrucijada

BUENOS AIRES- «La peor recesión de las últimas décadas». Así calificó el presidente de la Unión Industrial Argentina, Osvaldo Rial, a la actual situación de la industria nacional como consecuencia de una conjunción de factores financieros, impositivos y de falta de demanda.

En diálogo con «Río Negro», Rial defendió al Mercosur aunque reconoció que tiene dificultades estructurales que tienen que ser resueltas de inmediato.

Y finalmente, se mostró optimista ante el próximo cambio de gobierno.

–¿Cómo ve la situación de la industria este año, con respecto a los anteriores?

– La industria atraviesa la peor recesión de las últimas décadas. La proyección para el año 1999 es una caída del Producto Bruto Industrial del 9%, cifra que refleja la crisis del sector.

– ¿A qué lo atribuye?

-Estas dificultades se originan en el efecto combinado de la crisis internacional – en particular las alteraciones macroeconómicas de Brasil – y en la falta de competitividad de nuestro sector transable. El año 1999 se presentó como uno de los más difíciles de la historia para las pequeñas y medianas empresas, que vieron caer violentamente sus niveles de producción y precios, según el tipo de resguardo por parte de la política económica.

– ¿Cuáles son los problemas más serios que afronta hoy la industria argentina?

-La industria tiene fundamentalmente problemas financieros, impositivos, de competencia desleal y de falta de demanda. Por lo tanto la ausencia de rentabilidad y bajos niveles de facturación afectan a las empresas del sector.

Las pequeñas y medianas empresas tuvieron durante todo el Plan de Convertibilidad restricciones severas para acceder al crédito, y tuvieron que pagar tasas de interés reales elevadísimas. Este costo financiero generó una transferencia de ingresos del sector productivo hacia los bancos privados. La falta de financiamiento de los sectores productivos es una de las principales tareas que debe resolver la futura política económica.

¿Y con respecto al sistema tributario?

– El sistema tributario actual es también una dificultad para el sector industrial. La última reforma tributaria fue perjudicial para las pymes, en particular por la aplicación de los impuestos a la renta mínima presunta y los costos financieros. Mi opinión es que debería reformularse el sistema impositivo para promover la inversión y el consumo.

Pero además, otro grave problema para el sector industrial es la falta de eficiencia de la política de administración del comercio exterior porque genera competencia desleal y daños sectoriales por aumentos bruscos de las importaciones. Finalmente nuestro país no utiliza con efectividad los mecanismos antidumping y las cláusulas de salvaguardias.

Argentina debe recuperar dinamismo de su sector de pymes, ya que es la mejor manera de generar empleo y desarrollar las economías del interior del país, que actualmente enfrentan dificultades muy importantes por la falta de políticas de apoyo a la producción.

– ¿Qué sector de la industria ha crecido más en los últimos años y qué sectores se encuentran en una situación más desfavorable?

– En los últimos años han registrado un fuerte crecimiento sectores como el automotriz, alimentos, petroquímica y siderúrgica. A su vez, han existido sectores como la industria del calzado, de la madera, de bienes de capital, juguetes y papelero que han tenido importantes dificultades de nivel de actividad y rentabilidad.

– ¿Cómo ve usted el futuro del Mercosur en cuanto a las posibilidades de crecimiento de la industria argentina?

– El Mercosur es un proyecto de integración nacional favorable en su concepción, tanto en términos económicos como políticos. Es una estrategia de posicionamiento de los países en el mundo para consolidar presencia en el escenario internacional, en un mundo que tiende a la conformación de bloques regionales. Por este motivo, fue apoyado desde su inicio por los industriales. Pero el Mercosur tiene en la actualidad dificultades estructurales que requieren ser resueltas inmediatamente.

– ¿Cuáles?

– La devaluación de las moneda brasileña puso de relieve la falta de coordinación de las políticas y la ausencia de mecanismos de compensación ante bruscas alteraciones macroeconómicas de alguno de los países socios.

El Mercosur no puede convertirse en un factor que afecte sectores industriales enteros y genere tal nivel de imprevisibilidad que haga prácticamente imposible planificar una inversión productiva en la Argentina. Nuestro país tiene un conjunto de tareas que debe realizar inmediatamente para permitir la recuperación de la economía. Evidentemente, la reformulación del Mercosur debe ser prioridad de las próximas autoridades.

Silvina Santiago