La municipalidad de Neuquén se mudó seis veces hasta encontrar casa propia

El gobierno municipal comenzó a funcionar en el domicilio de un vecino. Después, alquileres, edificios no aptos y contratos poco claros marcaron la historia de la Municipalidad de Neuquén.

Es común pensar que cuando se funda una ciudad, lo primero que se hace es construir un edificio donde funcione la sede del gobierno local. Pero no siempre fue así y ese es el caso de la capital de Neuquén.


El derrotero municipal comenzó en 1906, año en el que el Concejo Municipal funcionaba en la casa del vecino Miguel Mango. La rutina familiar se vio afectada para la familia de este poblador con lo cual se resolvió la primera mudanza del gobierno municipal. Las sesiones del Concejo entonces se trasladaron a locales alquilados, propiedad de familias fundadoras.


Aún la ciudad no contaba con fondos abultados como para afrontar el costo de la construcción de un edificio propio. Y así sucedió durante años.


En 1937, el presupuesto dio para la construcción del famoso Chateaux Gris, construido en su totalidad en madera. Por fin se contaba con un lugar propio, pero la felicidad no duraría demasiado. Con el paso de los años, el chalé se tornó peligroso porque sus materiales eran altamente combustible. Así fue que nuevamente se pensó en cargar muebles y papeles y mudarse.

Las autoridades municipales pidieron autorización al gobernador del Territorio, Bartolomé Peri, para salir a buscar un nuevo espacio.


En 1551, la ciudad adquirió dos lotes con una superficie de 1.600 metros cuadrados, por los cuales pagó 120.000 pesos. La cifra era muy alta para la época por lo cual los vecinos donaron parte de sus ahorros para concretar la compra. Un año después se demolió el Chateaux Gris.


Allí funcionó la municipalidad hasta 1966. Cuando se demolió ese edificio las dependencias se repartieron en tres locales, ubicados en Santa Fe 163, Santa Fe y Alberdi, y Buenos Aires 160.


Un año después se compró el terreno de avenida Argentina y Roca y se construyó el edificio donde se asentó el gobierno local hasta el año pasado.
La construcción de lo que por muchos años fue denominado “palacio municipal” se realizó en etapas y su inauguración también.

En 1972 se habilitó el cuarto piso, en 1977 la planta baja y en 1980 se mudó el centro de cómputos al primer subsuelo. Un año después se ocuparon las oficinas del primer piso y se cerró el segundo y tercer nivel.


Esta habilitación en cuotas se debió a un “error” en la redacción fina del contrato con la empresa constructora. En el mismo se establecía que la municipalidad pagaría la obra al momento de finalizarse el cuarto piso. La empresa levantó las bases y las estructuras de hormigón, finalizó el cuarto piso, cobró el dinero, y recién después se dedicó a cerrar el resto del edificio.


Desde el año pasado, la sede del gobierno local funciona en el moderno edificio del oeste que también fue inaugurado por etapas.


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