La paridad de género no es una concesión, es un derecho

Por Silvia del Rosario Giacoppo*

El debate sobre la paridad de género en cargos electivos y/o partidarios y la posibilidad de conformarlos con la representación igualitaria de hombres y mujeres (UnoyUna, como dice la campaña) ha provocado diversas opiniones, a favor y en contra.

Pero, ¿de qué hablamos quienes defendemos esta opción?

Garantizar la paridad de género en el acceso a cargos públicos debe ser un principio rector de la democracia.

La paridad contribuye a garantizar la igualdad, propone una discusión plural y que incluya las cuestiones de género en los debates sobre asuntos públicos. Y, claramente, va más allá de números. Significa un debate sobre poder, roles y oportunidades en la vida política como el que se da en todos los ámbitos de la vida social.

La democracia se basa en que todas las personas somos iguales y tenemos los mismos derechos a la hora de decidir sobre asuntos públicos. Para ello, deben garantizarse iguales condiciones a la hora de elegir representantes. Si este requisito no se cumple, es necesario generar iniciativas que equilibren esa balanza. Hacia allí apunta nuestra mirada.

Argentina votó, en 1991, la ley que dispuso un cupo del 30% para la integración de las listas a cargos electivos nacionales en el ámbito legislativo. Si bien fue una medida pionera que se replicó en otros países, terminó funcionando como un techo para la representación de las mujeres y no como un piso hacia la igualdad. Pero, vale decir, si no hubiera existido la participación de mujeres en las listas hubiera sido menor. Un avance. Vamos por más.

Nuestro partido, la Unión Cívica Radical, a través de sus autoridades nacionales, José Corral (presidente del partido) y Lilia Puig (presidente de la convención), decidieron que la paridad fuera más allá de las listas de candidatos y que abarque a todos los ámbitos (sindicatos, Poder Ejecutivo y Judicial, empresas). Hay allí un valor agregado, una innovación. La decisión, como partido, de ir más allá.

Como señaló Lilia Puig, “dentro de la UCR este es un logro colectivo de un enorme grupo de mujeres que vienen defendiendo hace años la construcción de una democracia en la que el poder no tenga dueños y en cambio estén todos los nombres, no sólo el de los varones”.

Porque la paridad de género no es una concesión, es un derecho.

Pero debemos saber que no se trata sólo de repartir el poder entre hombres y mujeres por igual. Eso sólo no alcanzará si no se acompaña, además, con otros cambios sociales. Cambios que alcancen al ámbito privado, la educación e inclusive a las tareas domésticas.

Incluir el tema de la equidad dentro de la reforma electoral será un gran avance. Pero debemos seguir trabajando para que la paridad no sea sólo una cuestión numérica.

Mayor participación de mujeres hará más rica y amplia la agenda legislativa.

Permitirá abordar temáticas más inclusivas e igualitarias y, así, avanzar hacia una sociedad más desarrollada y madura.

* Senadora nacional por Jujuy (UCR/Cambiemos)

Debemos saber que no se trata sólo de repartir el poder entre hombres y mujeres por igual. Eso sólo no alcanzará si no se acompaña con otros cambios sociales.

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Debemos saber que no se trata sólo de repartir el poder entre hombres y mujeres por igual. Eso sólo no alcanzará si no se acompaña con otros cambios sociales.

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