Aluminé: crea estampas a partir de pigmentos locales

La neuquina Ain Nieva creó su propia marca, en Aluminé. Hace estampado botánico, pintura natural, teñido y serigrafías.

Nueve años atrás, ni bien egresó de la UBA como diseñadora textil , la neuquina Ain Nieva (31) se imaginó yéndose de la gran ciudad al sur del país. “Soñaba con vivir en una cabañita en el medio de la montaña rodeada de naturaleza”, cuenta hoy a RÍO NEGRO.


No quería un lugar turístico, tampoco. Al azar, eligió Aluminé, un lugar que nunca había pisado siquiera de paso. Y es justamente aquí donde hoy se destaca como emprendedora textil que revaloriza y le da una vuelta de tuerca a la sabiduría de los antiguos oficios y las técnicas artesanales. Y se la vez feliz haciendo lo que hace.

“Hace ocho años comencé con el emprendimiento de diseño textil natural. Sabiendo que la industria textil es una de las más contaminantes del planeta decidí tomar mi propio camino trabajando de manera artesanal y con prácticas sostenibles”, comenta en el showroom armado en el hostel Cauquenes, en Aluminé.

“Es acá donde pueden ver mi proyecto artístico y artesanal”, agrega la creadora de la marca “Ain textil” donde lo artesanal y contemporáneo buscan la armonía todo el tiempo.

“Inicialmente fui a estudiar diseño de indumentaria a Buenos Aires porque desde chica fui a un taller de corte y confección donde siempre me hacía mi ropa y amaba hacerlo. Iba decidida a estudiar eso. Pero estando en la facu descubrí la carrera diseño textil que no sabía que existía; cuando la conocí la amé. Me gustó muchísimo y ahí decidí seguir con diseño textil en vez de indumentaria”. Y acá estoy, acota.


Extrae pigmentos de plantas del entorno y desechos de cocina y aplica diferentes métodos a las telas como estampado botánico, pintura natural, teñido de color pleno, shibori, stencil, sellos y serigrafías, entre otros.

Confecciona indumentaria y accesorios, ofrece retazos textiles para quienes quieren confeccionar y también el servicio de tintoreria en textiles y productos para otras marcas.

Explica que el teñido natural es un técnica ancestral con un largo proceso y un enfoque sustentable contemplando una correcta cosecha para evitar así la alteración del ambiente”, dice.

Se comienza por agregarle agua a los materiales naturales para generar la extracción del color y por otro lado la preparación del textil donde se pre-trata con minerales, que cumple la función de mordiente. Eso se hace para garantizar la adhesión adecuada del tinte a la fibra y así lograr una buena solidez a la luz y al lavado durante toda la vida útil del textil.

“En estos pasos se requiere de mucha paciencia ya que son procesos lentos porque requieren muuuuuuucho tiempo”, enfatiza.


Una vez que está listo el tinte se comienza con el proceso de teñido de la tela. Se sumerge el textil en el tinte y se lleva a cocción con fuego lento por un tiempo mínimo de una hora. El trabajo es 100% artesanal y consta de varios días de duración para su proceso completo.

Esta egresada de diseñadora textil en la UBA y capacitada en varias ramas del ámbito textil a nivel nacional e internacional ha investigado el mundo de la tintorería natural, extendiendo se exploración por toda la Patagonia argentina y chilena recopilando info y data de la flora nativa y su pigmentación natural.

Entre el 2021 y 2022 recorrió también México y Guatemala investigando, estudiando, intercambiando, enseñando y aprendiendo técnicas textiles y de tintorería natural.

Recuerda que el teñido artesanal de fibras naturales con tintes naturales es una actividad milenaria, eco-amigable, que con el paso del tiempo y la aparición de colorantes sintéticos se fue abandonando. Porque el uso de estos colorantes sintéticos son agentes contaminantes de nuestro ecosistema es que “creo importante retomar las técnicas ancestrales y trabajar con tintes que la naturaleza provee”.

Su meta, entonces, es lograr siempre colores y estampas con plantas utilizando hojas, cortezas, flores y también transformando los desechos en hermosos colores como las cáscara de cebollas, yerba mate, la piel y el carozo de palta, por ejemplo.


Al ser textiles libres de agentes contaminantes utiliza el agua del río para enjuagar las telas. De esta manera evita el derroche de agua potable y aprovecha la fluidez del rio para los procesos de teñido.

Las telas utilizadas son 100 % de fibras naturales y todo el proceso creativo surge de inspiración en la naturaleza. “De observar los procesos naturales de cada planta y de todo el entorno en general . Su constante transformación y gran sabiduría es mi principal inspiración en todo el proceso desde el momento cero”.

Cada producto que crea Ain nace en una pequeña proporción en función de la demanda y en mayor medida por lograr diseños funcionales, prácticos y con una estética atemporal y natural.

“No influyen las tendencias textiles ni las modas en los diseños; más bien son diseños naturales que van en sincronía con los procesos naturales del entorno, utilizando colores y estampas con las plantas de cada estación. En el caso del invierno que hay menos plantas utilizo más desechos de cocina”, comparte.


¿Se puede vivir solo esto?



“No vivo exclusivamente de esto; está en mi deseo que alguna vez sea así. Ser emprendedora es un arduo trabajo donde hay que estar además de especializarte en un montón de otras cosas que están detrás de escena. Y el vivir en un pueblo tan chico es necesario mover la producción para otros lugares . Complemento mi economía como docente de un taller de Arte Textil en el CIA , una hermosa escuela artística , publica y gratuita que tenemos el privilegio de tenerla acá en Aluminé”.

No es de feriar mucho. Ya lo hice bastante en sus inicios. “Ahora encontré otros canales más directos para llegar al público interesado en mis producciones como la venta online y redes sociales”, dice la responsable de @aintextil.

“Mi principal desafío de ahora en más es poder tener mi propio taller textil donde pueda seguir trabajando y expandiendo mi emprendimiento pero sobre todo poder generar un espacio para dar capacitaciones sobre todas estas técnicas teniendo como objetivo principal la promulgación del cuidado del medio ambiente”, admite.

Desde hace ocho años la marca “Ain textil” ha estado presente en diferentes lugares de la Argentina y otros países, experimentando prácticas ancestrales y brindando capacitaciones; en Aluminé las posibilidades de continuidad se han visto limitadas justamente por la falta de un espacio físico acorde y estable. “Por ello hoy ese es mi gran sueño: tener un espacio propio que me represente y permita compartir mis saberes y valores”.

Al ver sus telas intervenidas, tocarlas y poder cubrirse con ellas puede valorarse esto de la sostenibilidad y respecto al medio ambiente de la que tanto habla Ain, sin dejar jamás a un lado la belleza y el espíritu poético que posee este rincón de la Patagonia, a la vera del río Aluminé, en Neuquén.


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