Kevin, Juan y Jonathan, responsables de JK Burger Store.
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Son de Regina y es en Roca donde estos jóvenes encontraron el éxito haciendo hamburguesas

Son tres emprendedores que se animaron a invertir en Roca. Las razones del éxito según ellos. Sus proyectos. Historias que inspiran.

Las oportunidades están al alcance de la mano. Hay quienes tienen la agudeza o el don de captarlas en un instante y a otros quizás les lleve tiempo darse cuenta. Pero el desafío de hacer y crecer está latente. Así lo pensaron tres jóvenes reginenses que eligieron Roca para catapultar su emprendimiento.

“Tengo 27 años y mis socios Jonathan Martínez tiene 27 y Juan Aedo de 28. Con Juan nos conocíamos y estudiábamos Licenciatura en Administración de Empresas. Él había arrancado con este emprendimiento en 2018, pero no tuvo suerte. La cosa es que surgió la idea de hacer algo juntos aplicando lo que estamos estudiando. Queríamos hacerlo bien, dar una buena imagen, una buena identidad a la marca elegida y acá estamos”, arrancó su relato Kevin Vega.

La estrella del local tratada con el mayor de los cuidados, lista para degustar.


La historia parece de película porque el reintento de JK Burger Store fue en la cocina de la mamá de Kevin. “Somos 100% autodidactas. Ninguno estudió gastronomía, fueron horas y horas de tutoriales de YouTube. Cuando arrancamos lo hicimos en la casa de mi mamá. En la plancha que teníamos nos entraban 8 medallones de carne. Vendíamos viernes y sábados, unas 50 hamburguesas. Para nosotros era un ¡boom! Era lo máximo que podíamos vender en un rango de 3 o 4 horas con lo que teníamos. El pan lo tostábamos en una plancha chiquita. Ahora lo que usamos es, por lejos, mejor”, sonrió Kevin.

La pandemia trajo la incorporación del tercer socio, Jonathan. Los jóvenes arrancaron cocinando en el quincho de este último, en un 5to piso, donde bajaban los pedidos por la escalera. El ascensor no funcionaba. “Cuando comenzaron a abrir los locales, salimos a tomar algo con Jonathan y me dice ‘¿si abrimos en Roca?’. Le contamos a Juan y nos pusimos en campaña. Roca no estaba lejos de Regina, es grande y lo vimos como una oportunidad. Este era nuestro primer gran paso antes de seguir a Neuquén”, recuerda el joven.

“Arrancamos en un local monoambiente, fue un desastre. Me vine de Regina con una caja de mercadería, un colchón, una frazada y cuando no dormía cocinábamos en ese espacio. No resultó y tuve que volverme a mi casa”, contó Kevin. Pero la corazonada estaba latente y los jóvenes volvían seguido a Roca buscando un lugar. El primer golazo se dio. Encontraron un local en Kennedy entre Misiones y Tucumán. La magia estaba en marcha.

El boom del año pasado con el Día de la Hamburguesa los marcó para bien. “Queríamos mejorar la calidad del producto y la maquinaria y donde estábamos no podíamos hacerlo. Volvimos a recorrer la ciudad y mientras buscábamos ví este espacio (España entre Tucumán y Mitre) que era un baldío. Lo ví como una oportunidad. Traje a mis socios, les gustó el lugar, hicimos el esfuerzo y lo conseguimos”, dice orgulloso el joven empresario.


Fueron 5 meses de acondicionamiento del local. La propiedad quedó como nueva. “Queríamos hacer algo grande. Recorrimos todos los locales, en eso somos muy obsesivos. Vemos las mejoras, anotamos las fallas de todos los locales gastronómicos para ver qué podemos mejorar nosotros”.


Hamburguesas y estudio de mercado



El estudio de mercado fue intenso. Los jóvenes no dejaban de analizar si era buena o mala idea. El local fue diseñado un estudio de Arquitectura de Neuquén capital. “Queríamos algo que en Roca no se hubiera visto, que se viera en Neuquén, pero que el roquense no tuviera que irse 40 kilómetros para disfrutar de un lindo lugar, sino que en su ciudad lo encontrara también y lo disfrutara”.


“El argentino es muy pasional, cuando algo le gusta se pone la camiseta enseguida. Nos pasó con un equipo de handball de Maquinchao. Una de las chicas había probado nuestras hamburguesas en un viaje anterior. Fue así que les contó a su delegación y vinieron a comer acá. Les reservamos todo el patio trasero para que estuvieran cómodos”, mencionó.

Nos marcan como el McDonald de Roca, que sin querer ser esa marca, le prestamos más atención al producto, le damos una impronta más gourmet o artesanal. Apuntamos a ser una hamburguesería más estilo americano”.

Kevin Vega, emprendedor.

Los productos que usan en su elaboración diaria son de la zona, entre sus proveedores está Cedisur. Una de las última adquisiciones que han hecho es la compra de una máquina para hacer medallones de carne. “Acá hacemos 500 kg de carne por semana que se hacen a la mano. Imaginate cómo te queda el hombro con esa presión”.


Atrás quedaron esos días donde estos jóvenes estaban en la cocina produciendo hamburguesas. “La cosa cambió, hoy solo venimos a supervisar, a ver qué se puede mejorar. Estamos todos los días y por más que se vea que está todo bien, siempre hay algo que mejorar para que nos elijan siempre. Somos muy competitivos. No nos llevamos mal con ningún local gastronómico, al contrario. De vez en cuando nos gusta comer en otro espacio que no sea nuestro local”, remarcó Kevin.


Roca, una plaza interesante



“Roca es una plaza que puede llegar a tener más lugares gastronómicos. La competencia no se ve como una amenaza, es sano. Nosotros estamos vendiendo unas 10 mil hamburguesas mensuales, número que incluso en algunos locales de Buenos Aires no consiguen. No se si es porque somos el único local que apostó. Nos han dicho que en Roca no se animan a meter plata y hacer algo lindo. Dicen que el roquense no sale o no le presta atención a ciertas cosas, pero si le presta atención”, expresó el joven.

La hamburguesería está bien iluminada. Se manejan como autoservicio, pero costó un poco que los clientes se acostumbraran. “Eliminamos la figura del mozo porque era sinónimo de espera y eso malhumora a cualquiera. El cliente hace su pedido en caja, se le da una suerte de timbre y cuando el pedido está listo se lo llama y él retira su compra. La idea es que se sientan como en su casa. De todas formas existe una persona que hace sus recorridos por el local para controlar que esté todo bien”, apuntó Kevin. Los muchachos están en todos los detalles. Adornaron el local con carteles de neón en los cuales la gente se toma selfies.


En Neuquén estamos en obra próximos a inaugurar otro local de estas dimensiones. La idea es la mejora continúa. Empezamos en Regina, pero nuestro primer comercio al público ha sido acá. Neuquén era muy grande y si bien hay mucha demanda también hay oferta. En Roca la oferta en hamburguesas es débil. Hemos testeado en la zona y Roca es una buena plaza para pisar fuerte y marcar la diferencia. Hoy somos conocidos por hacer promociones locas. Hemos logrado juntar gente de una cuadra esperando por su pedido. El roquense por ahí no es de querer esperar, pero si algo le gusta lo consume”, apunta el empresario.


El boca a boca ayudó



La publicidad fue el boca a boca. Hubo alguna publicación en un medio digital local, pero crecieron gracias a comentarios de la gente. “Estamos centrados en la calidad del producto y a través de la mejora continua vamos creciendo. Tenemos críticas negativas también que tratamos de solucionar en el momento, siempre y cuando el cliente la exprese. Si hay un error, lo compensamos al 100%. Queremos que el cliente disfrute todo, desde el comerse la hamburguesa, el espacio, la música, el ambiente”, dijo.


El público de este local es muy variado. Adolescentes que copan el lugar hasta pasadas las 21, familias con chicos los días de semana, parejas y grupos de amigos después de las 22. También se festejan cumpleaños los fines de semana. En el equipo de la noche trabajan 13 personas. Abren al mediodía y por la noche de martes a sábados y de martes a domingo a la noche. “El día que se descansa, en realidad se hace producción. Se va preparando todo para el día siguiente. En nuestro futuro hay nuevos proyectos que todavía estamos analizando, no nos queremos quedar solo con esta idea”, concluyó Kevin.


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