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Una iglesia estilo colonial cautiva en medio del primer campamento de Plaza Huincul

La parroquia “Santa Teresita del Niño Jesús” lleva 88 años de pie en el Barrio Uno de esa localidad neuquina. Todo comenzó en honor a una imagen que llevaron los primeros trabajadores que se asentaron en el lugar. Hoy la devoción sigue y con ella, el apego a la tierra que les dio vida. ¡No te pierdas las fotos históricas!

Recorrer el barrio Uno, de Plaza Huincul, es como entrar en un túnel hacia el pasado. Para quienes no somos nativos de esa zona neuquina, andar por sus calles impulsa a imaginar cómo habrá sido el movimiento del lugar, con sus casas bajas, de puertas y ventanas antiguas, de postigos sencillos, que bajan una a una con escaloncitos hasta la vereda. Esa sensación de que la tierra de Marcelo Berbel y la “Pasto Verde” se quedó en otro tiempo perdura en el aire, algo parecido a lo que se siente en Villa El Chocón.

Tanto el barrio Uno como el Central, funcionaron como campamentos de casas para las familias de los trabajadores de YPF, desde 1918. Tenían gimnasio, salón de eventos y con el tiempo, sumaron el cine “Petroleum”, el centro cultural “Gregorio Álvarez” y un espacio de la Universidad Tecnológica Nacional. Esos obreros fueron justamente los que trajeron la primer imagen de “Santa Teresita”, canonizada en 1925.

El edificio es réplica de una iglesia europea. Fue declarado como “monumento histórico”. Foto: Facebook.
Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.

Monumento histórico


Sobre la avenida, ella sorprende a los visitantes en una esquina imponente, que se roba toda la atención, por su belleza intacta. Detrás del cerco, con molduras redondeadas, es la parroquia de la que dependen las capillas “Nuestra Señora de Belén”, “María Auxiliadora”, “San Cayetano” e “ Inmaculada Concepción”. De estilo colonial, su edificio fue construido por la empresa petrolera en 1935, aunque recibió el reconocimiento jurídico eclesiástico (erección canónica) el 27 de agosto de 1964. Fue declarado como “monumento histórico” de la ciudad.

Por lo que se ve en las fotos originales que los fieles lograron reunir, comenzó únicamente con el cuerpo central de la estructura, más la torre, rodeadas por algunos álamos que tardaron en crecer. El resto era campo y más campo. Luego se sumaron el salón parroquial, a su derecha, y otro anexo del lado izquierdo.

Según publicó el sitio “Cutral Co al Instante”, es réplica de una iglesia europea, cuya inauguración marcó la instalación formal de la iglesia católica en el pequeño pueblo de aquel entonces. Los sacerdotes salesianos fueron los primeros que pasaron por allí, según recordaron desde la comunidad: Pedro Savani, Juan Marsisky, Ariente, Pedro Giacomini, Butiniol, Champlot, Urrutia, Ernesto Szantos, Fogliotti, Marchessotti y Pedro Rotter. Justamente en reconocimiento a este último, la avenida de la iglesia lleva su nombre. Ya después de su designación en la década del ‘60, el obispo Jaime de Nevares era quien presidía las celebraciones más importantes, como la fiesta patronal, el 1° de Octubre.

Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.
Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.
El altar con la imagen de la patrona, allá por los años ’30. Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.
Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.
Plaza Huincul, año 1940 – Foto: Facebook Parroquia Santa Teresita.

Una lluvia de rosas


Se sabe que María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Alençon, Francia. Era hija de un relojero y una costurera, Luis Martin y Acelia Guerín, que se convirtió en religiosa del Convento Carmelo en 1890, con sólo 17 años.

Murió en 1897 a causa de la tuberculosis y el papa Pio XI la proclamó «Patrona de las misiones», por su apoyo en oración a esa actividad. Fue reconocida como Doctora de la Iglesia por el papa Juan Pablo II en 1997 y se la ilustra como una monja carmelita con un crucifijo y flores en los brazos, asociada a la frase que dijo en sus últimas semanas de vida:

«Nunca he dado a Dios más que amor y Él me pagará con amor. Después de mi muerte dejaré caer una lluvia de rosas».

Para valorar tanta historia, en 2013 se invitó a los feligreses a recopilar sus recuerdos con la parroquia, como escenario de bautismos, comuniones y casamientos. Y ya en 2018 se realizaron tareas de reparación en la fachada, lo que favoreció el buen estado de conservación que mantiene hasta hoy. Se encuentra a cargo del presbítero Akuila Taliauli y la jurisdicción establecida abarca hasta Senillosa, según el sitio web de la Diócesis.

María Francisca Teresa fue canonizada en 1925 por los milagros que se le adjudicaron.

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