La primera Copa de la era Falcioni

Boca se consagró en Mar del Plata al derrotar 3-0 a San Lorenzo.

fútbol de afa

La era Julio César Falcioni arrancó con todo. Con una gran producción colectiva, Boca derrotó 3-0 a San Lorenzo y se quedó con la Copa de Oro que se disputó en Mar del Plata.

Los goles del equipo de La Ribera fueron convertidos por Diego Rivero, Nicolás Colazo y Pablo Mouche, una de las figuras de la cancha.

De esta manera el Xeneize redondeó un comienzo de año ideal porque sumó su tercer triunfo en serie, luego de vencer a Independiente y River.

El Santo empezó algo mejor, pero la jugada más clara que creó terminó en un clic que despertó a Boca.

Cristian Lucchetti tuvo los reflejos de su época en Banfield para sacarle el gol a Velázquez, quien cabeceó sólo, y a partir de ahí fue un monólogo del equipo de Falcioni.

Rivero cumplió con la ley que no falla casi nunca: la del ex. Arrancó una jugada en el callejón central, en su propio campo, pasó para Mouche, fue a buscar la devolución y anotó el primero de la noche. No lo gritó, pero giró su cabeza y buscó el banco de suplentes rival. Seguramente su mirada estaba dirigida a un tal Ramón Díaz, el mismo que le bajó el pulgar a fines de 2010.

El 1-0 le dio tranquilidad a Boca, que se hizo dueño del medio campo y encontró el segundo antes de la media hora. Otra vez apareció el Burrito, que metió un pase perfecto a Colazo, quien definió desde afuera del área. A esa altura, San Lorenzo ya era una sombra y estaba perdido en la cancha.

En los últimos 10 volvió la paridad. Y las polémicas. Le hicieron un penal a Aureliano Torres, pero Pompei lo ignoró y la historia terminó con el paraguayo expulsado. Así se cerraron los primeros 45, con el Xeneize cómodo en el resultado y un hombre más.

En el arranque del complemento los del riojano le robaron la pelota a Boca, pero enseguida el equipo de Falcioni puso las cosas en su lugar.

Mouche se hizo cargo de un tiro libre, y con un toque exquisito de zurda, puso el 3-0.

Lo que quedó de partido casi que estuvo de más, porque la mitad de la cancha de Boca se volvió impenetrable y además cada vez que tuvo la pelota, la hizo circular con criterio.

Con un jugador menos, a San Lorenzo se le hizo imposible generarle peligro a Lucchetti, que casi ni transpiró. Y por eso el xeneize se llevó la Copa.

El xeneize tuvo un arranque de año ideal. Le ganó a Independiente, River y San Lorenzo. Ahora se viene la revancha con los Millonarios.


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