La primera gestación por subrogación de Neuquén que logró atravesar la pandemia

Tamara Cides obtuvo la autorización judicial para que Marité, su hermana, a través de la transferencia de embriones de ella y su pareja, lleve adelante el embarazo. Ambas viven en Loncopué y el foco de casos de coronavirus redobló los cuidados. Este fin de semana viajarán a Neuquén capital ya que es inminente el parto.

Tamara Cides perdió cuatro embarazos. En 2016 debieron intervenirla quirúrgicamente y retirarle el útero. “Estuve 17 días en terapia, la pasamos muy mal, y mi hermana me ofrece gestar a mi bebé. En ese momento yo no estaba preparada para eso”, relata.

La joven de 32 años está casada hace trece con Juan Carlos. Viven en Loncopué y trabajan en las termas de Copahue, que está aproximadamente a 70 kilómetros de la localidad.

Marité, su hermana, insistió. Ella es mamá de un hijo, que hoy tiene seis años. Tamara se convenció y los tres comenzaron un largo proceso, inédito en la provincia.

La familia vive en Loncopué, una localidad ubicada a 314,4 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Foto gentileza.

La gestación por subrogación no está legislada en Argentina. Por eso es que solicitaron la autorización judicial. Un fallo de 2018 les hizo lugar a la petición y habilitó el tratamiento de fertilidad, en el cuerpo de Marité, y la inscripción en el registro civil a nombre de la pareja. También se exhortó a que el niño conozca su origen (ver aparte).

Hasta ahora es el único caso que tramitó en el fuero de Familia de toda la provincia.

En 2019 realizaron el procedimiento, con la cobertura del Instituto de Seguridad Social de Neuquén. Lo que se hizo fue una transferencia del embrión conformado por el material genético de la pareja, en Marité. El primer intento, en agosto, fue fallido, y el segundo, en octubre, auspicioso.

Una de las preocupaciones “más grandes” de Tamara era cómo contarle a su sobrino que Marité estaba gestando a quien sería su primo. “Por eso yo me rehusaba un poquito a hacer todo esto. Nosotros cuando estábamos por hacer el primer implante le explicamos y él al día de hoy lo entiende perfectamente”, manifiesta.

Afirma que pasó por muchos momentos en estos casi nueve meses. “Al principio no lo podía creer, me costó creer que estaba embarazada y de que era mi bebé. Después vino la etapa del miedo, del miedo a que lo perdiera, del miedo a que ella sufriera lo que yo sufrí con mis cuatro embarazos. Ese miedo, no el miedo a que no me entregue el bebé, ni nada de eso, porque eso lo tenemos clarito las dos y también lo tratamos psicológicamente antes de empezar con todo el tratamiento”, plantea.

En abril Loncopué, la ciudad de 7.000 habitantes, llegó a tener 34 casos positivos de coronavirus y una estricta restricción en la circulación. Tamara no pudo ir ver a Marité por tres semanas. Luego consiguió una autorización médica para visitarla.

“Fijate que ahora está por nacer Ismael y tenemos que ir a Neuquén que está complicadísimo”, agrega. La capital tiene hasta el momento 164 casos, de los cuales 124 están activos.

Este fin de semana la familia viajará a la ciudad capital porque el nacimiento es inminente.

“Más allá de todo el encierro, por suerte la sobrellevamos, no tuve ninguna complicación”, asegura Marité, de 30 años. Sobre lo que la motivó, responde: “lo hice por todas las cosas que mi hermana venía viviendo, todo se le hacía muy difícil. Ahora tengo ansiedad, quiero que ya nazca”.

El 27 de noviembre de 2018 el entonces juez de Familia, José Ignacio Noacco, hoy camarista civil, hizo lugar a la solicitud de la familia Cides. Autorizó la gestación por sustitución para implantar los embriones crío-conservados en Marité, la hermana de Tamara. Además ordenó la inscripción del niño como hijo del matrimonio en el Registro Civil y exhortó a que se le informe sobre su origen.

¿Cuáles fueron los argumentos para hacer lugar a la petición? Noacco planteó que si bien no existe legislación que regule la gestación por sustitución, tampoco hay una prohibición expresa, por lo que es materia de los jueces y juezas analizar si corresponde hacer lugar a lo requerido, dadas las circunstancias y los derechos involucrados.

En este caso consideró que las tres personas comprenden las implicancias del acto y han prestado consentimiento pleno e informado. También manifestó que no hay una finalidad económica, es decir, que Marité no va a recibir una retribución monetaria, sino que su motivación es “altruista.”

Dijo que frente a la imposibilidad que presenta Tamara para llevar adelante un embarazo la propuesta de transferencia embrionaria “resulta ser la única posibilidad para ella y su pareja, de ser padres de un niño nacido con su carga genética. Destaco esto último descartando así la figura de la adopción que si bien puede considerarse una alternativa para formar una familia, no ha sido la opción elegida por los peticionantes, por las razones que fueran y que forman parte de la intimidad de la pareja, por ello exentas de la autoridad de los magistrados.”

Noacco sostuvo que esta se presenta como “la única alternativa” para garantizarle a Tamara el derecho de acceder a las técnicas de reproducción humana asistida, ya que según su historia clínica debió serle retirado el útero y no está en condiciones de gestar.

El dato

36
semanas de gestación tiene el embarazo que lleva adelante Marité. Es el único caso de la provincia que fue judicializado.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios