La recesión castiga desparejo al comercio neuquino

Cinco de cada diez negocios que abrieron durante el primer semestre del año permanece en actividad en la provincia. La situación se presenta más difícil en las ciudades de Zapala y Cutral Co, pero en otras localidades se verifica un repunte: Neuquén, San Martín de los Andes, Centenario y Plottier. Entre las causas de los inconvenientes se mencionan la recesión y la crisis brasileña. En muchos casos los cierres de comercios superan a las inauguraciones.

NEUQUEN- De cada diez comercios que abrieron durante el primer semestre del año, un promedio apenas superior a cinco permanece en actividad en las principales ciudades de la provincia del Neuquén. El primer trimestre, en virtud del arrastre de la crisis brasileña, la recesión y la retracción del consumo, fue notoriamente adverso para los comerciantes de cuatro de las principales localidades neuquinas: la capital, Cutral Co, Plaza Huincul y Zapala, donde los cierres de negocios superaron las inauguraciones.

En cambio, entre abril y junio la marca se mejoró y en Neuquén Capital y Plaza Huincul hubo un repunte de las habilitaciones comerciales, aunque en las otras dos ciudades persistió el declive. La capital provincial mejoró su desempeño y, mientras en los tres primeros meses concentró el 49,37 por ciento de las altas registradas, en el segundo su peso relativo aumentó al 70,64 por ciento.

En San Martín de los Andes se verificó un comportamiento atípico respecto del resto de la provincia, porque segmentado por trimestres, en ambos tuvo un balance favorable, y las habilitaciones comerciales. Plottier también registró movimiento comercial positivo en los dos períodos analizados, pero los cierres de negocios fueron casi parejos. Las altas fueron del 53 y 59 por ciento, respectivamente en el primero y segundo trimestres. Centenario también tuvo un registro ascendente de licencias comerciales.

Los datos fueron publicados por el boletín de la dirección de Estadística, Censos y Documentación de la provincia, sobre la base de información proporcionada por los municipios.

En los municipios de primera categoría -los que cuentan con más de cinco mil habitantes- hubo entre enero y junio pasados 2.025 movimientos en las licencias comerciales. El 53,68 por ciento fueron altas y el 46,32 por ciento restante, bajas.

En el segundo tramo -los meses que van de abril a junio- se observan diferencias pues las habilitaciones fueron un 30 por ciento más mientras los cierres de locales se mantuvieron en un margen estable.

En mayo pasado, los comerciantes de la capital se quejaban porque las ventas habían caído casi un 40 por ciento según el renglón de actividad. Se salvaban solamente los grandes centros de compras -híper y supermercados- pero el resto de los negocios hacían agua. Incluso, los dirigentes empresariales temían que la recesión llegara al Estado y el gobierno comenzara a restringir o cortar el pago a sus proveedores.

La retracción coincidió con la prolongación de la recesión, que de acuerdo con los analistas llegó a casi el siete por ciento si se tiene en cuenta que el ministro Roque Fernández comenzó el año con una expectativa de aumento del PBI del orden del 3,9 por ciento cuando en realidad se verificó una caída superior al cuatro por ciento.

Un informe que hizo circular la semana pasada el presidente de la FEEN, Juan Carlos Helou, confirmó que en el país las compras en general descendieron el 23,85 por ciento y específicamente en el comercio la acumulación de caída en las ventas llega a casi el 37 por ciento. La situación, según el documento de la FEEN, refleja la recesión reinante «y la baja del poder adquisitivo de los consumidores» que se tradujo inmediantemente en el descenso del 33 por ciento en las ventas y la expulsión del diez por ciento de la mano de obra.

Una baja que se dio a nivel general

La situación de los comercios en Río Negro no es mejor que lo que ocurre con la baja en las licencias comerciales que se da ahora en varias localidades del Neuquén.

En los supermercados, por ejemplo, se advirtió sobre una caída de las ventas, más pronunciada aún en rubros que no alcanzan a los alimentos y que por ende no son de primera necesidad.

A nivel general se sabe que por ejemplo abrieron numerosas casas de comidas, pero cerraron casi en el mismo porcentaje.

Durante la semana pasada, comerciantes y empresarios de Roca hicieron conocer sus temores por lo que podría ocurrir con el sector si se mantiene la demora en el pago de los salarios a los estatales.

Estimaron que las ventas en toda la región retrocedieron un cuarenta por ciento aproximadamente.

Según los cálculos, las ventas de productos básicos, en los que se incluyen alimentos y bebidas, sufrieron una baja del 6 por ciento.

De todos modos, la situación no es patrimonio sólo regional, sino que la retracción se dio a nivel general y afectó a los más grandes centros de consumo.


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