La vacuna Sputnik V

Mar del Plata

Pocas veces una situación exitosa puede replicarse invocando su nombre y menos aún apurando tiempos. Pero cuando se trata de la vida de millones, lo improbable es posible. Tal es así que la controvertida vacuna rusa contra el covid-19 “Sputnik V”, desafiando toda lógica y con una fase III a prueba en 40.000 humanos apenas iniciada, tramita su registro ante la OMS y fue ofertada por el gobierno ruso a la Argentina bajo promesa de entrega en diciembre 2020.


Rápidos, como solemos los argentinos ser, para subirnos a una expectativa esperanzadora ante más de 32.000 muertos por coronavirus, la noticia de la adquisición, distribución y “obligatoriedad” de la vacunación con “SputnikV” logra difusión masiva.

Pocos objetan el carácter de “obligatoria”, el que se niega desde el Congreso y que al parecer desea imprimírsele a esta campaña de vacunación forzada, olvidan derechos individuales garantidos y la imposibilidad gubernamental, en una democracia, de “forzar” a los ciudadanos a atentar contra su propia vida inoculándose una vacuna sin los testeos necesarios que avalen su inocuidad.


Karina Zerillo Cazzaro
DNI 21.653.863


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