La visión desde el gremio docente

A diez años de la masacre en la escuela de Patagones

Gisella González, como secretaria general, en Patagones, del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba); fue quien en su momento puso la cara. Lo ocurrido ese día “atravesó a todos los niveles de Patagones, fue muy impactante y ‘shockeante’; y sabíamos que no es un hecho escolar entonces no era cuestión de cuidar corporativamente a los docentes, sino de preservarlos y de los pibes que seguían en esa escuela, y en otras”.

El caso “nos atravesó como una flecha, tuvimos que ser muy fuertes para soportar tanta agresión (de la prensa nacional)” y lamentablemente “si no fue un hecho escolar, no hay a quién hacerle juicio” y además “con los familiares no se discute porque no hay posibilidad alguna de racionalizar el dolor”; sostuvo.

La docente evaluó que la única forma de salir adelante fue “responder con proyectos pedagógicos, había que anillar a la escuela desde lo pedagógico e institucional, y desde todos los niveles”.

Recordó que en el medio de todo esto hubo bajezas institucionales. “Tuvimos que generar anticuerpos y había ‘caza de brujas’ (hacia los docentes), y a excepción de (el entonces ministro de Educación, Mario) Oporto, los cuadros intermedios (de esa cartera) estaban pendientes de que (el hecho) no les afectara su cargo”, afirmó.

Concluyó que “la Dirección General de Escuelas está en deuda porque está el dictamen (de los sumarios) y no quiere darlo, y hay que destacar la dignidad de los compañeros” involucrados en los sumarios.


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