Las enseñanzas que deja este crítico 2018

El panorama de este fin de 2018 sin dudas que es considerablemente distinto al que podíamos observar 12 meses atrás, con una realidad mucho más dura, que golpea el bolsillo de la población y que desembarca en 2019 dentro de un manto de incertidumbre tanto económica como política.

Está claro que 2018 será recordado como el del estallido de una nueva crisis, con una devaluación superior al 100% que desembocó una inflación que finalizará entre el 46 y el 47% y con el agravamiento de la situación laboral y social del país.

Herencia sin poder solucionar y errores propios y ajenos del actual gobierno hicieron que la Argentina desbarrancara una vez más. Un desplome que lamentablemente es moneda corriente de nuestro país en el transcurso desde hace más de seis décadas.

Muchos se preguntan ¿cómo puede ser que la Argentina siempre tenga crisis recurrentes con períodos cada vez más cortos entre una y otra?

Poca flexibilidad

Hay muchos aspectos que explicarían estas crisis constantes que hace el país, pero el punto central es la escasa flexibilidad que tiene la sociedad argentina para llevar adelante un cambio de estructura paulatino que puidiera generar condiciones para ser una nación más moderna y desarrollada.

Claramente, con niveles de deuda que llegan al 70% del Producto Bruto Interno, con una inflación galopante desde 2002, con crecimiento de deuda a pesar de haber hecho dos canjes, difícilmente puedansentar las bases para idear un país más competitivo y que dé oportunidades a sus ciudadanos.

El ordenamiento macroeconómico implica sin dudas grandes esfuerzos y los frutos de esa dirección tardan bastante tiempo en poder madurar.

El actual gobierno de Cambiemos buscó con el gradualismo económico y el financiamiento externo “suavizar un ajuste fiscal que era inevitable”.

En concreto, el ajuste lo hizo el mercado, de una manera mucho más violenta para la sociedad como fue ver una devaluación superior al 100% y como la capacidad de compra de las personas se iba cayendo día a día.

Resulta elocuente que no hay posibilidades de desarrollo con los niveles de inflación y/o de altas tasas de interés que viene arrastrando la Argentina desde hace mucho tiempo.

Poner la casa en orden lleva tiempo, el problema es que en la casa viven personas y es elocuente que un sector importante de la población la está pasando mal o muy mal.

Quizás puede quedar en fin de 2018 alguna luz visible en el túnel.

La estabilidad cambiaria conseguida en los últimos tres meses, el aumento de las reservas monetarias, la expansión del superávit comercial, son aspectos que podrían incidir para que hacia el segundo trimestre de 2019 la economía empiece a crecer.

El problema de las tasas

Claro está que para ello deberían seguir bajando las altísimas tasas de interés que impone el Banco Central (59,52% anual), que está dificultando enormemente la evolución de la economía argentina.

A esto se le ha sumado en los últimos días un riesgo país en constante incremento, ubicándose por estas últimas horas en 815 puntos básicos, lo que dejó una suba superior a 100 puntos en un mes.

Es elocuente que con ese nivel de tasas la economía de un país no hay manera que pueda funcionar, o en todo caso, que pueda funcionar relativamente bien.

Dentro de este contexto negativo, donde lo externo no ayuda debido a la suba de la tasa por parte de Estados Unidos, y a su vez, su enfrentamiento con China, Argentina tiene que lograr equilibrio fiscal, bajar la inflación drásticamente, y promover una disminución en el riesgo país.

Indudablemente que esto es un verdadero desafío para la actual gestión de Cambiemos, y no sería nada raro estimar que en la primera parte de 2019 el gobierno podría buscar anticipar una negociación para diferir los vencimientos de deuda de 2020 y 2021 para más adelante y de esa manera generar condiciones para neutralizar los efectos nocivos de un riesgo país tan elevado.

Es elocuente que hacer este tipo de iniciativas es un desafío realmente titánico.

El Estado argentino y sus ciudadanos necesitan en forma urgente retomar las posibilidades de un crecimiento económico y con ello, que se puedan generar más puestos de trabajo.

El riesgo país es un fiel reflejo del grado de desconfianza sobre la Argentina. Pero aquí la desconfianza sigue siendo motivo central y no vislumbra para 2019, al menos por ahora, un camino más despejado que permita retomar el crecimiento, generar más inversión, más empleo y mejor consumo.

La estabilidad cambiaria, el aumento de las reservas , la expansión del superávit comercial podrían incidir para que hacia el segundo trimestre de 2019 la economía crezca

fernando Nole

Datos

La estabilidad cambiaria, el aumento de las reservas , la expansión del superávit comercial podrían incidir para que hacia el segundo trimestre de 2019 la economía crezca

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