Lecturas recomendadas: “Quién no”, de Claudia Piñeiro

El libro, que reúne dieciséis cuentos de la escritora argentina, una de las plumas más relevantes de la literatura nacional, narra desde hechos de la vida cotidiana hasta inquietantes relatos de terror gótico. Hay una historia para cada gusto en este libro apasionante.

Después de las novelas extensas, que parecen ser las de mayor aparición, leer cuentos es una manera de relajarse. Claro, como digo siempre, cuando los leemos es como si comiéramos bombones: no más de dos por día para no empacharnos…


El libro que hoy les comento es una serie de dieciséis cuentos de Claudia Piñeiro, la famosa escritora argentina. Son muy buenos, relatan hechos de la vida cotidiana, ya sea en un pueblo o en una ciudad, en zonas rurales y también frente al mar.

Los cuentos muestran una prosa trabajada, con las palabras necesarias y con un plus que los hace movilizantes. Son los problemas y las situaciones argentinas que nos son familiares.

Otro logro es el avance de conflictos que se resuelven en cada cuento. Mejor dicho, de los que tenemos que resolver los lectores, ya que las tramas se van haciendo más densas y duras.

El primero de los cuentos, “Lo de papá”, presenta dos hombres separados. El que abre el relato es un agente inmobiliario cuya mujer decide separarse y le pide que se vaya de la casa. Tienen dos hijos chicos.


Un sábado, día que pasan con el padre, el varón cumple años. Siempre van a casa de los abuelos paternos, pero ese día la mujer decreta que deben pasarlo en lo de papá. El agente inmobiliario no ha podido aún, por falta de dinero, alquilar vivienda propia y pasa las noches con su bolsa de dormir en distintos departamentos para alquilar que están vacíos. Allí, el padre decide llevar a sus hijos al único departamento que aún estando a la venta está amueblado, y cuyo dueño vive en Londres. Y dejo aquí, solo asegurando que esta historia nos deja con una sonrisa.

El segundo, “Las dos valijas”, está contado también en tercera persona, desde la perspectiva de una mujer a la que le avisan que su marido ha muerto de un infarto en un vuelo de regreso de un viaje de negocios.

La compañía le lleva a su casa dos valijas idénticas. Abre la primera, no tiene sorpresas y luego inicia toda una investigación sobre el destino de la segunda valija que la llevará hasta Pinamar. Allí encontrará la revelación de un increíble secreto.

El tercero, más distendido, se titula “Con las manos atadas” y trata sobre un robo en una escribanía cuando solo quedaban presentes la escribana y el abogado que la lleva adelante. Los ladrones los atan espalda con espalda, los dejan en el baño y así deben pasar toda la noche. Esta vez está narrado desde el punto de vista del hombre que siente muy cercano al perfume envolvente de la mujer.


Con “Claro y contundente”, el cuarto, pasa desde los hechos cotidianos que vive la esposa de un matrimonio adinerado con un hijo que ya está en séptimo grado de la primaria y tiene problemas de aprendizaje que vamos advirtiendo los lectores, pero que los padres se niegan a ver. En este caso, además, hay un final inquietante.

En el quinto, “Un zapato y tres plumas”, la autora nos vuelve a dar un respiro, y cuenta la historia de dos hermanos que vivían en una casa donde el padre había prohibido la risa. Allí nos presenta la evolución del menor, que logra hacer una carrera exitosa lejos de la familia y de la ciudad a la que decide no volver más y en la que, sin embargo, el destino le permitirá tomarse una dulce revancha.

No se asusten, no les comento ningún argumento más. Los once cuentos que restan son, como los anteriores, de excelente calidad. En los últimos aparece el mundo de las editoriales, el marketing de antes y después de las nuevas ediciones. “La muerte y la canoa” es el broche final que nos deja azorados.

Quiero señalar también que hay un cuento muy inquietante, escrito en la corriente de ficción gótica que ronda en las obras de Samanta Schweblin o Mariana Henríquez, en las que el terror va creciendo en una atmósfera densa y poco explicada. Esto se ve en “Alquiler temporario”. El libro me gustó mucho y por eso lo recomiendo.


Un poco más de la autora



Claudia Piñeiro nació el 10 de abril de 1960 en la Ciudad de Buenos Aires, se graduó de Contadora en la UBA en 1983 y ejerció esa profesión durante diez años, cuando la abandonó para dedicarse a la escritura.

Narradora, dramaturga, autora de guiones televisivos, columnista en distintos medios, saltó a la fama con su novela “Las viudas de los jueves” que fue la ganadora del Premio Clarín 2005. Ese mismo año había aparecido en Colihue “Tuya”, una muy buena novela breve.

Entre sus muchas obras narrativas quiero destacar la terrible “Elena sabe” (2006), “Betibú” y la interesantísima “Las maldiciones” (2017). La última publicada es “Las catedrales” (2020).

Además del tomo de cuentos que he comentado, escribió “Lady Trópico” cuento aparecido en “Hombres (y algunas mujeres”, Revista Zonda (2019).


En teatro tuvo “Un mismo árbol” (2006) y “Verona” (2010), publicada en uno de los tomos de Teatro del Humor de Zapala a cargo de nuestro recordado Hugo Saccoccia.

Clauda también escribió cuentos infantiles y la novela juvenil “Un ladrón entre nosotros” (2005) y colaboró en varios de los guiones de sus obras llevados al cine.

Ha ganado muchos premios, nacionales e internacionales. Quiero destacar que su novela “Las grietas de Jara” recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2010 y Piñeiro también fue distinguida con el Premio Pepe Carvalho de Novela Negra 2018 por ser referente ético y literario para las letras de su país y fuera de él.


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