Lista para ser trasladada

Una cabaña diseñada en Nueva Zelanda reivindica los principios de la arquitectura sustentable.

Fotografías: Jackie Meiring

Esta cabaña de madera diseñada por el estudio de los arquitectos Crosson, Clarke y Carnachan aparece en la orilla de una playa de arenas blancas en Coromandel, Nueva Zelanda. El terreno se encuentra dentro de una zona de erosión costera donde todos los edificios deben ser desmontables. Esta consigna se toma y cumple de forma literal. La cabaña se diseñó sobre dos trineos de madera de cierto espesor para permitir su desmantelamiento y traslado. La cabaña se configura en base a una serie de movimientos simples de diseño. “La estética es natural y recuerda a un artefacto de playa, equipamiento para el surf o torre de observación de salvavidas. Esto a través de una estructura de madera expuesta.”, apuntan desde el estudio. El edificio está diseñado para cerrarse completamente cuando no esté en uso y mide apenas 40 metros cuadrados. Tiene capacidad para una familia de cinco personas. Tiene una zona de cocina / comedor / sala de estar, un baño y dos habitaciones para dormir -una de ellas es para los niños con camarote de tres niveles. Su revestimiento se funde con el paisaje, mientras que la parte trasera está revestida de un material de construcción barato que se encuentra en muchas casas de vacaciones tradicionales en Nueva Zelanda. Los clientes intentaron explorar la verdadera esencia de la vida de vacaciones, pequeña, funcional y simple. Los rituales normales de la vida diaria se hace en contacto directo con el exterior. El cerramiento de dos niveles de la fachada frontal forma un toldo al abrirse, entregando sombra al interior en verano y permitiendo el ingreso del sol durante el invierno. Este elemento revela la doble altura desde el exterior. El interior es totalmente eficiente y funcional, desde el mobiliario a la distribución de los espacios. Además es sostenible por su modesto tamaño y por el uso de la madera en su revestimiento, estructura, y carpintería; se incorporó también un sistema de depósito de residuos para tratar y reutilizar las aguas grises. “Hay que volver al principio para inspirarnos”, comenta la arquitecta e historiadora Rachel Preston Prinz a propósito de las obras sustentables que se están realizando actualmente, similares a la del estudio “Crosson Clarke Carnachan”. En este sentido, la arquitecta invita a repensar la manera de hacer arquitectura en la actualidad; generar algo nuevo a partir de lo mejor de las lecciones del pasado, las que serían en sí mismas sustentables con tan sólo responder directamente a las condiciones de su contexto y al construirse con los materiales disponibles en el mismo lugar. “La historia nos dice que un diseño realmente sustentable tiene un contexto al que responder y se construye en base a materiales económicos y simples. El pasado nos demuestra que no necesitamos de la tecnología para lograr este fin, de hecho el 96% de la historia del planeta, el hombre ha construido sin la necesidad de ella”, invita Rachel Preston Prinz con su pensamiento.

arq.

Arquitectos: Crosson, Clarke y Carnachan Ubicación: Coromandel, Nueva Zelanda Ingeniería: CMR Engineers Ltd Contratista: D.F. Wight Builders Ltd Superficie: 48.8 m2


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