LMDG, el nuevo experimento de una banda antes conocida como Güacho

Mezcla de laboratorio sónico y aventura gráfica, LMDG es un proyecto algo deforme que busca encontrar en la tecnología, formas de producción y comunicación cultural una fuente de inspiración y, por qué no, un modo de expresión.

De los creadores de historias como Güacho, Fuego Camina Conmigo o Culto al Fuego y desde el corazón de la usina ubicada en Tolosa llamada Tomas del Mar muerto, llega un nuevo experimento. Mezcla de laboratorio sónico y aventura gráfica, LMDG es un proyecto algo deforme que busca encontrar en la tecnología, formas de producción y comunicación cultural una fuente de inspiración y, por qué no, un modo de expresión.

«Barajar y dar de nuevo», algo tan simple como complejo en su realización. Porque no es fácil volver a comenzar cuando se ha transitado un camino en donde se cosecharon buenos productos sonoros (3 grandes discos), una más que respetable fila de seguidores (una de las bandas más convocantes de la escena platense de la década pasada)  y que ha alcanzado desembarcar, no una, ni dos, sino tres veces al viejo continente para realizar giras de promoción. De esos viajes surgió una hermandad con el sello discográfico austriaco (Stone Free Records) que los cobijó bajo su familia, editando y difundiendo el material de la banda platense, Guacho.


Además de ser una de las bandas con más visitas a nuestro valle (Rock al Rio Vol 0 y Vol 1 y una presentación en el CC Distrito) en las cuales ha contagiado y sumado adeptos patagónicos a su universo tan particular de sonido y comunicación. Pero eso ya quedó en el pasado. Ahora hablemos del presente. 

Atrincherados bajo su sello Tomas del Mar Muerto, el trío platense mutó hacia una nueva forma, pateando el tablero y mudando la piel a LMDG (¿Los Mismos De Guacho?) editando su primer trabajo hace unas semanas atrás.

LMDG intenta ser  tanto una banda de sonido como una pantalla gráfica de visualización de un presente-futuro cercano, una especie de distopía sónica. Allí existen una serie de personajes que toman el control de artefactos tecnológicos de diversas épocas, se mimetizan con ellos para producir información musical, gráfica y audiovisual para encarnar una realidad no tan alternativa a la que nos toca vivir hoy en 2020.

Así, Lisandro Castillo, Joaquín Castillo y Hernán Torres, soltaron en 6 tracks un sonido alejado del sonido stoner tenso o el Blues psicodélico de Guacho y más cercano a procesos digitales sin perder la fuerza ni el norte de su mensaje. Una nueva obra comandada por riff hipnóticos de guitarras y voz comprimida de Lisandro, baterías tuneadas con pads digitales de Hernán y contundentes líneas de bajo de Joaquín, dando vida a un mundo onírico, post apocalíptico y poéticamente bello. Porque si algo nos enseñaron en su anterior banda es que la belleza está en quererla ver y está ahí, aunque todo parezca perdido.
Sin dudas un guiño al devenir de un mundo nuevo, pandémico y en constante tensión social. Siempre hay luz en el futuro.

La puesta a punto y el Master del disco estuvo a cargo del gran Gabriel Ricci y apuntalado en una gráfica a cargo de Imaginería del mar Muerto y el escenógrafo y artista plástico Lucas Borzi, que amalgama, una vez más, los sentidos visuales y auditivos del mensaje de LMDG.
Acá van diez preguntas a Lisandro Castillo, para que arroje un poco de luz sobre los procesos del disco y de su opinión sobre la música y los músicos en tiempos de coronavirus


Podés escuchar el disco de LMDG en https://elemdg.bandcamp.com/album/lmdg


P: Sacar un disco en plena pandemia… ¿bueno, malo, lo mismo?

R: Por cómo estaba pensado el disco, música sin esperar siquiera tocarla en vivo sino más hacerla por hacerla… te diría que es lo mismo, quizás sea mejor porque hay más gente dispuesta a consumir cultura en su casa pero cuando uno mira bien hay una sobresaturación de contenido por todos lados que no se si ayuda. Si tiene algo de sentido, porque es un disco de estos días pensado para estos días.

P: Güacho VS LMDG,.. Acá ese viejo refrán que reza «equipo que gana no se toca» no aplica, ¿Por qué o para qué cambiar?
R:
Técnicamente, el equipo se mantuvo, es más volvió a la formación inicial casi sin aditivos. Después… ¿Por qué cambiar?  Por necesidad. Realmente siempre sentimos que debíamos responderle a nuestras necesidades “artísticas”, “creativas”… como quieras llamarle. No hay nada más sincero que eso creo.

P: Desde lo sonoro quizás es un disco complejo para su ejecución en vivo. ¿Tienen pensado llevarlo a los escenarios, si es que alguna vez eso vuelve a pasar?
R:
No fue pensado para tocarlo, pero todo es posible. Tampoco es un arreglo orquestal, creo sin dudas que se puede armar una banda para tocarlo, sería lindo también. O no sé si tocarlo en vivo, pero hacer alguna ejecución en algún modo o una interpretación. Pero por ahora es medio difícil pensarlo por un montón de circunstancias.

P: Hay un claro acercamiento a «las máquinas» ¿Fue una búsqueda consiente ir hacia lo digital? ¿Cuál fue el pulso que los llevó a ese lugar?

R: De las ideas que se presentaron y fueron sucediendo creo que eso fue lo que más nos atrajo, tratar de ver qué nos podían aportar todos los aparatos que teníamos a mano. Ver qué decíamos con ellos. Buscar cosas, pedir prestado, investigar un poco algunas cosas… no solo eso sino también “diseñar” más los temas. Probar cortar, pegar… creo que tenés tantas opciones como se te ocurra. Siempre en pos de algo que te agrade ¿no?;  y no utilizarlo para componer o jugar con eso, creo que es un desperdicio a esta altura. Igual las máquinas siempre están ahí, la edición, la tecnología… hace años que todos usamos las máquinas de una u otra manera. En este caso lo que hicimos fue exagerarlo tal vez. Ya ir y tirar una toma en caliente de una canción es más una decisión que algo normal o corriente, más bien todo lo contrario.

P: ¿Cómo ves al futuro musical/ social post pandemia?
R:
Difícil, como siempre. Creo que el mundo ha sufrido ya varias turbulencias, pestes, guerras y siempre se sale diferente. No creo que cambie demasiado el sistema pero sí que el golpe va a generar movimientos, veremos qué tan malos o qué tan buenos. Pero bueno hasta que el universo no nos dé el golpe de aniquilación habrá una adaptación a las nuevas realidades siempre. Eso aplicado al mundo musical sin dudas creo que ya está en movimiento, streams, cambios tecnológicos a la hora de componer y ensayar. Sin dudas creo que el vivo tardará en volver pero volverá, es ineludible. Como la birra con los amigos.

P: Cuentan con 3 visitas al valle y mucha gente que los escucha y sigue, ¿qué les gusta de estas latitudes? ¿Vuelven como LMDG?
R:
¿Qué NO nos gusta? (Risas) Además de ser hermoso el valle, tenemos fuertes e importantes amigos allí. Lugares como Distrito y una relación especial con Roca puntualmente donde en los últimos años se dio un hermoso foco cultural, hicieron que termináramos varias veces allí. Ojalá volvamos en cualquier formato, inclusive para comer un asado solamente.

P: Con Güacho pensaron una obra conceptual de principio, nudo y final, si se quiere, una historia interconectada. ¿Lo pensaron de la misma manera con LMDG o acá no va a haber  esa clase de narrativa?
R:
Para nada, la idea era partir de lugares diferentes para llegar a otros lugares. Disfrutar  esos otros lugares y forzarnos a pensar composiciones e ideas desde otro punto de vista. Más externo por momentos. Más de escucharse y escuchar mucho, como contaba anteriormente. Buscar en los huecos que teníamos a ver qué había. Terminamos narrando algo porque es lo que nos sale o porque se nos propuso, pero creemos que encontramos una historia bien diferente y una temática también diferente que la que manejamos con Güacho. Eso creemos al menos. Atrás estamos nosotros y por más que queramos o no se abre un hilo conductor, después el que escuche y observe todo sacará sus conclusiones.

P: Tres bandas que hayan escuchado durante el proceso del disco o que directamente hayan influido en el sonido del mismo (de afuera o de acá)
R:
Que difícil solo tres? CAN, Air, LCD Soundsystem y King Gizzard and the Lizardwizard, me pasó por una pero bueno hubo mucho en la coctelera… No sé qué tan directamente todo pero fueron los lugares que se nos metieron un poco más en mente cuando empezaron a pasar determinadas cosas.

P: ¿Nos recomendás una cuenta de IG, un disco y un podcast que te interpelen de alguna  manera?
R:
Un IG, 1_shilling: Un instagram que recopila y presenta diseños de viejos programas de fútbol inglés de una manera realmente hermosa. Junta diseño y fútbol de antaño, dos cosas que son muy de mi agrado.
https://instagram.com/1_shilling?igshid=jpw4vs5535pu

«Perdidos en el Paraíso», un disquito de Werner Schneider junto a Tulio Simeoni (dos ex Patrulla Espacial) en un registro completamente diferente al que les escuchamos en sus anteriores proyectos. Muy lindo.

Te marco además un temita o una especie de simple que sacó Edu Morote (Sr Tomate, Shaman & los Pilares, Sara Hebe) Para tí se llama y tiene una gran historia de conexión familiar, con un resultado más que sorprendente.



Y un podcast, “Guitarristas” del querido Lucas Finocchi, que lejos de ser algo para guitarristas aborda a la persona, su relación con ese instrumento y con su historia con el mismo. Una perla.
https://open.spotify.com/show/0fo7qcqXbQ4R6j0h0Sl57d?si=1MQrcugbSQmsjC2iPO-A5g

P: ¿Qué es lo que más extrañas del «viejo mundo»?

R: Los amigos, sin dudas. No mucho más.    


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