Los genéricos y los éticos
Desde hace unos pocos años se ha incorporado al lenguaje cotidiano la expresión «medicamentos genéricos» y muchos de nosotros nos preguntábamos qué significaba eso. Se trata de medicamentos que tienen la misma eficacia terapéutica, seguridad y calidad que el original. Se identifican con las siglas EFG, Especialidad Farmacéutica Genérica.
Características
Se caracterizan por ser igualmente seguros y eficaces que el medicamento original, por tener igual composición en cantidad y calidad de principio activo y por tener la forma farmacéutica del medicamento original. También y no menos importante: su precio es menor que el del medicamento original.
Para su concepción y puesta en producción se sigue este proceso. Desde que comienza la venta de un nuevo medicamento, éste está protegido por una patente que impide que otros laboratorios utilicen su fórmula y los fabriquen, salvo bajo licencia del titular. De esta manera se retribuye la labor intelectual y los gastos de investigación y desarrollo del laboratorio. Una vez finalizado el tiempo de protección establecido en la patente, que puede ser en principio de 10 años, cualquier fabricante puede producir esa droga y es a partir de este momento que surgen los medicamentos genéricos.
Estos contienen iguales principios activos que los remedios originales. Entonces cualquier laboratorio puede producirlos, si pudo demostrar y comprobar que el producto actúa de la misma manera que la droga original. Debido a que, a diferencia de a quienes obtienen licencias, al fabricante de genéricos no le es transmitido el «know how» el conocimiento de cómo hacerlos sino que debe aplicar su propio modo de producción, así es que pueden obtenerse resultados o productos diferentes al combinar activos y excipientes.
La biodisponibilidad, es decir la variación en sangre de los principios de acción, permite conocer la variación de tolerancia del cuerpo. Por ello, es muy importante la actividad de control de calidad de los organismos del Estado de todo producto farmacéutico que se comercializa. De esa manera se garantizará a los consumidores que un genérico es equivalente a un producto ético.
En nuestro país está vigente la ley de prescripción por genéricos, la cual impone la obligación a los médicos de recetar por principios activos y no por nombres de fantasía o por marcas. Una primera conclusión es que del mismo modo que en los países desarrollados, que tienen más experiencia en este tema, el objetivo de la política sanitaria pública de las naciones en vías de desarrollo debe ser disminuir los gastos en la atención médica, sin que se produzca un menoscabo en la calidad de la asistencia brindada. O, con igual presupuesto, proveer una mayor cobertura a los pacientes.
Este interés de los países del Tercer Mundo se vio reflejado en el 2001 en la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Doha, Quatar, durante la cual la India, junto con Brasil y un gran número de países africanos reclamó incluir en el temario la posibilidad de que los países en vías de desarrollo puedan producir medicamentos genéricos a pesar de la existencia de patentes farmacéuticas vigentes, como medida de emergencia de salud pública. Basta mencionar un dato de la realidad: en Tailandia se estiman en 80.000 los enfermos de sida, existiendo 600.000 portadores de HIV, para resaltar la circunstancia dramática que se vive en esos países.
Volviendo a la situación en nuestro país, con la vigencia de la ley de prescripción por genéricos, analizaremos el comportamiento del Estado, de los organismos de control, de los seguros de salud y, en especial, la conducta del consumidor. Como ha sido planteado, existiendo remedios genéricos equivalentes a productos originales, cuando el médico receta por principio activo parecería que el consumidor, que va a la farmacia a comprar, optará por la alternativa de más bajo precio, entre varias, para decidir. Esta conclusión es falsa. No es tan así, ya que en la decisión de compra intervienen diversos factores. En primer lugar, es el médico quien determina por prescripción el principio activo. Otra: cuando hay cobertura de seguros de salud, de obras sociales y de asociaciones mutuales o del sistema de salud oficial, no queda claro que el paciente-consumidor optará por el remedio de menor precio, cuidando así los gastos de asistencia sanitaria de la entidad de que se trate.
El posicionamiento
La identificación con la marca o con el laboratorio productor tendrá mucha importancia en la decisión de compra. Esto nos lleva a un concepto del marketing: el posicionamiento. Este es el lugar, la ubicación en la mente de un consumidor de lo que es un producto, una marca, un fabricante. Trabaja o influye en la mente de los clientes potenciales y destaca la diferencia principal con otros productos de la competencia. En esta técnica de comunicación, el producto es un medio por el cual se accede y trabaja con la mente del consumidor. Los mensajes que se comunican resaltarán ventajas objetivas y otras ventajas reales o percibidas por el consumidor.
En un lenguaje más llano, se puede decir que le hace la cabeza. En esto, se puede apelar al campo emocional del consumidor para persuadirlo, para conquistarlo. Como puede pasar en otro orden de la vida, cuando le toca a alguien el turno de enamorarse, las virtudes que se perciben de ese ser destinatario son del campo emocional y no hay razón ni remedio, el candidato está en el horno, como se dice usualmente, valga el ejemplo.
Se posiciona un producto en la mente del consumidor, entonces lo que ocurre en el mercado es la consecuencia de lo que ocurre en la subjetividad del individuo. Así es como nos asalta este interrogante: cuando se trata de la salud pública, cuando se trata de los seguros de salud, de las obras sociales y asociaciones de mutuales que brindan la cobertura de medicamentos, ¿son aplicables estrictamente las reglas del mercado? Cuando se trata de la compra de medicamentos para los hospitales y centros de salud donde hay genéricos y éticos en la misma especialidad farmacéutica, ¿la decisión de compra se hace en base al posicionamiento o en cambio se hace en base a ventajas racionales y objetivas de calidad y precio?
Por otra parte, ¿los remedios genéricos, tienen adecuado control de la autoridad sanitaria, que garantiza de esa manera su equivalencia con los remedios éticos para seguridad de los consumidores-pacientes ? Todo este panorama descripto en esta breve síntesis nos lleva a la conclusión de que hay un trabajo importante por delante y los medicamentos genéricos son una oportunidad para que los sistemas provean más servicio de salud a mayor número de pacientes.
ALEJANDRO JOFRE (*)
Especial para «Río Negro»
(*) Contador Público
Desde hace unos pocos años se ha incorporado al lenguaje cotidiano la expresión "medicamentos genéricos" y muchos de nosotros nos preguntábamos qué significaba eso. Se trata de medicamentos que tienen la misma eficacia terapéutica, seguridad y calidad que el original. Se identifican con las siglas EFG, Especialidad Farmacéutica Genérica.
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