Los nuevos Pumas

Si bien es un equipo de tercer orden mundial, Japón siempre le había provocado dolores de cabeza a Los Pumas. Quizás por su juego algo anárquico, quizás por la incomodidad de su postura, lo cierto es que los nipones históricamente resultaron un escollo incómodo para el equipo argentino en cada test match. Vale recordar, por caso, el apretado triunfo del Mundial 99, pese a que se trataba de uno de los mejores momentos en la historia del plantel nativo. Es por eso que, si bien no estuvo sostenido en un rendimiento deslumbrante, el 68 a 36 conseguido por el equipo de Marcelo Loffreda es alentador, no sólo por los casi 70 puntos, los 9 tries o las intenciones de juego, sino porque el coach sigue encontrando jugadores para competir en la elite. Dentro de esa búsqueda, uno de los aspectos más destacables es la gran variedad en la procedencia de los hombres, lo que refuerza la sólida federalización del rugby argentino, sostenido en el alto nivel de las uniones provinciales. No en vano Tucumán se ha consagrado campeón argentino, derrotando en la final a Mendoza. De los titulares de ayer Fernando Higgs (Mendoza), Eusebio Guiñazú (Mendoza), Francisco Leonelli (Córdoba), Federico Geonud (Mendoza, una de las grandes figuras del triunfo), Manuel Carizza y Pablo Bouza (Rosario) provienen del interior. El salteño Juan Leguizamón, además, fue uno de los dos debutantes absolutos, junto al centro Miguel Abramovic, de Alumni. Rosarino, aunque desde hace cinco años en Francia,  Federico Todeschini, ex apertura de Plaza, volvió a calzarse la albiceleste. Con seguridad será un firme competidor de Felipe Contepomi, por su juego audaz y empinado. Loffreda no ha definido hasta cuando será el coach, pero el triunfo del sábado, es probable, le habrá dado un pequeño empujón hacia la continuidad de un proyecto que crece. El seven sigue siendo una usina de jugadores, los profesionales mantienen un nivel alto en Europa y la savia nueva, quedó demostrado, tiene la fuerza de la renovación. Los Pumas y Loffreda miran el futuro con certezas.

Pablo Perantuono