“Los pequeños productores son necesarios para la industria vitivinícola argentina”

Entrevista con uno de los pequeños productores de vino del país que asoman con mucha fuerza. Ping pong Uno.

“Los pequeños productores son necesarios para la industria vitivinícola argentina”

Entrevista con uno de los pequeños productores de vino del país que asoman con mucha fuerza. Ping pong Uno.

“Los pequeños productores son necesarios para la industria vitivinícola argentina”

Entrevista con uno de los pequeños productores de vino del país que asoman con mucha fuerza. Ping pong Uno.

De un tiempo a esta parte en Argentina el movimiento de pequeños productores de vino ha cobrado protagonismo, proyectándose como un nicho que ante tanta presencia de bodegas colosales en cuanto a volumen aprovechan el viento de cola de los amantes del vino a baja escala y comienzan a brillar con luz propia.

Fernando “Flaco” Gabrielli es una de las caras visibles de una marca que promete.

Periodista, comunicador, productor y conductor de radio, es la voz cantante por los parlantes del hipódromo de Mendoza desde hace varios años.

Creó junto a su socio, el enólogo José “Pepe” Reginato, “El Relator” una serie de vinos y espumantes inquietantes que vienen en alza.

En “Yo Como” un ping pong con uno de los pequeños productores del país que asoman con mucha fuerza.

Esto nos contó el “Flaco” Gabrielli, una de las caras de El Relator.

– ¿Cuándo nació el proyecto?

– El proyecto nació como idea en 2013. Y se materializó luego de sumar a José Reginato en 2014. Salimos a la calle, oficialmente, en 2015.

– ¿Cuántos litros elaboran anualmente?

– En nuestro primer año llegamos a un total de 28.500 litros. Fue mucho más de lo que esperábamos. Este año elaboramos la misma cantidad y esperamos llegar a 35.000 litros en 2018. Hemos alquilado una bodega en Barrancas y estamos camino a las 50.000 botellas anuales.

– ¿Qué características tiene la región de donde proceden las uvas del vino?

– La mayoría de las uvas con las que trabajamos provienen de la zona de La Consulta, en San Carlos. Mendoza. Es reconocida desde hace unos años como una de las mejores zonas del país para producir Malbec y otras variedades tintas. Mi socio y enólogo de la bodega “Pepe” Reginato es oriundo de la zona y por ende la mayoría de los viñedos con los que trabajamos en Relator son de ese lugar.

La gran altitud combinada con el clima de región provee condiciones ideales para el cultivo de uvas en los viñedos de La Consulta: días cálidos y soleados, noches frescas, poca lluvia y baja humedad. Esta combinación permite obtener uvas con un buen balance de azúcar y acidez, alcanzando la madurez polifenólica.

– ¿Cuál es su varietal estandarte y por qué?

– Desde que arrancamos apostamos al Tempranillo. Lo consideramos un diferencial. Y la elección de la variedad tienen que ver con que mi abuelo (Mario Gabrielli, enólogo) era casi un fanático de esta uva. Entre nuestro varietales hay una etiqueta 100 % Tempranillo y además nuestro blend (Gran Premio) es 50% Tempranillo.

¿Qué opinión le merece la nueva impronta de los pequeños productores?

– Creo que es algo absolutamente necesario para la industria. La gente está ávida de nuevos productos y sobre todo de nuevas formas de comunicación y etiquetas. Creo que todo eso es lo que intentan difundir los nuevos y pequeños productores.

– ¿Cuales son las falencias de la coyuntura que hacen más difícil la producción actualmente?

– Considero que el precio de la uva es uno de los grandes problemas de la actualidad. Este año fue un claro ejemplo para los productores. Quienes pensaban que iban a ganar una determinada cantidad de dinero y recibieron mucho menos. Eso en términos productivos.

En términos de mercado creo que los distribuidores cargan importantes ajustes sobre el precio del vino y esto se ve reflejado en la cadena. Cualquier persona que quiere comprar un vino lo termina pagando muy por encima de su valor (en todas las gamas) y el distribuidor termina ganando más dinero que el propio productor.

– ¿Hacia dónde va la vitivinicultura en general?

– Cada uno desde sus lugares, en nuestro caso buscamos crecer ofreciendo un producto genuino y de calidad. Nuestro objetivo es llegar a 80.000 botellas anuales. Y si hablamos en general creo que es momento de simplificar la comunicación del vino. Eso puede dar un mejor porvenir a la vitivinicultura. Caso contrario el consumo de litros por persona continuará cayendo.

– ¿Lo qué el mercado pide o defender la idea desde un principio? ¿Por qué?

– Defender la idea desde un principio. Nosotros comenzamos con esto casi por hobby y hoy contamos con la posibilidad de no vivir de nuestra empresa (tenemos actividades externas). Por ende vamos a continuar nuestro camino original. No tenemos otra alternativa. Además no puedo pensar en hacer un “vino naranja”, aunque el mercado lo pida …. simplemente porque solo elaboramos el tipo de vinos que nos gusta consumir.

– ¿Qué siente usted que le aporta a la producción de vinos desde su lugar?

– Creo que con firmas como la nuestra se incentiva un poco más el consumo. Hay muchas personas que se “cansaron” de las firmas tradicionales y para volver a creer en el vino prefieren apostar a pequeños proyectos.

– Describir en líneas generales los vinos de su producción.

– Mi socio es experto en espumantes, por ende buena parte del foco de nuestra producción está en ese lugar.

En referencia a nuestros vinos tratamos de hacer que sean amables, ágiles, muy bebibles y con poco uso de madera. Y por sobre todo que sean accesibles en precio.


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