Loteos, universitarios y tumbas

Desde el ingreso a Roca por la Ruta 22 hasta el cementerio, la Mendoza crece a todo ritmo. En las primeras cuadras, cordones cunetas, arterias que se abren y nuevas construcciones. Luego, comercios. Más allá, la UNC. Toda una imagen del desarrollo.

Es uno de los ingresos a la ciudad desde la Ruta 22, la calle que lleva a los universitarios a su casa de estudios y la conexión directa con el cementerio municipal. Una calle con mucha historia donde los animales y las viñas fueron, por mucho tiempo, protagonistas.

Hoy la Mendoza, desde la ruta y adentrándose hacia la ciudad, es un lugar de loteos. Con buen ritmo de desarrollo y crecimiento, nuevos comercios, viviendas con planta alta y futuros barrios privados. Esas cuadras, hasta la primera rotonda, son transitadas a altas velocidades, a pesar de los profundos badenes. El movimiento es incesante y los camiones entran y salen con cargas de ripio de los loteos. También el rubro de hotelería y gastronomía tiene una referencia aquí.

Alejandro Correa es un extenista trotamundos que hoy lleva adelante sus dos emprendimientos: parrilla y hotel. “Buscamos una arteria que esté cerca de la ruta, pensando en que hay que atraer a la gente a la ciudad para que se quede”. Pero fue crítico con la forma en la que se diagrama el crecimiento de la ciudad: “Estaría bueno que se destinara una zona específica para estos rubros, que desde el municipio se planifique cerca de la ruta, donde hotelería y gastronomía estén juntas. El concepto es atraer a la gente”.

El extenista recordó que “hace diez años en la Mendoza no había casi nada. No había faroles, tampoco estaba la vereda que llega hasta el primer semáforo, todavía era zona de chacras. No se la tomaba como una calle importante”.

Algo similar recuerda Amalia Candia, de 85 años. “En el 60 aproximadamente la Mendoza dejó de ser calle de tierra y pasó a estar asfaltada”. En esos años “tampoco había locales comerciales y las cuadras estaban vacías. Antes había dos o tres casas por cuadra. Imaginate si no se hacían grandes las cuadras que casi no tenía vecinos”. Y agrega: “En estas manzanas había viñas, nada más, por eso el barrio recibió el nombre que tiene hoy”.

Continuando el camino, el número de locales comerciales crece. La rotonda envuelve y dirige a la gente hasta la Universidad Nacional del Comahue, creada hace 47 años. Ofrece seis carreras y 2.500 estudiantes asisten activamente a clases.

Comunicación Social y Abogacía son las más elegidas por los estudiantes que vienen desde distintos puntos de la provincia, como Manuel Fernández Dye, un sanantoniense que está cursando su segundo año de abogacía. “No hubo ni una sola persona que no me recomendara venir a estudiar acá, por la calidad de los contenidos y la comunicación alumno-profesor. Y si a esto le sumas que Roca es una ciudad muy linda, con un montón de espacios verdes y actividades…”.

Siguiendo hacia la zona alta, de bardas, se llega al cementerio, ubicado allí desde 1899. Dos puestos de flores se ubican unos metros antes de la entrada. Ambos son negocios familiares y trabajan todo el año. Muriel Garriga es dueña de uno de estos puestos y mencionó que “la fecha en donde la gente visita más el cementerio es para el Día de la Madre y el Día de los Muertos”.

Los negocios

Ojo con el badén

Son muchos los reductores de velocidad, sobre todo entre la Ruta 22 y Alsina.

Datos

“En los 40 veíamos vacas, corderos y chivos cruzar caminando, porque la gente criaba sus animales y andaban sueltos en la calle”.
Amalia Rosa Candia tiene 85 años y vivió toda su vida sobre la Mendoza.
“Deberían ponerse más semáforos o lomos de burro. Es un peligro que se bajen los chicos del auto cuando la gente anda a esa velocidad”.
Alejandro Correa, dueño de un hotel y parrilla cerca de la Ruta 22.

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