Malvinas y la educación

A fines de febrero la Corte Internacional de Justicia expresó que el Reino Unido debe abandonar el control de Chagos “lo más rápido posible”.
Este archipiélago es un grupo de siete atolones en el océano Índico cuya soberanía es reclamada por la República de Mauricio. Inicialmente tuvo una población nativa hasta que en 1964 el Reino Unido y los Estados Unidos la expulsaron para instalar allí una base militar donde se probaron armas atómicas.

Las similitudes con Malvinas son grandes. Allí en el sur también existió una población que fue desalojada en 1833 por ingleses y norteamericanos. De hecho, también se expulsó a las autoridades argentinas impidiendo su regreso. Actualmente allí se encuentra emplazada la base militar más grande del hemisferio sur. No me sorprende la poca repercusión local que tuvo la noticia de Chagos a pesar de sus semejanzas con Malvinas.

Hoy la agenda nacional es un tanto más apremiante, urgente y próxima que estas islas tan distantes. Sin embargo, cabe la siguiente pregunta: si contáramos con la información, ¿tendríamos la formación necesaria para interpretar el alcance e implicancia que la resolución del caso Chagos puede tener sobre Malvinas? Tal vez sí. Lo evidente es que en este “camino de malvinización”, de volver a apropiarse de lo que es propio, los argentinos debemos apoyarnos en la educación.

Es por esto que el Centro de Veteranos de Guerra de Neuquén impulsa construir un Museo Malvinas en una parte de lo que fue la U9, da charlas a alumnos y docentes, organiza muestras en escuelas e impulsa la creación de un archivo neuquino de las memorias de Malvinas.

¿Qué significará para los futuros argentinos la frase “las Malvinas son argentinas”? ¿Con qué argumentos lo justificarán? Considero que allí, en las aulas, es en donde deben enseñarse los fundamentos geográficos, jurídicos e históricos para que, de la mano de la diplomacia, recuperemos lo que fue usurpado.

Herving Vázquez
DNI 16.566.918