Marcelo Céspedes y la fuerza documental

El cineasta porteño integrante del grupo "Cine-Ojo" ofreció un panorama de la producción de documentales, género que cultiva sin excepción y los filmes a estrenarse durante 2001.

NEUQUEN (AN).-En una primera impresión es un hombre introvertido, silencioso, casi ensimismado. Y si no fuera por pecar de irreverentes, a Marcelo Céspedes, cineasta y productor cinematográfico, se lo puede definir como dueño de una timidez incorruptible.

Sin embargo, en la entrevista se mostró locuaz, aún superando su naturaleza -nos parece-, y también el cansancio de estar en el aeropuerto Jorge Newbery a las seis de la mañana, para llegar a Neuquén pasado largamente el mediodía. Eso, a cualquiera apabulla y agota.

Céspedes estuvo con «Río Negro» cuando visitó esta capital representando al director argentino Alberto Marquardt quien reside en Francia. Su estada en Neuquén fue motivada por la proyección del filme documental «Yo, Sor Alice» que tuvo lugar en el aula magna de la Universidad Nacional del Comahue.

La invitación partió de la comisión directiva de la asociación de docentes de la UNC y de Aten provincial, única manera de que los neuquinos pudieran acceder a este material ya estrenado en el país.

La idea de las asociaciones fue rendir homenaje a la memoria viva de los argentinos y dar a conocer la historia de la monja francesa Alice Domon, desaparecida durante el proceso en 1977.

La charla con Céspedes versó en torno a su empresa independiente, Cine-Ojo integrada por Carmen Guarini con quien ha co-dirigido varios trabajos, y otros dos miembros, que en forma mancomunada se encargan tanto de encarar rodajes propios como producir la de otros cineastas, tal el caso de «Yo, Sor Alice» que se realizó en co-producción con capitales franceses.

La situación de la empresa no difiere de lo que le sucede a tantos argentinos.

En algunos emprendimientos, a duras penas se pudo recuperar las inversiones y en otros salvaron los gastos, comentó el cineasta.

Asombra que Céspedes y sus compañeros de empresa, puedan continuar con tantas fuerzas, energías y fe -como lo demostrado a lo largo de la charla con este medio- en un proyecto tan riesgoso. Sobre todo porque los productos argentinos, en raras ocasiones llegan al circuito comercial.

Y esta perseverancia de Cine-Ojo es doblemente fuerte, porque está dedicada al cine documental directo, no ficcional.

Ese ha sido el caso, de un ejemplo muy a mano y caro para los neuquinos, como fue «El último viaje» sobre la vida y obra del primer obispo de Neuquén Jaime de Nevares, que co-produjo esta empresa junto con el Obispado y radio Comunidad.

Otras muestras de Céspedes y compañía, como «Tinta roja» que obtuvo un gran éxito en el Festival de San Sebastián y la producción del filme «Che: la utopía ¿ha muerto?» sobre Guevara, obra que dirigió Fernando Birri muy pocos espectadores neuquinos han podido verlas.

En el caso de «El siglo del viento» sobre una novela de Eduardo Galeano, se tuvo mejor suerte a raíz de que se emitió en televisión para Space y para un canal arte de Alemania.

«Además de producir nuestros propios trabajos como realizadores, desde hace cuatro años atrás empezamos a producir películas de nuevos directores, como el caso de Marquardt una ópera prima o segundas obras como la de Andres Di Tella con quien estrenaremos en octubre «La televisión y yo» a partir de toda una historia familiar sobre los Di Tella, don Torcuato su abuelo y el instituto».

En 1990 se comenzó el rodaje de «Ilusiones perdidas» que abreva en el conflicto en el diario La Razón, sobre la que se sigue trabajando con los personajes de ese conflicto.

«Es muy referencial del marco externo relacionado con el país. Ha marcado en sucesivas etapas el comienzo y el fin de menemismo – comentó- porque nació el conflicto en sus primeros años de presidencia y se podría darle un final con lo que está sucediendo hoy».

Cine-Ojo ha encarado además un filme sobre el músico Leopoldo Federico y otro acerca de la cantante de tango Ada Falcón, una vedette del tango de los años ´20 y ´30 que hizo furor.

Por razones muy misteriosas dejó su vida fastuosa, se recluyó en un convento, se hizo monja y hoy vive en Santa Rosa de Calamuchita y tiene 92 años.

«Yo, Sor Alice» se verá en Río Negro

NEUQUEN (AN).-«Yo Sor Alice» el documental del realizador argentino Alberto Marquardt será exhibido en numerosas localidades de Río Negro y Neuquén a partir de agosto. Quienes están trabajando en al coordinación de la muestra itinerante, son integrantes de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Comahue (ADUN) y la comisión directiva provincial de ATEN.

Marquardt es un periodista argentino radicado en París. En su filme narra la historia de la monja francesa Alice Domon desaparecida en nuestro país en 1977 junto a Léonie Duquet.

Cuenta Marquardt que «las religiosas habían estado detenidas en la Escuela de Mecánica de la Armada. Alfredo Astiz condenado (por este caso) en Francia a perpetuidad, gozaba en Argentina de una total libertad y el caso nunca había sido resuelto ni siquiera juzgado. Alice daría voz a las decenas de miles de desaparecidos». Las monjas de la congregación francesa de las Misiones Extranjeras, fueron secuestradas mientras trabajaban en las villas miseria de Buenos Aires entre 1967 y 1977. El filme nació como idea de Marquardt a raíz de «la situación de impunidad -dijo- respecto a los crimenes de la dictadura»


NEUQUEN (AN).-En una primera impresión es un hombre introvertido, silencioso, casi ensimismado. Y si no fuera por pecar de irreverentes, a Marcelo Céspedes, cineasta y productor cinematográfico, se lo puede definir como dueño de una timidez incorruptible.

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