Marcha contra el accionar policial en Bariloche
Si bien la movilización no fue muy numerosa, un abogado aportó pruebas que indicarían que en la Policía se sabía de la conducta ilícita que desplegaban integrantes
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La marcha de familiares de presuntas víctimas de la Policía contó con poca adhesión de la población, pero ayer se sumó otra manifestante, madre de un joven que hace siete años fue hallado ahorcado en el calabozo de la comisaría Segunda. Además, el abogado Marcelo Ponzone aportó testimonios que demostrarían que en la Policía conocían las andanzas de los policías vinculados con la muerte del agente Cornejo, asesinado mientras custodiaba un supermercado en El Bolsón.
Luego que los abogados que representan a las familias de los manifestantes presentaran su petitorio oral ante el juez Martín Lozada, éste se comprometió a acompañar a los padres del interno Juan Carlos Vázquez Jara a realizar una inspección en la celda donde el joven fue hallado ahorcado, en tanto que los padres del joven Jorge Pilquimán, que fue hallado ahogado en la dársena oeste del puerto San Carlos, encontraron satisfacción al saber que se gestionaría una importante recompensa para quienes puedan aportar datos que revelen cómo se produjo su muerte.
A la marcha se agregó la madre de Wálter Cárdenas, un joven que el 25 de setiembre de 1998 fue detenido por una contravención por agentes de la comisaría Segunda y luego fue hallado ahorcado en el calabozo que ocupaba.
Marcelo Ponzone, en representación de la familia de Mauricio Cornejo, el policía asesinado por compañeros mientras prestaba servicios de custodia adicional en el supermercado «Todo» de El Bolsón, sostiene la teoría que existía una organización para delinquir dentro de la Policía, y una conspiración u obrar premeditado para matar a Cornejo, y aportó ante el juez Martín Lozada, varios testimonios que motivaron el inicio de una investigación.
El sargento Raúl Paredes declaró que desconocía l existencia de una banda policial, aunque dijo que un vecino de El Bolsón, de apellido Guajardo, había sido víctima de un asalto y le comentó que uno de los autores había sido el suboficial Diego Montesinos, imputado por el homicidio de Cornejo.
Otra policía de la misma localidad, Leticia Guadalupe González, expuso que había atendido a Guajardo cuando denunció haber reconocido a los policías Montesinos y Fuentes como quienes lo habían asaltado en su carnicería, y que lo había comunicado a sus superiores. Agregó que desconocía qué resultado habían tenido las actuaciones, y mencionó que Montesinos faltaba mucho a su trabajo, pero no sabía si le descontaban sus inasistencias.
Un testigo de identidad protegida, mencionado como «Fernando» en la causa, que tuvo a su cargo a los agentes Javier Marifil, Daniel Osses y José Riffo en la temporada 1997/1998, mientras trabajaban en el Splif, recordó que habían desaparecido efectos de la empresa que les facilitaba las instalaciones en la ruta 258, en cercanías de las 34 Hectáreas, y que otro policía le había indicado que todas las noches descargaban bidones de combustible del camión del Splif en la casa de Marifil, y que habían llevado chapas de zinc a la casa de los suegros de Osses.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La marcha de familiares de presuntas víctimas de la Policía contó con poca adhesión de la población, pero ayer se sumó otra manifestante, madre de un joven que hace siete años fue hallado ahorcado en el calabozo de la comisaría Segunda. Además, el abogado Marcelo Ponzone aportó testimonios que demostrarían que en la Policía conocían las andanzas de los policías vinculados con la muerte del agente Cornejo, asesinado mientras custodiaba un supermercado en El Bolsón.
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