“Me mintieron”

Me enseñaron que la democracia era poder hablar con libertad, sin faltar el respeto a nadie y haciendo respetar mis derechos. Aprendí que todos cumplimos un rol en la sociedad en la que vivimos. Este compromiso adquiere un carácter aún más fuerte cuando el mismo es con el pueblo. Por ende, es primordial el cumplimiento con el desempeño, trabajo y ejecución de todas las medidas que tiendan a dar soluciones y respuestas a todas aquellas personas que quieran trabajar, por y para un país mejor, sin hambrunas. Mis padres me dejaron la mejor herencia: el estudio, el amor a la tierra y, por sobre todo, el amor a mi tierra. Con el correr de mis años, y gracias a los caminos que la vida me puso delante, conocí las bondades de este suelo, conocí gente de otros países, españoles ellos, que en un seminario, aquí en la Universidad del Comahue, comentaban que nadie debería padecer hambre. Las frases exactas fueron: “aquí hay muchas tierras sin cultivar, ¿qué pasa con ellas?” Ahora, viendo los grandes avances tecnológicos con los que contamos, pienso: es imposible que estos no hayan mejorado la situación económica, social y laboral que vive nuestra gente. Hoy, con un proyecto productivo en mano, me encuentro aún pensando: ¿dónde está el compromiso de quienes tienen la capacidad de resolución. ¿Dónde estarán aquellos que realmente cumplen con su deber y hacen honor a su trabajo? Mil veces me dijeron que no debía ser tan frontal, tan directa, que sería mal vista y que jamás iba a recibir respuestas (en la jerga: “te van a patear”). Pero estas son las respuestas que recibí por ir con humildad y paciencia: “vení mañana, ¿hablaste con esta persona?, tenés que ir hablar con ésta, ¿hiciste una nota?, ¿pediste audiencia?, el ministro no está, pedí con el director, ¿de qué se trata?, te damos con la secretaria y le comentás”… y bla… bla… bla… Ah!! (en mi caso) “¿te registraste en el Copade?”. De tanto que te ven te dicen –como me respondió una secretaria, a la que escucho decirme una mentira piadosa– “lo suyo ya está, venga después de Semana Santa”. ¡Qué ingenuidad la mía! Obviamente no hubo respuestas y por supuesto que sí hubo un pretextos. Por eso lo de “mentira piadosa”. Mi decepción y desesperación a la falta de respuestas me hace recurrir a otras personas que también tienen un rol y una responsabilidad ante nosotros. Me refiero a los funcionarios. Necesito una respuesta concreta, sin mentiras, sin pedaleos ni burocracias innecesarias. No me importa cuál sea la respuesta, siempre que exista una. Anduve, caminé, hablé, hice. Cumplí con todos los requerimientos que me han solicitado. Apelo a que alguien, de los que están cumpliendo con una función en este gobierno, me escuche, lea y me dé una solución. Sólo quiero poder concretar mi proyecto productivo, que no sólo va a darme una solución laboral a mí, sino que también beneficiaría a una comunidad, en forma educativa, turística y laboral. No pido disculpas y creo no haber ofendido a nadie. Tal vez sólo fui directa en expresar mi pensamiento. Soy una neuquina que hace muchos años viene pidiendo respuestas. Hoy, me cansé de esperar. Ya he hecho todo y más. Como ser humano y como ciudadana de esta hermosa tierra que es mi provincia, considero que me merezco el respeto y se me brinde una solución a mi situación. A todo aquel que le competa, pido que lea y me escuche, pero basta de vueltas. Ya no tengo temor, porque el tiempo es ahora y, con todo respeto, sólo por hoy, no doy nombres de las personas que jugaron con mi tiempo, honestidad, integridad y dignidad. No soy política, mi único anhelo es concretar, trabajando. Laureana Flores, DNI 13.254.957 Neuquén

Laureana Flores, DNI 13.254.957 Neuquén


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