Mediación: herramienta para construir una nueva forma de convivencia social

He observado con satisfacción las transformaciones y percepciones que operan en las personas que han pasado por una mediación. Más allá de un conflicto particular, las personas pueden comprender y comprenden la importancia de considerar y construir con el otro. Se retoma de tal modo la humanización que se había perdido con la dinámica del conflicto y las personas vuelven a escucharse, se valorizan, respetan y, en definitiva, se reconocen como iguales.

Los seres humanos tenemos diferencias individuales que nos hacen únicos e irrepetibles, como aptitudes para las manualidades, los deportes o la actividad intelectual; sin embargo somos idénticos en un valor esencial: nuestra condición y dignidad humana.

Por ello, mediación y derechos humanos son conceptos y prácticas que van de la mano. Se necesitan, se retroalimentan y hacen a la organización de la convivencia democrática.

El funcionamiento del sistema democrático implica controles, contrapesos a los poderes instituidos, y esto se logra también con herramientas de la mediación.

Los derechos humanos son una construcción histórica y colectiva que surgió para hacer frente a los abusos de sectores que detentan más poder frente a otros más débiles.

Ante un orden social injusto, los derechos humanos y la mediación adquieren una importancia relevante. A pesar de declaraciones y derechos, muchas personas no tienen acceso a la vivienda, la salud y a condiciones dignas para un ser humano. Las estructuras creadas para dar respuesta a la conflictividad social quedan atrapadas en su propia burocracia y terminan contradiciendo los fines para los que fueron establecidas.

Muchas personas consideran que ante una situación de injusticia el Poder Judicial les va a resolver el problema.

Aclaro que para amplios sectores sociales, y por motivos diferentes, no es fácil el acceso al Poder Judicial. Y aquellos que llegan se encuentran con una estructura no preparada para solucionar determinados conflictos sociales y particulares.

La mediación entonces se convierte en una herramienta válida para la construcción de nuevos paradigmas, en la forma de relacionarse en espacios donde se da una convivencia que se mantendrá en el tiempo. Al respecto, conviene advertir de la necesidad de preservar su condición de dispositivo alternativo frente a estructuras tradicionales, que tienden a burocratizarlo y hacerlo estéril.

Diálogo y consenso

Los instrumentos fundamentales de la mediación son el diálogo y el consenso, como elementos de organización de la convivencia humana.

En ese sentido, la mediación humaniza, desestimagtiza, neutraliza diferencias y restablece vínculos. A la vez, los derechos humanos interpelan al sistema democrático para que genere condiciones de trato humano a todas las personas, igualdad de oportunidades, y para escuchar la multiplicidad de voces de la sociedad. Estos valores son aprehendidos con la práctica de la mediación, dado que en una mesa de diálogo las personas recuperan la humanidad, se dan una oportunidad y hemos comprobado a partir de nuestra tarea que se mejora la calidad de la convivencia. Si decimos que el Estado es la organización de la convivencia humana y social, evidentemente estamos accionando para una mejor calidad en la construcción de gobernabilidad.

En Neuquén

En la Defensoría del Pueblo de la ciudad de Neuquén trabajamos desde el área de Mediación con dichos principios y hemos incorporado, por demanda de instituciones de la sociedad, el dictado de cursos, talleres y capacitaciones, con eje en escuelas de nivel primario. En el último período (agosto 2016 a septiembre de 2017) el organismo realizó más de 1.000 mediaciones.

La actividad de difusión de métodos alternativos de conflictos incluyó talleres teórico-prácticos para más de 650 alumnos que a lo largo del año se desarrollaron en 9 escuelas de la ciudad de Neuquén. A la vez, se hizo lo propio con gremios y otras entidades que solicitaron capacitación, con un alcance a 450 personas.

Legalidad alternativa con nuevos sujetos sociales

Juristas latinoamericanos elaboraron la doctrina denominada Pluralismo Jurídico como Proyecto Emancipador en la que aparece la figura de una “legalidad alternativa”. Dicho marco incluye la legitimidad de nuevos sujetos sociales, la democratización y descentralización de un espacio público participativo, la defensa pedagógica de una ética de la solidaridad y la consolidación de procesos conducentes a una racionalidad emancipatoria. Frente a la legitimidad de nuevos sujetos sociales, la mediación adquiere una nueva dimensión, puesto que no se trata sólo de resolver conflictos sino también de construir convivencia.

Como ejemplo, la Defensoría del Pueblo fue convocada en los últimos años por vecinos que reclamaban red de agua potable (Colonia Valentina Norte Rural), servicios públicos (Toma Pacífica y Toma Norte) y tendido de red eléctrica (Ruca Antú), por citar sólo algunos lugares de intervención.

Esto obedece a que las condiciones de vida de sectores populares con necesidades identificadas con la sobrevivencia y subsistencia acaban produciendo reivindicaciones que exigen y afirman derechos. La situación de privación, carencia y exclusión hace a la aparición de las necesidades por derechos. Entonces, derechos objetivados por los agentes de una nueva ciudadanía colectiva expresan la intermediación entre necesidad, conflictos y demandas.

En este contexto, la mediación es un espacio de aprendizaje que proporciona las herramientas para generar los cambios.

Es de interés predisponer las mentes hacia la negociación pacífica de los conflictos y daños, teniendo en cuenta que la transformación de cualquier sociedad parte del principio que dice que una nueva forma de vivir se logra por medio de una nueva forma de pensar.

* Defensor del Pueblo de la Ciudad de Neuquén

Intervenimos en los últimos años por vecinos que reclamaban red de agua potable (Colonia Valentina Norte Rural), servicios públicos (Toma Pacífica y Toma Norte) y tendido de red eléctrica (Ruca Antú), entre otros.

Datos

Intervenimos en los últimos años por vecinos que reclamaban red de agua potable (Colonia Valentina Norte Rural), servicios públicos (Toma Pacífica y Toma Norte) y tendido de red eléctrica (Ruca Antú), entre otros.

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