Messi en París: vengan a ver al nuevo rey
La llegada del argentino ha revolucionado la capital francesa, que lo recibió con los brazos abiertos. A los 34 años, el crack pasa la primera prueba de idolatría por fuera del Barcelona.
En la trascendental carrera de Lionel Messi en el Barcelona, que lo llevó a ser, para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos, hay una circunstancia que el crack no había vivido jamás: llegar a un nuevo club y darse un baño de cariño multitudinario como le brindaron los hinchas del PSG al arribar a París.
Después de pasar 21 años en el club de toda su vida, Messi, que lo ha ganado y vivido casi todo en el mundo de la pelota, a los 34 años experimenta una sensación similar a la que vivió Diego Maradona en su arribo a Napoles, justamente también desde Barcelona en 1984.
Hay diferencias en las formas entre una partida y otra. Diego salió desterrado tras un escandaloso partido ante el Athletic de Bilbao por la final de la Copa del Rey de ese año, mientras que Messi lo hizo con el alma destrozada, lleno de lágrimas, porque debía dejar el club de toda su vida por los vericuetos de la ingeniería de los números y los mandatos poco claros del Fair Play Financiero (FPF).

Resulta increíble pero a Messi, que quería quedarse en el Barcelona, no lo dejaron tener el control de su propia carrera. La Liga Española se mostró inflexible, pero esa misma intransigencia en definitiva le terminó jugando en contra ante las posturas más laxas de la Ligue 1 francesa.
¿El resultado? El PSG tiene a Messi, Neymar y Mbappé en el mismo equipo, mientras que La Liga se queda sin esas estrellas que le aseguran espectáculo y atractivo al campeonato. Pero por sobre todo, la priva de la generación de recursos económicos, un asunto que en definitiva terminó de empujar a Messi fuera del club culé.
Resulta difícil de entender que Joan Laporta, el presidente del Barcelona, no estuviera al tanto de las exigencias del FPF sobre el tope salarial apenas asumió. Messi era (es) patrimonio del Barca y no fue defendido como tal. Queda la sensación de que en este final ¿anunciado? el único que no estaba enterado era Messi.
En los últimos días se ha viralizado un video donde Maradona, en una entrevista, advierte al Barcelona de no abrirle la puerta de atrás a Messi, como lo hicieron con él, Rivaldo y Ronaldo.
Hoy Leo es venerado en París como lo fue Diego en Napoles. Tanto uno como el otro, cada cual en su tiempo, comprobaron que para la gente sólo la figura de su ídolo representa la pureza sobresaliente de su pasión en medio de un escenario atravesado por las transacciones, el fraude y el Fair Play Financiero.
En la trascendental carrera de Lionel Messi en el Barcelona, que lo llevó a ser, para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos, hay una circunstancia que el crack no había vivido jamás: llegar a un nuevo club y darse un baño de cariño multitudinario como le brindaron los hinchas del PSG al arribar a París.
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