Las mascotas también sufren el calor intenso

Pero además las heridas, picaduras de insectos, garrapatas y quemaduras son los peores enemigos de los animales durante la época estival. ¿Qué debemos hacer para protegerlos?

Perros y gatos lo pasan mal cuando hace mucho calor. A ello se le suman las picaduras de insectos o parásitos como las garrapatas que, en verano, se convierten en un martirio.

Aquí te dejamos algunos consejos para que tus mascotas no sufran el cambio de estación.

Momentos de descanso

La mejor manera de prevenir un golpe de calor es no ejercitar ni pasear a los perros en las horas más calurosas del día y dejar que los animales descansen en zonas frescas. También podemos remojarles las patas y siempre dejarlos a la sombra.

Pelaje

Para los perros es un gran alivio cuando los rapan en verano. Esto es importante sobre todo para canes ancianos y débiles. En cambio a los gatos no es aconsejable raparlos. El pelaje, si está en condiciones, no sólo les ofrece protección contra el frío, sino también contra el calor.

Alimentos hidratados

Siempre deben tener agua fresca y limpia a su disposición. Pero una de las mejores maneras de hacer que perros y gatos tomen suficiente líquido, es a través de su alimentación. Por ello, en verano es importante ofrecerles comida húmeda.

Insectos lejos

En los meses calurosos son cuando más aparecen las pulgas, garrapatas y mosquitos. Estos parásitos provocan picaduras dolorosas, pero también transmiten enfermedades serias. Por eso, es básico protegerlos con pipetas, collares antipulgas y repelentes de insectos dañinos.

Jamás dejarlos en el auto

Hay algo que debe cumplirse estrictamente: nunca hay que dejar a los animales en el auto si hay más de 20 grados, tampoco con las ventanillas abiertas. El interior del vehículo se calienta tan rápidamente que las mascotas pueden llegar a morir de calor.

Cremas solares y asfalto caliente

Utiliza crema solar para mascotas. Aunque no lo parezca, la piel de perros y gatos también sufre la exposición al sol. Zonas sensibles: nariz y la punta de las orejas.

El asfalto quema. Se convierte en una superficie abrasadora que puede dañar las almohadillas de las patas de las mascotas.


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