“Mirá la gente, pá”
Independiente pone el 3-1 y La Bombonera acusa el golpe.
Un señor se hunde entre las palmas de su mano, destruido.
La lluvia lo golpea, pero no reacciona. Al lado, el pequeño llora envuelto entre gorrito y bufanda.
Hasta que el nene apoya la mano en la cabeza del padre.
“Mirá la gente, pa”.
Él alza la cabeza y escucha a 50 mil personas alentando cada vez más fuerte. Y se funden en un abrazo, mientras la cancha parece ponerle melodía a ese momento.
El fútbol, incluso en la derrota, suele regalar postales mágicas.
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