Hace 54 años empezaban lo que sería el Monumento a la Madre en Neuquén

Neuquén

En febrero de 1965, un grupo de funcionarios policiales comenzó a emprender acciones con el fin de erigir un monumento a la madre para rendirle homenaje a la labor cotidiana de todas las mujeres. Fue así que por iniciativa del subjefe de Policía José U. Arriagada y los inspectores mayores Pedro Bianchi y Deolindo Bruce se reunieron fondos para donar a la capital el Monumento a la Madre.

Según escribió mi colega historiador Tomás Heger en sus libros sobre la Policía neuquina, esa comisión también fue la que estableció que el 22 de enero, el Día de la Policía de la Provincia (debido a que en ese día, pero de 1946, había sido aprobado el estatuto orgánico de la fuerza) debía ser celebrado con la solemnidad acorde con la función de la repartición. Por este motivo se incluyó como acto central la colocación del Monumento a la Madre.


La comisión estaba compuesta por el presidente, el subjefe Arriagada, el vicepresidente, los inspectores mayores Bianchi y Bruce, el secretario, el comisario inspector Juan J. Martín, el prosecretario, el comisario inspector Héctor Francavilla, el tesorero, el contador Osvaldo Gismonti, el protesorero, el comisario inspector Luis Galardi, los vocales, los comisarios inspectores Tomás José Álvarez, Antonio D’Abramo, Juan Nájul, Luis Pastorcich y Alfredo Millaín; el suboficial mayor Juan de Dios Álvarez, el sargento Aureliano Chávez y el agente Marciano Retamal.

Esta comisión se contactó con artistas de todo el país para lograr una obra a tono con las ya existentes y con la faz edilicia de la ciudad. La obra resultó adjudicada a Atilio Morosín, escultor residente en Cipolletti, por la suma de $ 320.000 m/n. El monumento tiene dos metros de altura, está tallado en piedra Mar del Plata y representa a la Madre Mapuche.


Su cuidadoso traslado a Neuquén se hizo en un camión de la repartición conducido por el cabo Andrés Ramón Cázeres. Por ordenanza municipal Nº 240/64, el Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén, bajo la presidencia del señor Orlando Del Pin, con fecha 18 de diciembre de 1964, autorizó la erección del Monumento a la Madre en la rotonda de la Avenida Olascoaga, entre las calles San Martín e Independencia y vías del ferrocarril. De acuerdo con esto por Resolución Nº 9 de fecha 19 de febrero de 1965, el intendente municipal D. Ángel Della Valentina resolvió designar una Comisión Honoraria integrada por el titular del Municipio, en representación del Concejo Deliberante; el inspector Mayor Bruce, por la Policía de la Provincia, Edgardo Travesani por la Oficina Técnica Municipal, el arquitecto Francisco de la Colina por los profesionales de la especialidad y Ángel Spinelli, como vecino caracterizado de la ciudad.

La inauguración del monumento se llevó a cabo finalmente el 22 de enero de 1967, con motivo de celebrarse el Día de la Policía, durante una sensible ceremonia al pie de la obra escultórica, que consistió en su descubrimiento y bendición. Hizo uso de la palabra el subjefe de Policía, inspector mayor don Félix Larrañaga.


Este monumento es un gran exponente del patrimonio histórico neuquino que debe conservarse con todos aquellos erigidos en una joven ciudad y que son fieles testigos de una época pasada. La ordenanza Nº 7972/97 trata de la preservación de los espacios urbanos significativos que pudieran ser considerados patrimonio histórico del lugar. Esta norma establece que la ciudad cuenta con un escaso patrimonio representativo de su historia con valor arquitectónico, simbólico, paisajístico y urbanístico, y que los pocos existentes constituyen verdaderos hitos visuales. No los olvidemos, preservémoslos, son los que nos hablan de un pasado no muy lejano. No veo avance en sus restauraciones.

Beatriz Carolina Chávez
DNI 6.251.256


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