“Mujer bonita” cumple 25 inoxidables años

El filme que catapultó a la fama a Julia Roberts y convirtió a Richard Gere en un galán cumple 25 inoxidables años. Una historia

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Hace unos días, el beso con el que se saludaron Julia Roberts y Richard Gere al grabar el programa de televisión estadounidense “Today” demostraba que 25 años después, la química entre los protagonistas de “Pretty Woman” se mantiene intacta. Un idilio que, a juzgar por las centenares de reposiciones del clásico en todo el mundo, sigue gozando de una salud de hierro entre el público.

Convertida en una de las comedias románticas más exitosas de todos los tiempos, “Pretty Woman” aterrizó en los cines hace ahora un cuarto de siglo, el 23 de marzo de 1990. Aquel fin de semana debutó en el número uno en la taquilla estadounidense y acabó el año situándose tercera en el ranking mundial.

Pero además de una gallina de los huevos de oro, la película dirigida por Garry Marshall catapultó a Roberts al estatus de “Novia de América” y a Gere, al de Christian Grey de la década.

“Comencé siendo Julia, la hermana de Eric Roberts. Después fui Julia Mystic Pizza Roberts. Así que llevar la etiqueta de ‘Pretty Woman’ no fue el peor momento de mi vida”, contaba la actriz en 1994 en una entrevista con “The Observer”. Y tampoco le preocupaban las críticas sobre la supuesta glorificación de la prostitución.

“La película era un cuento de hadas: hicimos de todo menos ponerme zapatos de cristal. Y le diré algo más: por 3.000 dólares, Richard Gere se llevó una ganga”.

Esos 3.000 dólares, aparte de acceso a sus tarjetas de crédito para comprar ropa- fue el precio que acordaron Vivian Ward (Roberts) y el apuesto empresario Edward Lewis (Gere) para que la prostituta lo acompañara a todo tipo de eventos sociales durante una semana. De hecho, en un principio “$ 3.000” iba a ser el título del filme, pero a los estudios Disney les sonaba a película de ciencia ficción y decidieron cambiarlo por el del tema principal de su banda sonora, “Oh, Pretty Woman”, de Roy Orbison.

La historia de esta libérrima versión del cuento de la Cenicienta es de sobra conocida: Edward se pierde un día conduciendo por Hollywood Boulevard y acaba encontrándose con Vivian, que lo toma por un posible cliente. Tras una primera noche juntos, él se siente irremediablemente atraído por la espontaneidad de la joven, tan diferente al resto de mujeres de su vida, y la contrata para que esté a su lado siete días más. El final es digno de la más romántica historia de princesas. Ya lo dice la voz en off: “Sigan soñando, esto es Hollywood”.

Además, la ópera a la que acuden Vivian y Edward en una de las escenas más famosas de la película también inspiró parte de la trama. Y es que no es otra que “La Traviatta”, que narra la historia de un noble fatídicamente enamorado de una cortesana. No obstante, la película que llegó a los cines fue mucho más edulcorada de lo previsto inicialmente: en un principio, iba a ser un oscuro drama sobre la prostitución en Los Ángeles con un marcado componente racial y de clases.

Elena Box

(dpa)


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